Hoy nos vamos de excursión hasta un lugar poco conocido pero que tenía muchas ganas de visitar y que pudimos hacerlo en el verano del 2021: la Ermita de la Mare de Déu de la Roca. Situado en la comarca del Baix Camp en Tarragona, esta pequeña ermita se encuentra sobre un peñasco erosionado y rojizo a 294 metros sobre el nivel del mar. Es un buen plan para visitar junto a la cercana población de Mont-Roig del Camp, el Parc Samà o hacer alguna ruta de senderismo por la zona. ¿Te vienes?
Ermita de la Mare de Déu de la Roca y capilla de Sant Ramon de Penyafort
Como hemos comentado en alguna ocasión, mis padres tienen un mobilhome en un camping entre Cambrils y Miami-Platja. Así que un sábado, decidimos acercarnos a visitar la Ermita antes de ir a comer con ellos al camping. Conducimos desde Barcelona y en poco más de hora y media aparcamos en el parking gratuito de la Ermita.
El peñasco rojizo en el que se encuentran la ermita y la capilla, dan nombre a la población a la que pertenecen, Mont-Roig (Monte Rojo en catalán). Y la verdad, es que desde el parking, ya pinta muy chulo.
Según documentos encontrados, la Ermita data de 1299. Pero a lo largo de la historia ha sufrido guerras, invasiones paganas e incendios que le han dejado mella. El Santuario forma parte de la ruta turística 3MR: Mirar, Miró, Mont-Roig. Nos colocamos al peque en el porteo y ascendemos por una bonita escalera construida en la misma roca.
Hoy en día, no sólo encontramos la Ermita y la Capilla de San Ramón, si no que también hay un restaurante y una hospedería con 5 habitaciones. Pero debido a la situación de pandemia por el COVID, ambos están cerrados hoy. Tan solo hay un pequeño servicio de bar. Nosotros de todos modos, venimos solo a hacer la visita ya que mis padres nos esperan luego.
La Ermita es pequeña. Cuenta con una sola nave y en parte está excavada en la roca. A los pies del santuario, se levanta un pequeño campanario. Cuenta la leyenda además, que la imagen de la Virgen con un niño en brazos de la Ermita que había sido destruida en la Guerra Civil, fue encontrada por un pastor bajo una palmera. La imagen data del siglo XVIII.
Frente a la Ermita hay una bonita plaza empedrada y porticada. Aquí encontramos una losa con la inscripción: B(EATA) M(ARIA) GIBERGA ME FECIT ANN(O)1591. Nosotros nos detenemos un momento a admirar las bonitas vistas que ofrece este mirador.
Podemos ver la panorámica de la cercana Reserva Natural de Llaberia y el Parque Natural de la Sierra del Montsant a un lado. Al otro, la Costa Daurada hasta el Puerto de Tarragona.
La festividad de la Mare de Déu de la Roca se celebra el 8 de septiembre y es tradición bailar el popular Ball de Coques. El 1r sábado de mes, hacen misa a las 10,30h. Podéis encontrar más información en su web.
Entramos a ver la pequeña iglesia. Aunque es sencilla, es un espacio agradable. Y podemos acercarnos a ver la bonita imagen de la Virgen.
Pasamos el pórtico y seguimos subiendo por el Fossar de les Monges por otra escalinata tallada en la roca. Aquí nos detenemos unos minutos porque vemos a unos gatitos y como al peque le chiflan los animales, nos pide bajar del porteo 🙂
Una vez hechas las amistades con los gatitos, volvemos a colocarlo en el porteo. Aquí hay mucha altura y da un poco de vértigo… Ascendemos hasta el punto más álgido del lugar en el que se sitúa la Capilla de Sant Ramon de Penyafort.
Durante el ascenso, podemos apreciar mucho mejor la erosión de la roca así como ese color rojizo que le da la particular arenisca que la conforma. La verdad es que podría pasar por fake, pero el lugar está azotado por fuertes vientos de Mistral que unido a la humedad del Mar, le provoca estas erosiones.
La capilla de San Ramón alrededor de 1818 en los antiguos terrenos del castillo feudal del siglo XIII. Su particular color blanco, servía de guía para los marineros de la zona, como si se tratara de un faro. Muy deteriorada con el paso del tiempo por el azote del viento, fue restaurada en 1902 por un grupo de mujeres de Mont-Roig del Camp y dos famosos arquitectos de Reus, Miquel Herrera y Prudenci Anguera. Cuenta la leyenda, que la imagen del santo de la capilla, fue encontrada en el mar por unos pescadores cerca de Cambrils y traída de nuevo hasta aquí.
Se puede acceder al interior, pero hay que pedir la llave en el restaurante. Esto lo descubrimos una vez arriba, al ver un cartel junto a la puerta… la verdad es que hace un calor tremendo y decidimos dejarlo estar.
La capilla, junto a la Ermita, era un lugar frecuentado por el pintor Joan Miró, nacido en Mont-Roig. De hecho, Miró pinto el cuadro Sant Ramon que es la visión de la capilla desde el último tramo del camino viejo que viene del pueblo. También desde aquí, podemos disfrutar de una increíble panorámica.
Alrededor del espacio natural que ocupa la Ermita, encontramos diversas fuentes y espacios para comer al aire libre, así como varias rutas de senderismo. La más famosa, es la GR-192, también conocida como el Camino Viejo de la Ermita que lleva hasta Mont-Roig en unos 25 minutos a pie.
Nosotros volvemos al coche después de haber disfrutado muchísimo del lugar. Paramos en una de las zonas de merendero que hay en la carretera T-322, para que el peque pueda corretear un poco por el bosque de pinos que hay. Ha estado un buen rato en el coche y otro buen rato en el porteo, y se ha ganado un paseíto 🙂
Se nos hace la hora de comer, así que volvemos al coche y conducimos hasta el camping dónde nos esperan mis padres.
Ha sido todo un descubrimiento, y recomendamos muchísimo esta visita.