Un nuevo año está a punto de finalizar y yo vuelvo al blog después de muchos meses de sequía, para haceros el ya tradicional resumen viajero del 2020. ¿Quién nos iba a decir cuando hacíamos esta misma entrada despidiendo el 2019, lo que nos traería el 2020? Este año ha sido probablemente, el año más raro de nuestra vida. Y seguro que muchos coincidiréis en ello.
Resumen del 2020 viajero…
Comenzamos el año llenos de ilusión. Recordad que en diciembre de 2019 os contábamos que nuestro peque viajero ya estaba con nosotros y todo apuntaba que sería un año de descubrir… de descubrir la bonita -y agotadora- experiencia de ser padres, y la de comenzar a enseñarle el mundo a nuestro peque. Nada más comenzar el año hicimos un par de viajes a Lleida a ver a la familia, que fueron la mar de bien. Al peque le gusta el coche 🙂
A primeros de marzo, organizamos las que serían las 3 primeras escapadas con él: planeamos irnos a Toledo con toda la familia para el puente de mayo, un finde largo a Zaragoza también en mayo aprovechando un congreso, y una semanita en Mallorca para junio, aprovechando otro congreso. Teníamos vuelos, AVEs y dos de los alojamientos reservados… Todos estos planes justo cuando se empezaba a hablar de «un virus similar al de la gripe, pero un poco más fuerte». Pocos días después, no sé cuántos miles de muertos en China… Pero recordad que China está muy lejos y no parece que vaya a llegar a aquí… Pero a primeros de marzo se empieza a saber de los primeros casos en España, aunque se le seguía quitando hierro al asunto.
Nosotros hicimos una escapada a Lleida justo la primera semana de marzo porqué algo nos decía que tardaríamos en ver a los nuestros. Disfrutamos de una estupenda calçotada (comida típica de algunas regiones de Catalunya) en familia… Y llegó el fatídico 14 de marzo. Se decretó el estado de alarma y nos confinaron en casa como consecuencia de una pandemia mundial por Cov-Sars-2 o más conocido, Covid19. Muchas semanas reclutados sin poder salir más allá de la ventana o de la azotea del edificio dónde vivimos.
En abril y viendo que la cosa iba para largo, pudimos cancelar los AVE contratados con devolución íntegra del importe, los los vuelos a Mallorca en forma de bono, y los alojamientos de Zaragoza y Toledo sin coste alguno. Nos quedamos sin planes viajeros y sin saber si podríamos hacer nada el resto del año. ¡Qué sensación!
Por suerte en mayo las cifras de contagio y de hospitalizados fue bajando, y poco a poco nos dejaron ir saliendo de casa. Aprovechamos al máximo para recorrer las calles de una Barcelona desconocida. Desconocida porque impresionaba sobre manera, no ver a ni un sólo turista cámara en mano. Sólo barceloneses en las calles de la ciudad condal. Impresionante recorrer calles como Passeig de Gràcia, Rambla de Catalunya, La Rambla o Plaça Catalunya siempre abarrotadas, prácticamente a solas a primera hora de las cálidas mañanas del inicio del verano.
Con el verano, pudimos comenzar a ir a la playa. ¡Al fin, cómo la echaba de menos! Hicimos también alguna escapada a Tarragona para visitar a nuestros padres después de meses de confinamiento. Y conocer un par de lugares por la zona que hacía tiempo que estaban en el tintero. Visitamos el Park Samà, muy cerquita de Cambrils y luego fuimos a comernos una paella frente al mar.
Os hablaré de este día porqué es una buena escapada para un día, y muy entretenida para hacer con peques.
Otro día visitamos la Cartoixa d’Escala Dei, también en la provincia de Tarragona. Esta cartuja situada en la comarca del Priorat es un lugar de lo más curioso y con muchísima historia. Único en el país y con una ubicación impresionante. Muy recomendable para una salida de medio día y fácilmente combinable con otras poblaciones, rutas de senderimos o bodegas de la zona. Nosotros aprovechamos para ir a comer con nuestros padres.
Aprovechamos el buen tiempo para repetir una excursión a un lugar realmente bonito, y que ya habíamos recorrido en 2014. Volvimos a la Fageda de’n Jordà en la zona volcánica de La Garrotxa (Girona) para hacer la primera caminata por el bosque con el peque. Disfrutó muchísimo del porteo en la caminata de un par de horas que hicimos en el bonito hayedo (fageda). Esta zona cuenta con varias rutas, algunas más cortas y sencillas y otras más largas y exigentes que te llevan a través del hayedo y por los diferentes conos volcánicos de la zona. Lugar muy recomendable tengas la edad que tengas 😉
También aprovechamos el verano para volver a un lugar que hacía años que no visitábamos: el Parque de Atracciones Tibidabo. Y aunque no teníamos intención de subir a ninguna atracción porque el peque aún es muy peque, tampoco es que se pudiera. Tan solo había abiertas un par de atracciones y con aforo limitado. La intención era recorrer la zona gratuita y acercarnos al mirador. Nos gustó recordar otras visitas, y disfrutamos de las fabulosas vistas sobre Barcelona que hay des de aquí. Des de luego, éste será un lugar al que volvamos con asiduidad cuando crezca el peque 😛
Como os comentaba al principio del post, tuvimos que cancelar planes viajeros a primeros de abril. Pero con la mejoría de las cifras de contagio, decidimos organizar nuevas escapadas para septiembre, antes de incorporarme de nuevo al trabajo. Así que a primeros de septiembre y aprovechando el bono de Vueling del viaje cancelado a Mallorca, volamos a Menorca. ¡Qué deciros de esta isla! ¡Es realmente bonita! Además, se llevó el título de ser la primera vez de viaje fuera de nuestra tierra con el peque, y ¡su primer vuelo! Se portó súper bien y pudimos disfrutar muchísimo del destino, aunque por supuesto, a un ritmo más slowly del que estamos acostumbrados 😛
En Menorca tuvimos un percance con el alojamiento y tuvimos que cambiar a mitad de viaje. Esto nos desmontó bastante los planes (os lo cuento todo en el diario de viaje) pero aún así lo disfrutamos y quedamos con ganas de más. Estamos seguros que volveremos a recorrer esta isla en algún momento junto al resto de Islas Baleares.
Pocos días después de volver de «ses illes», cargamos el coche y nos echamos a la carretera. Nos había quedado la espinita de ver Toledo este año 😛 Yo ya conocía la ciudad de otras ocasiones, pero era la primera vez para mis chicos. Volvimos a reservar el apartamento que teníamos para mayo y nos pusimos en ruta. Hicimos un pequeño Road Trip por las Castillas durante una semana. Arrancamos con Consuegra y sus molinos, la histórica ciudad de Toledo, visitamos el Palacio Real de Aranjuez, la amurallada Ávila y la bonita Sigüenza de vuelta a casa.
Este viaje fue algo peor que el primero porque fueron demasiadas horas de coche. A pesar de que el peque lleva bien los viajes hechos con anterioridad, se le hizo muy pesado eso de estar tantas sentado, a pesar de que fraccionamos muchísimo la ruta. Coincidió también con sus primeros pasos y claro, él prefería estar de pie y andando que sentado en el coche. Aún así, también se portó genial y nos demostró que es un «andorrero» como sus padres 😛 Quedamos con ganas de darles más días a cada ciudad, y seguro que más tarde o más temprano, volveremos a todas ellas.
Con la llegada del otoño, hicimos un par de excursiones al monte. ¡Necesitábamos salir de casa después de tanto confinamiento! Hicimos alguna pequeña caminata por el Parque Nacional del Montseny. Lo tenemos a poco más de hora y media de casa, y esconde bonitas rutas de todos los tipos de dificultad. Nota mental, evitar los días de afluencia de domingueros en busca de setas al monte más cercano de Barcelona. ¡Ni os imagináis cómo estaba de lleno! ¡Ni las Ramblas! Por suerte, conocemos la zona y nos desviamos por un camino menos conocido. Dejamos el coche en un lateral de la pista, y paseamos un buen rato casi a solas. El peque disfrutó de lo lindo y mi marido ya dice que ha salido a mi, le gusta más el campo que a las amapolas 😛
Otro día nos fuimos hacia la zona de la Serra del Verd (Sierra del Verde), un poco más arriba de Solsona. En esta ocasión, quedamos con mis padres ya que tenemos casi la misma distancia para llegar, y aprovechamos la caminata para buscar setas con ellos. Se nos dio bien la jornada y disfrutamos de un día al aire libre después de meses sin vernos.
Avanza el otoño y nuevo confinamiento por una segunda ola de Covid nos lleva de nuevo a quedarnos en Barcelona. Aprovechamos los fines de semana libres para salir a pasear con el peque. Redescubrir rincones y lugares ya conocidos…
Y conocer otros que hacía tiempo que estaban en el tintero, como el Jardín Botánico de Barcelona. Nos enamoró y además descubrimos que por ser residentes en la ciudad, podemos entrar gratis cuando queramos. Así que seguro, volveremos. Desde allí también hay unas bonitas vistas de la ciudad al estar situado en la ladera de Montjuïc. Os hablaré con detalle de este lugar porqué también es ideal para parejas y familias.
Y entre confinamientos y cifras de fallecidos y contagios que dan miedo, llegamos al invierno. Poco más margen de hacer nada este año. Un año que seguro recordaremos y no por viajar lejos… Pero que también nos dejará el recuerdo de ser el primero de paseos, excursiones, viajes y escapadas con nuestro peque viajero. El año de valorar mucho más la vida y la salud. De echar de menos a los nuestros y de añorar viajar. Un año de redescubrir y de reinventarse. El que nos llevó a decidirnos por comprar el dominio del blog y mejorar e impulsar la web, también en redes sociales. Un 2020 de conocer a través de la pantalla, de videollamadas y de sonrisas con las miradas. Un año para agradecer la oportunidad de seguir vivos y de valorar más que nunca los pequeños momentos que hacen grande la vida.
¿Qué le pedimos al 2021? Pues como siempre, salud. ¡Y un respiro! Tenemos vacaciones a finales de enero, esperamos poder hacer alguna pequeña escapada, aunque sea cerca de casa y retomar esa emoción de preparar una salida y las mochilas. Le pedimos que nos dé muchos bonitos momentos para el recuerdo y poder seguir creciendo con mis viajes.