27/09/2013 (día 1): tras 2 años, de vuelta en Japón y primera toma de contacto con Osaka
Como comentaba en la entrada anterior, a las 7,30h aterrizamos en el Aeropuerto Internacional de Kansai, en Osaka, lo cuál quiere decir que ¡¡ESTAMOS DE VUELTA EN JAPÓN!! No os puedo explicar con palabras la emoción que sentimos en este momento… todo un mar de recuerdos de nuestro primer viaje llegan a nuestras mentes y a pesar del cansancio acumulado del viaje, tenemos una ilusión tremenda por acabar cuanto antes con la «burrocracia» y empezar a sentir de nuevo lo que es estar en este fantástico país.Pasamos sin problemas los controles de inmigración y bajamos a la zona de recogida de maletas. Aquí pasamos un tanto de estrés… a todo el mundo le salía su maleta menos a nosotros, así que se nos empezaron a poner por corbata Cuando apenas quedábamos unas cinco personas esperando equipaje, vi aparecer por la cinta nuestras maletas y casi lloro de la emoción 😀 Ya me veía reclamando equipaje, ¡uff!
Tras recoger las maletas, hay que pasar por los controles de aduanas. Allí puedes tener la suerte de que sólo te hagan algunas preguntas o bien, que te hagan abrir la maleta y pases otro poco de estrés.
En este viaje me tocaba llevar medicación inyectable -problemillas de salud que tiene una…- por lo que unos meses antes del viaje tuve que pedir un permiso para poder entrarla en el país, enviado un informe médico e información de la medicación que iba a entrar a la oficina del Ministerio de Sanidad japonés en Osaka, la «Kinki Regional Bureau» A las pocas semanas me llegó una carta a casa con la documentación que debería presentar en la aduana en caso de inspección para que los agentes vean que está certificada la entrada con toda la info en japonés y en inglés. Si tenéis que entrar medicación inyectable, derivados de los opioides (como el tramadol) o de la epinefrina (común en muchos antihistamínicos), deberéis hacer esta solicitud ya que son fármacos prohibidos en el país.
Como os decía, la medicación la llevo en la maleta ya que para evitar problemas en Frankfurt la facturé, pero os podéis imaginar que a la hora de pasar por aduanas llevo ya la documentación con la autorización en la mano pensando que sí o sí me harían abrirla y empezar a explicar, incluso llevaba las frases en japonés en el móvil para ayudarme a explicarlo, pero no hizo falta. Tan solo nos preguntaron cuántos días íbamos a estar, qué zonas recorreríamos y nos dieron la bienvenida de nuevo a Japón 🙂
Y ahora sí que sí, salimos de la zona de seguridad y vamos en busca de una oficina de cambio. Cambiamos 2000€ para 20 días a 1€=128,9¥, ¡nada mal en comparación con el 1r viaje!
Pero aún nos falta una pequeña burocracia, así que nos dirigimos hacia la estación Japan Railways (JR) del aeropuerto. En la oficina cambiamos nuestro vale del Japan Rail Pass de 14 días por el pase propiamente dicho, con fecha de activación de mañana.
Vemos que han cambiado el formato del JRP y también el dibujo, antes llevaba la ola de un tsunami y por respecto a las víctimas del de 2011, ahora usan un dibujo del Mt Fuji.
También compramos dos tarjetas de prepago y de contactless ICOCA por 2000¥ cada una (500¥ de los cuales son el depósito que si devuelves la tarjeta te los retornan). Y ya aprovechamos también para reservar los asientos del Shinkansen que nos llevará mañana hasta Hakata.
En este viaje tenemos previsto usar más tiempo el metro ya que hoy no tenemos el JRP activo aún y nos quedarán unos días en Tokyo fuera del pase, así que decidimos ir a por la comodidad de las tarjetas de contacto. Japón tiene un sistema de metro dónde tienes que comprar los billetes en base a la estación por la cuál accedes y la que sales, por lo que cada trayecto es de un precio distinto. Si llevas tarjetas pre-pago de contacto sólo tienes que pasarla al entrar y al salir, y la máquina te va descontando. Hasta hace unos años, cada región tenía su propia tarjeta y solo te servía en esa zona determinada, pero esto lo cambiaron y ahora puedes usar cualquier tarjeta por todo el país, lo único es que si la quieres devolver, si que deberá ser en la región dónde la has comprado, pero para nosotros eso no es problema porque nos las llevamos para un tercer viaje 😛
Tras todos los trámites, entramos a la estación de tren del aeropuerto y tomamos el primer tren Rapid Service que pasa, y que por 1160¥ cada uno y en unos 70 minutos nos deja en la estación JR Osaka, dónde tenemos nuestro hotel. Para esta noche escogimos el hotel Granvia Osaka, adherido a la propia estación JR Osaka por 12353¥ (habitación doble). Ya conocemos esta cadena hotelera del primer viaje y aunque es algo carillo, es un buen hotel y tiene la comodidad de estar en la misma estación, así que para esta noche no nos importó pagar un poco más en pro de tener mayor comodidad.
Dejamos las maletas en una consigna de la estación ya que hasta las 15h no podemos hacer el check-in y empezamos con la ruta 🙂
Osaka (大阪), es la tercera ciudad más grande de Japón (por detrás de Tokio y Yokohama) y la principal de la región de Kansai, así como uno de los puertos y centros industriales más importantes del país. A pesar de no ser un lugar demasiado turístico, lo cierto es que merece la pena pasar al menos un día en la ciudad para disfrutar de su gente (mucho más directa y ruidosa que la de otras regiones de Japón) y disfrutar de su comida (los osakenses son unos locos del buen comer), y darnos cuenta de cuán diferente es del resto de ciudades japonesas…
La ciudad de Osaka cuenta con ocho líneas metro que cubren el área metropolitana. Las líneas de tren JR West operan una extensa red de cercanías en el crea de Osaka, así como la línea circunvalación de la ciudad, la equivalente a la línea Yamanote de Tokyo. JR también opera líneas con el aeropuerto de Kansai, Kobe y Kyoto. Puede parecer complicado, pero moverse en metro/tren por la ciudad es de lo más fácil… el contra es que la estación JR Osaka es una de las estaciones centrales de la ciudad y pasan por ella prácticamente todas las líneas, así que imaginad el tamaño de la estación y multiplicadlo por 3 😛
Desde la estación JR Osaka, tomamos la JR Loop Line (la línea circular) hasta la parada JR Osaka-jo-koen. Vamos a visitar el parque del Castillo de Osaka. Durante este corto trayecto en tren tenemos que hacer grandes esfuerzos por ¡¡no dormirnos, uff!! Estamos cansadísimos… así que gracias a que estamos en Japón y hay máquinas de bebidas por doquier, nos compramos en la misma estación unas bebidas energéticas que nos tomamos de un sorbo y luego vamos dando un corto paseo hasta el parque.
Al poco de adentrarnos en el parque ya podemos ver parte del tejado del castillo y apunta a que es bien chulo 🙂 En uno de los puentes que cruzan el foso y que te adentran hacia el castillo, vemos que hay un grupo de chicos y chicas vestidos con camisetas de un equipo de fútbol japonés y un chico (al que todos le piden autógrafos después, por lo que deducimos que es un jugador famosete) corre con la bandera de Japón entre ellos y a lo largo del puente. Como buenos «guiris» nos paramos a grabar y echar unas fotos ¡jaja!
Seguimos con el paseo por el parque hasta llegar al castillo. En el primer viaje, sólo vimos el Castillo Nijo de Kyoto y la torre reconstruida del de Hiroshima, así que éste nos llama mucho más la atención porque éste si es de construcción típica.
El castillo de Osaka también está reconstruido de hace poco tiempo y no podemos evitar echarnos unas risas con el ascensor que le han puesto en un lateral, ¡toma yoya a la tradición! Por lo que comentan en las guías, mientras asciendes a lo alto del castillo dónde hay un bonito mirador vas visitando una exposición sobre la historia del castillo y de la ciudad, pero estamos agotados y pensamos que no disfrutaremos de la visita, por lo que decidimos no entrar. De todas formas le damos una vuelta al castillo para no perder detalle desde ningún ángulo 🙂
Junto al Osaka-Jo encontramos un edificio de arquitectura europea y que vemos que se trata de un museo de guerra, así como la estatua del emperador Toyotomi Hideyoshi y junto a ella, el Hokoku Shrine tras una pagoda de piedra.
Es un bonito templo shinto construido en 1879, en plena era Meiji. ¡¡Qué alegría volver a sentir la magia de estos lugares!!
Tras recorrer el templo, nos dirigimos hacia el «dique seco» y luego hacia el estanque del parque desde dónde se distinguen algunos edificios de oficinas de la ciudad.
Nos cuesta mantener los ojos abiertos, así que decidimos volver hacia la zona del hotel para comer algo e intentar que nos den la habitación algo antes de las 15h, entre el porrón de horas que llevamos sin dormir y el jetlag (son +8h respecto a España en esta época) estamos literalmente agotados. Tomamos de nuevo la Loop Line hasta JR Osaka, dónde comemos unas pizzas en el primer chiringo que encontramos y nos vamos hacia el hotel. Son las 14,40h y son benevolentes con nosotros, creo que nos ven la cara de «no puedorrr con mi alma» y nos dejan hacer el check-in
Tras descansar un poco, hacemos un esfuerzo sobre-humano para salir de la cama e ir a ver alguna cosilla más de la ciudad. Nos decantamos por el Umeda Sky, aprovechando que está a pocos minutos a pie del hotel. Pagamos 700¥ cada uno y subimos a lo más alto del edificio. La escalera que te lleva hasta la parte alta del mirador es muy psicodélica.
Ya es de noche, por lo que tenemos unas vistas nocturnas sobre la ciudad de Osaka ¡la mar de chulas! Y nos hacemos una idea de lo grande que es la ciudad… tan solo hemos recorrido una pequeña parte hoy con el tren desde el aeropuerto y luego yendo hacia el castillo, pero desde aquí arriba queda claro que ¡Osaka es mucha Osaka!
Recorremos los 360º del mirador y nos hacemos la primera foto friki del viaje, en un corazón luminoso que hay. Veo que hay estampillas con el sello del mirador y allá que voy a por la mía.
Después de la visita, volvemos caminando de vuelta a la estación de Osaka y le echamos un vistazo a las plantas superiores de la estación dónde hay varios restaurantes. Nos decantamos por uno de tonkatsu dónde comemos de fábula, qué placer tan grande volver a comer aquí 🙂 Además la señora que lleva el restaurante es super mona y nos pregunta de dónde somos y al decirle que es nuestra segunda vez en Japón se pone super contenta y nos invita a un chupito de umeshu (licor de ciruela). La cena cuesta unos 2600¥ (los dos). Tras pagar, nos vamos de vuelta al hotel. Ducha rápida y eso de las 21h… ¡ya estamos durmiendo!