17/09/2020 (día 6): recorremos la histórica Fortaleza de la Mola, disfrutamos de un baño tranquilo en Es Grau y de un paseo por el puerto de Es Castell.
Después de unos días de pena en el alojamiento de pena en Binibeca, nos levantamos con calma después de una noche sin alergias al fin. Hemos dormido de fábula. Como os explicaba en la anterior entrada, este alojamiento además de estar limpio (no como el otro que parecía una pocilga), cuenta con mejor aire acondicionado y no se escucha nada de ruido de la calle. Así que mucho más descansados que los días previos, el plan para hoy es visitar la Fortaleza de la Mola y conocer Es Grau y Es Castell.
Desayunamos como campeones una ensaimada que compramos y nos preparamos para salir a conocer un poquito más de Menorca.
Cogemos el coche y en apenas 15 minutos estamos en el primer punto del día: la Fortaleza de la Mola. También conocida como Fortaleza de Isabel II. Este lugar, construido entre 1848 y 1875, fue imprescindible en la defensa de Menorca de los ataques del ejército británico que pretendían volver a invadir Menorca. Y se encuentra situada en una zona estratégica en una península al este de la península, justo a las puertas del puerto de Mahón. Fue, junto al Fort Marlborough, uno de los lugares imprescindibles para la defensa de Menorca.
Dejamos el coche en el parking gratuito que hay junto a la entrada principal. Hemos leído que hay que subir escaleras y que algunas zonas son de difícil acceso para el carrito, así que nos colocamos al peque en el porteo. Compramos 2 entradas con 1 audioguía, y una botella de agua (hemos cogido todas las cosas del peque pero nos hemos olvidado de nuestra agua), por 22€ todo. Os dejo la web oficial con toda la información del lugar.
La chica de la taquilla, nos dice que hay algunas visitas guiadas a lo largo del día, pero hace muchísimo calor hoy y al ir con el peque, preferimos visitarlo a nuestro aire con la audioguía e irnos cuando consideremos. Aún así, contad que echamos casi 3h recorriendo la Fortaleza.
En 1860, cuando se encontraba a mitad de su construcción, hubo una importante revolución en la tecnología artillera y la fortaleza pronto quedó anticuada. En 1896 se inició una segunda fase de construcción donde se instalaron baterías defensivas adaptadas a los nuevos cañones de carga por la culata. Hoy podemos verlos junto al patio de armas encarados a la entrada al puerto de Maó.
Hoy solo se pueden ver 2 o 3 cañones, pero existe un largo pasillo con galerías dónde se encontraban todas las baterías de defensa de esta zona de la isla.
Desde las ventanas por las que salían los cañones, podemos ver la entrada al puerto de Maó. Pensad que Menorca se encontraba en medio de las rutas comerciales del Mediterráneo, por lo que era «carne de cañón» para comerciantes, invasores y piratas, ya desde la época de Napoleón.
Constaba de 10 frentes que se dividían en dos grupos: los de defensa terrestre y los de defensa marítima. La primera era el punto más débil y por ello, la más importante. Para el frente marítimo, confiaban en los acantilados que rodean la península de La Mola.
La Fortaleza contaba con 2 altas murallas de piedra, separadas por un gran foso. Como nunca fue atacada, su estado de conservación es increíble y hoy podemos recorrerla prácticamente al completo.
La visita permite subir a lo alto de las murallas y caminar por todos los edificios que componían la Fortaleza.
Así como, acceder a unos inmensos pasadizos subterráneos que recorrían toda la Fortaleza y que contaban con varios puntos de huída por si el lugar resultaba invadido.
Recorriendo todas esas galerías subterráneas, piensas en la cantidad de soldados que vivían aquí y en todas las batallas que hubo por proteger la isla de británicos, franceses, piratas… Lo bueno de las galerías también, es que se está súper fresco y podemos descansar un poco de tanto calor. Al peque por otro lado, no le interesa demasiado esta visita y se queda roque un buen rato en el porteo 😛
Antes de irnos, echamos un último vistazo al lugar con toda la panorámica de esta parte de la isla que ofrece.
Es poco más de las 13h cuando acabamos la visita y volvemos al coche que nos espera bien caliente de tanto rato al sol… Pasamos un momento por una farmacia de Maó a buscar leche para el peque, y volvemos al apartamento. Nos preparamos la comida y después nos echamos una buena siesta. Entre el mal descanso de estos días pasados y el calorazo que hemos pasado en la Mola, estamos ko.
Tras la siesta y ya con el sol de bajada, caminamos 5 minutos hasta la playa de Es Grau. El anfitrión del nuevo apartamento nos dijo ayer que esta playa era ideal para ir con peques porque no cubre nada, y es muy tranquila. Alejada de las hordas de turistas. Y tenía toda la razón.
Esta playa es poco profunda y con escaso oleaje. Tanto que el peque disfruta un montón dando pasitos por el agua cogido de nuestra mano. En este viaje se ha lanzado a caminar y ahora ya solo quiere hacer eso. La playa es tranquila, con arena fina oscura y repleta de conchas.
Además tiene una ventaja especial y es que al estar dentro de una bahía muy cerrada y protegida por la Illa den Colom, cubre del viento de Tramuntana (del norte). Así que aunque sople de lo lindo, aquí estaréis bien.
No os he dicho, Es Grau se encuentra dentro del Parque Natural S’Albufera des Grau, el parque natural más importante de Menorca. Cuenta con más de 5.000 hectáreas y es uno de los puntos claves de la Reserva de la Biosfera menorquina. En el parque se pueden hacer varias rutas de senderismo para observar aves acuáticas y rapaces. Esta playa, es la más grande del Parque Natural.
Disfrutamos de un relajado baño rodeados por unas pocas familias de locales y de un increíble atardecer con una preciosa puesta de sol. Las fotos no son muy allá porque las hice con la cámara acuática. Estamos seguros que si regresamos a Menorca, esta playa estará en la lista de lugares a visitar de nuevo.
Hacia 19.30h volvemos al apartamento la mar de relajados. Ducha, cena al peque y salimos con el coche hasta puerto de Es Castell a dar una vuelta. En todos los días que llevamos por Menorca, es el primero que vamos a salir por la noche un ratito. Pero damos una vuelta rápida y a las 21,30h volvemos al apartamento porque el peque va ko y no se acaba de relajar en el porteo.
Así que en 15 minutos estamos de vuelta en casa y lo acostamos en la cama. Cenamos con calma nosotros después y nos relajamos después de varios días bastante tensos. Mañana seguiremos conociendo la fabulosa Menorca.