30/09/2013 (día 4): hoy conoceremos de cerca el chispeante Sakurajima, sin duda ¡una de las mejores experiencias viajeras!
Hoy es un día muy especial en la ruta y hasta el mismo día no supimos si podríamos hacer la excursión programada para hoy: ¡¡la visita a la isla de Sakurajima!!
Pero lo primero, cargar las pilas… tenemos el desayuno incluido, así que hoy no nos tenemos que preocupar por buscar kombini para ello. Después hacemos el check-out y les pedimos si nos pueden guardar las mochilas hasta la tarde y liberados de tener que llevar carga, salimos a la calle.
En Kagoshima hace sol pero ya se ve a lo lejos que el Sakurajima sigue humeando igual que ayer… esperemos poder hacer la excursión tal y como tenemos previsto… Cogemos un tranvía en la puerta del hotel (160¥ pp) hasta la parada Suizokukan-guchi. Seguimos por la calle perpendicular durante unos 5 minutos a pie en dirección al mar para ir a la terminal de Ferrys.
Sakurajima (桜島): Se trata de un estrato volcán activo, situado en el sur de la isla de Kyushu. Hasta 1914, Sakurajima era una isla pero debido a una gran erupción se unió a la península de Osumi. La actividad volcánica continua a día de hoy en activo. Su cima está dividida en tres picos: el Kitadake o pico norte, el Nakadake o pico central y el Minamidake o pico sur, activo actualmente. Su punto más alto se sitúa a 1117m sobre el nivel del mar.
Tomamos el primer ferry que parte hacia la isla. Salen cada 10-15 minutos y tardan más o menos lo mismo en hacer la travesía. Navegamos en el Cherry Queen.
Es curioso ver que sobre Kagoshima hay un cielo despejado y en cambio, sobre Sakurajima una humareda que parece el fin del mundo…
El trayecto del ferry se paga al llegar a la terminal de Sakurajima (150¥ pp). Una vez allí, cogemos un mapa en la oficina de turismo y bajamos a la calle. Nada más salir, ya se nota el humo en el ambiente y alucinamos al ver todo el suelo y objetos completamente cubiertos por cenizas… ¡¡es impresionante!!
Hay dos opciones para visitar la isla: una es comprar el tour con Sakurajima Regular Sightseeing Bus que sale desde la estación JR Kagoshima Chuo y que te lleva hasta el ferry y luego recorre la isla, vas con guía japonés pero te dejan un librito en inglés con las explicaciones por 2000¥/persona (también se puede comprar en la terminal del ferry ya en Sakurajima por 1700¥). O bien, tomar el Sakurajima Island View bus por 500¥/persona (pase diario ilimitado) e ir haciendo la ruta circular (mucho más corta que el otro bus), con la posibilidad de ir bajando en cada parada para visitar el lugar con detalle.

Nos decantamos por hacer la ruta del Island View. El bus sale del puerto de Sakurajima y la primera parada es Hinoshima Megumikan Rest Shop, una zona de restaurantes dónde también hay un kombini. No bajamos del bus y la siguiente es la Rainbow Sakurajima Inn, situada junto a un complejo hotelero con onsen y tiendas… Tampoco aquí bajamos y seguimos hacia Sakurajima Visitor Center. Decidimos seguir hacia el Observatorio Karasujima dónde estaciona 5 minutos para poder disfrutar de las vistas del lugar.
Volvemos al bus y nos dirigimos al Akamizu View Park dónde estaciona durante 8 minutos. Situado al sur del centro de visitantes se encuentra el observatorio desde donde se puede ver la colada de lava de 1914 que sepultó la pequeña isla que antes estaba a 500m de la costa y se tragó tres pueblos, destruyendo más de mil hogares. Se trata de un observatorio a pocos metros del mar, desde el cual se puede ver una panorámica de la ciudad de Kagoshima, así como del volcán ¡que humea que da gusto!.
Hay una escultura hecha en piedra volcánica en honor a un concierto benéfico que se organizó en la isla.
Veréis que muchas fotos tienen una especie de velo… no es fallo de la cámara ni del enfoque, es por la cantidad de ceniza que llovía en algunas zonas. En esta foto podéis ver cómo está la flora local… llena de cenizas y quemada por el calor de éstas…
Volvemos al bus y tras un buen rato de subida por una carretera tremenda, llegamos al Observatorio de Yunohira. Aquí tenemos 15minutos para flipar en colores literalmente. Y digo flipar en colores porqué nada más llegar, nos topamos con un montón de humo, llueve ceniza a tutiplén y pican los ojos y la boca que da gusto por el azufre que hay en el ambiente.
Estamos a unos 2,5 kilómetros del volcán que no deja de humear y se nota. Mi marido decide entrar a la tienda que hay en el observatorio a ver si encuentra mascarillas (ante todo nuestra salud) y yo me quedo haciendo fotos. Las vistas desde aquí son increíbles, tanto de la costa, como del volcán. Este observatorio se encuentra a 373m sobre el nivel del mar.
Alrededor del edificio, hay un balcón con carteles dónde señala puntos importantes de cada zona, así como información sobre las distintas erupciones que ha habido en la historia del Sakurajima. En su interior, encontramos un mini museo con más información.


Quedan pocos minutos para volver al bus cuando mi marido sale de la tienda con su objetivo cumplido: ¡ya tenemos mascarillas! Nos las ponemos y él echa un vistazo rápido. Justo en el momento que le estoy haciendo una foto, sale un “puff” enorme y muy negro del volcán, todos los allí presentes nos quedamos helados… todo el mundo mira en dirección al volcán con los ojos muy abiertos… ¡¿eso es bueno, normal o malo?!
Volvemos al bus que regresa al puerto. En 15 minutos he quedado bien llena de cenizas. Si, dejamos el paraguas en el hotel… ¡qué listos!
Una vez de vuelta en el puerto, cogemos de nuevo el bus y ésta vez paramos en la parada Rainbow. Vemos un muelle que da a una playa volcánica súper chula.
Entramos en las tiendas que hay aquí para hacer parada en boxes. Compramos unas bebidas y vamos al baño. En una de las tiendas veo unos imanes súper cuquis hechos con piedra volcánica y no puedo resistir la tentación de comprarlos 🙂 (200¥, 2 imanes). No sé a vosotros, pero a mi me recuerdan a Epi y Blas 😛
Recorremos un trocito del Paseo de Lava, junto a la costa. Se trata de un pequeño sendero en el que hay acumulados muchísimos restos de la lavada que convirtió la isla en península. Es impresionante ver esas rocas y esas cenizas por doquier…


Tras pocos minutos, llegamos a los baños de pies. Se tratan de unos baños de pies públicos y al aire libre, de aguas termales que vienen del interior del volcán. Nos descalzamos sin pensarlo y metemos los pies… ¡¡mmm, qué a gusto!!
Es súper relajante estar ahí, con el volcán humeando, el sonido de las olas y completamente solos con los pies en remojo en agua calentita
Vamos al Centro de Visitantes de la isla. Se trata de un museo/tienda de entrada gratuita con información e imágenes de la historia de la isla y de las distintas erupciones del volcán.


Tras la visita se acerca la hora de comer, así que nos vamos a un Family Mart que hemos visto antes y que está a menos de 5 minutos a pie del Centro de Visitantes y comemos allí mismo (1200¥ los dos) con vistas al volcán. Puede parecer que al ser comida pre-cocinada que te calientan allí estará malo o “revenío” pero ¡para nada, está todo riquísimo y es bien barato!
Mientras comemos comentamos lo alucinados que estamos con éste lugar y mi marido dice de coger el bus que hace la ruta larga y pasar más tiempo aquí antes de irnos a Kumamoto. Como solo es la 1h y sé que el bus sale sobre las 14h nos vamos con calma hacia el puerto, pero antes visitamos el Santuario Tsukiyomi. Mientras vemos el santuario, el volcán hace otro nuevo “pufff” más grande que el de antes… uy, uy…
El santuario es un bonito lugar, todo de madera roja lacada, rodeado de árboles y con esas vistas… está dedicado a los dioses del volcán para proteger a los ciudadanos de la isla de su furia.
Salimos de nuevo a la carretera y en seguida llegamos al puerto. Estamos tan alucinados con este lugar que decidimos hacer la ruta larga también. Compramos los billetes para el tour (1700¥ pp) y esperamos a que sean las 14,20h que sale el próximo. Al subir al bus, nos entregan un librito en inglés con todo el recorrido que hace e información sobre la isla y las paradas. Somos unas 8 personas, solo 2 japoneses y el resto somos extranjeros (¡esto si que es raro!). El tour dura unas dos horas y media.
El bus sale del puerto y la primera parte es el mismo recorrido del Sakurajima Island View sólo que va directo al observatorio de Yunohira dónde hace la primera parada. Durante todo el trayecto del tour, vemos varios “pufff” del volcán y cada vez que hay uno la guía grita un “uuuhg” señalando al volcán y con cara de flipe, por lo que empezamos a pensar que ver tantas explosiones en un mismo día no es muy normal…
Desde el Observatorio de Yunohira se puede ver el cráter de uno de los volcanes inactivos.


De ahí vamos hacia la costa norte de la isla y vamos recorriendo una carretera junto a la costa y desde dónde vemos varias playas de ceniza y piedra volcánica, la más importante es la Saido Beach.
Por la parte de atrás del volcán, la que aún no habíamos visto, se ven con mayor claridad las explosiones del Minamidake.
Desde el bus vemos la torii enterrada del Santuario Kurokami. Es una muestra de la magnitud de la erupción de 1914, la misma erupción que causó la conexión de tierra de Sakurajima a la península de Osumi y que cubrió esta torii de 3m de altura con lava y cenizas, dejando sólo el tercio superior visible. Los vecinos de la zona intentaron desenterrarla pero finalmente no lo hicieron, y decidieron conservarla así como recuerdo de lo ocurrido.
Hacemos una parada en una tienda para poder ir al baño los que quieran y dónde nos dejan probar los rábanos típicos que cultivan en la isla (son los más grandes de Japón). Los tienen dulces, encurtidos… y además nos invitan a un chupito de Sochu, ¡riquísimo! Vemos que tienen guardadas algunas rocas que han salido disparadas de las erupciones del volcán… ¡alucinamos con el tamaño de alguna!
Compramos un paquete de rábano dulce que a mi marido le pirra y salimos hacia un patio trasero que hay. Recuerdo haber leído en algún blog que aquí te traen para hacer negocio y que el sitio en realidad merecía la pena por tener una torii enterrada mucho mejor que la del Kurokami. ¡Y así es! Hay una torii de madera lacada que marca el punto de acceso a un pequeño cementerio (deducimos que de la familia) y una torii de piedra enterrada. Al fondo podéis ver que el volcán sigue a lo suyo…
Volvemos al bus y nos dirigimos hacia el Observatorio de lava Arimura, uno de los mejores lugares para observar el humeante Minamidake y su flujo de lava constante. La zona tiene una serie de puntos de observación que están conectados por senderos pavimentados por los que se puede dar un pequeño paseo y unas vistas del océano fantásticas con trampas para ostras que por lo visto también son típicas en la zona.
Aquí nos hacen una foto de grupo que nos ofrecen comprarla al llegar al puerto. Como no nos interesa, ni recuerdo cuánto costaba…
Junto al mirador hay una serie de tiendas con productos locales, unos baños y uno de los muchos refugios que hay en la isla. La guía explica que hay un sistema de detección de erupciones bastante complejo en la isla. Hay unos sensores que se encuentran repartidos por todo el terreno, a unos cuantos metros de profundidad que detectan el menor cambio de temperatura o movimiento sísmico. Así como detectores de azufre en aire y estos refugios por si el volcán expulsara piedras de gran tamaño. Además, en los últimos años no dejan acercarse a la zona de los cráteres (hay un perímetro de seguridad) para poder evacuar con mayor facilidad en caso necesario.
Volvemos al bus y de camino hacia el puerto pasamos por un lugar que nos deja totalmente anonadados.
Llegamos al puerto y bajamos del bus. Como compramos el billete del bus en Sakurajima, tenemos que cruzar por nuestra cuenta con el ferry. Así que subimos a la terminal y cogemos el primero que parte hacia Kagoshima (120¥ pp, tenemos 30¥ de descuento cada uno).
Realmente no nos arrepentimos para nada de haber venido hasta aquí ni de haber pagado los dos buses. Ha sido una experiencia increíble que jamás olvidaremos
Eso si, si decidís venir a este lugar tenéis que tener la precaución de traer ropa que no os importe que se ensucie mucho (por la ceniza), mascarillas si el humo es importante, paraguas para evitar la lluvia de ceniza y ¡vigilad las cámaras! A la mía le costaba mover el objetivo, por no hablar de la cantidad de ceniza que se le coló por todas partes y que me vi negra para limpiar… ¡Ah¡ y si lleváis lentillas, no os recomiendo usarlas ese día… pasé un buen rato intentando quitarles la ceniza y al final, las tuve que tirar porque no había manera. Pero todo ello mereció la pena, sin duda.
Llegamos de nuevo a Kagoshima y nos dirigimos a la parada del tranvía (160¥ pp) para volver al hotel a recoger nuestras cosas. En unos 10 minutos estamos allí, recogemos las cosas de la recepción y les damos mil arigato por guardárnoslas gratis 🙂 Salimos de nuevo a la calle y caminamos unos 10 minutos hasta la estación JR Kagoshima-Chuo, dejamos con pesar esta ciudad y cogemos un Shinkansen a las 18h que en algo menos de hora y media nos lleva al último destino en Kyushu: Kumamoto.
Kumamoto (熊本): puerta de entrada a la región de Aso, fue la ciudad que inventó el kobori (forma de nadar erguido portando la armadura samurai) aunque en la actualidad es más conocida por su castillo.
Nos alojamos en el Dormy Inn Kumamoto por 14600¥ (dos noches los dos) y también cuenta con baños públicos. La verdad es que esta cadena hotelera no la conocíamos pero la habíamos visto recomendada en el foro Los Viajeros y decir que me sumo a la recomendación. Son de los de BBB (bueno, bonito y barato) y la mar de cómodos; están bien comunicados con las estaciones JR y tienen siempre buses, tranvías o metros cerca.
Sobre las 19,30h llegamos a Kumamoto. Lo primero es tomar un tranvía para llegar al hotel, cerca de la parada Karashima-cho. Tardamos unos 10-15 minutos en llegar. Aquí ya empezamos a pensar “por favor, por favor que estén las maletas!” 😛 Efectivamente, al hacer el check-in nos informan que nuestras maletas nos esperan en la habitación, ¡ole! ¿¡He dicho ya que me encanta la eficiencia nipona?!
Decidimos salir a dar un paseo por los alrededores del hotel. Hemos visto desde la parada del tranvía que hay unas calles comerciales cubiertas con buena pinta, así que allá vamos. Y aunque es tarde ya, hay bastante ambiente en la zona. Encontramos varias tiendas de todo tipo, restaurantes, kombinis… decidimos dejar un poco de lado la dieta local y vamos a cenar unas hamburguesas (1200¥ los dos). Compramos desayuno y agua en un kombini y nos vamos de vuelta al hotel que ya es hora de descansar. De camino podemos ver un trocito del castillo iluminado, y es que estamos alojados muy cerca. Pero eso ya queda para mañana, hoy estamos ko.
Aunque en Indonesia hicimos algún trekking hasta el cráter de volcanes como el Kawah Ijen o el Gunung Bromo, debo decir que el Sakurajima nos impresionó muchísimo…