Hace unos meses, disfrutamos de una bonita visita al Castell de Claramunt en la comarca barcelonesa del Anoia. Es una bonita visita apta para todas las edades y en la que puedes aprender un poquito más sobre la historia catalana. ¿Quieres saber un poco más del lugar y de su visita? ¡Sigue leyendo! 😉
Visita al Castell de Claramunt en familia.
Para visitar el Castell de Claramunt, cogimos el coche y tardamos aproximadamente 1h en llegar por la A2 desde Barcelona. Dejamos el coche en el aparcamiento gratuito que hay justo pasada la Pobla de Claramunt. Aunque el camino asfaltado sigue, el último tramo tiene restringido el paso. Así que, debemos caminar unos 30 minutos cuesta arriba hasta llegar a lo alto de la cima dónde se encuentra la fortificación. Aunque la subida no es complicada, el camino es algo inclinado en algunos tramos.
Justo al lado del aparcamiento, encontramos un cartel que nos anima a descubrir la Muntanya dels Nens (montaña de los niños). En él marcan 3 posibles itinerarios por la zona, nosotros seguimos el que lleva al castillo. Durante el camino, encontraremos una serie de «tesoros».
Tales como cuevas y fósiles de antiguos caracoles de mar. Y es que el Castillo se encuentra en la Sierra de la Guàrdia, en el margen derecho del río Anoia dónde se conforma la entrada al Congost de Capellades y la Conca d’Òdena. Esta zona, en la antigüedad estaba cubierta por mar. De ahí, que se puedan encontrar restos fósiles de caracoles y otros animales marinos en el interior de Catalunya. La verdad es que cuesta imaginar esta zona montañosa cubierta por agua…
El camino es sencillo pero algo empinado, sobre todo el último tramo. Aún así, como vamos encontrando los tesoros que marcaba el cartel, tocando la roca y abrazando árboles con el peque, se nos hace bastante ameno 😛
Y lo mejor, es que vamos viendo una panorámica de lo que nos espera en el alto de la colina, y ¡tiene muy buena pinta! En cierto modo, esa ubicación en lo alto del cerro nos recuerda mucho al Castell de Montsoriu.
El Castillo de Claramunt, data del S. X. Tiene una extensión de 5.404 m² y se encuentra a 461 m de altitud, en lo alto de una colina. Lo cual le permite una espectacular vista del entorno natural que lo rodea, así como de buena parte de la Catalunya Central. Forma parte del Patrimonio de la Generalitat y es uno de los 10 mejores castillos de Catalunya y el mejor de la comarca del Anoia.
Es emocionante ver cada vez más cerca el castillo conforme vamos ascendiendo. Desde aquí, podemos ver el buen estado de conservación de su muralla y del edificio principal. Y comenzar a detectar ese estilo románico que lo caracteriza. El castillo formaba parte de una densa red de castillos que marcaban la frontera entre el Condado de Barcelona y Al-Andalus. Su función era la de proteger y organizar esta parte del territorio.
Tras unos 30 minutos de caminata, llegamos a lo alto de la colina. Del total de su extensión, 1.240 m² corresponden al recinto soberano, la torre del homenaje, los diferentes edificios, la iglesia románica de Santa Maria y la gótica de Santa Margarida. El resto estaba destinado a patios, huertos y baluartes. Es impresionante ver esa bonita muralla construida sobre la roca. En cierta manera, me recuerda mucho a la muralla de Ávila que visitamos en 2020.
Al llegar a la puerta, encontramos un cartel que dice que llamemos al timbre y esperemos. Si pasados 10 minutos, no viene nadie a abrir, deberemos llamar a un móvil que consta. Esperamos unos pocos minutos y viene el guía a abrirnos, y nos acompaña hacia el interior del castillo. Por lo visto, hace un tiempo despidieron a su compañero y ahora se ha quedado él solo para abrir la puerta, cobrar, dar información y hacer la visita guiada. Alucinamos con la mala gestión que hace el Ayuntamiento de La Pobla de Claramunt en este sentido.
Pagamos la entrada que incluye la visita guiada de 40 minutos (5€ pp, peque gratis). El chico nos pide que esperemos unos minutos mientras acaba la visita que tiene a medias. Mientras, podemos ir echando un vistazo a nuestro aire. Os dejo la web del Ayuntamiento de la Pobla donde encontraréis toda la información sobre tarifas y horarios de visita.
Cuando el guía termina con la visita anterior, ya hemos formado un nuevo grupito y comenzamos la nuestra. Comenzamos conociendo la historia del castillo y de sus fundadores. Los señores de Claramunt ostentaron el dominio de esta parte del territorio hasta el S. XI. Posteriormente se integraron a la casa de Cardona hasta la extinción de los señoríos en Catalunya. El castillo ha sido testigo de múltiples guerras y por ello, fue derruido y reconstruido en varias ocasiones hasta que tras la Guerra de Sucesión en 1714, quedó bastante perjudicado y lo deshabitaron definitivamente.
Accedemos a un pequeño vídeo que nos introduce en la historia del lugar y luego pasamos al patio de armas. Desde aquí se distribuyen las edificaciones que conforman la parte inferior del castillo. Encontramos una gran sala de estilo gótico que antiguamente estaba dividida en 2 plantas. Abajo se encontraban los establos, la bodega y las cocinas. Mientras que en la parte superior estaban las estancias en las que vivían unas 40 personas que formaban el cuerpo de guardia y los sirvientes. De planta trapezoide, tiene una superficie de 126 m² y está cubierta con bóveda de cañón. En las paredes se pueden apreciar marcas de los picapedreros. Accediendo desde el patio, también encontramos la antigua cisterna y las mazmorras.
Luego subimos al recinto superior, de planta rectangular. Esta era la parte residencial de los señores de Claramunt. También aquí hubo una gran sala destinada al comedor y una impresionante torre del homenaje. A pesar de que esta zona está peor conservada, permite imaginar bien el tamaño de las estancias señoriales y las vistas desde aquí son realmente impresionantes.
Desde aquí también tenemos una buena panorámica del conjunto de murallas del castillo, formado por 2 recintos de murallas escalonadas. La exterior, cuenta con 7 torreones defensivos, 5 semicirculares y 2 cuadrados.
Y de la iglesia de Santa Maria de Claramunt, también de estilo románico, que se encuentra en el recinto amurallado. Data de mediados del S. XI. La iglesia contaba con 3 naves de 4 tramos cada una, separados por pilastras sobre las cuales descansaban arcos de medio punto que sustentaban el tejado y las 3 ábsides. El templo sufrió incontables destrozas durante la guerra civil catalana y por ello, construyeron la pequeña capilla de Santa Margarida a su lado.
Así como de la torre del homenaje que consta de 11 caras al exterior. Algo muy particular y que no habíamos visto hasta ahora. Se puede acceder al interior para ver su estructura interna.
Finalizamos la visita regresando a la planta inferior y agradecemos al guía sus explicaciones. Ha resultado una visita muy interesante. El chico nos dice que podemos acabar de ver el resto de estancias del castillo y que cuando queramos salir que le avisemos que nos abrirá la puerta exterior.
Nos acercamos a ver de más cerca la iglesia y la capilla. Es realmente impresionante ver esa estructura de muros y contramuros en ese estado.
Aprovechamos para ir al baño antes de irnos y avisamos al guía que cuando pueda, nos abra la puerta. Nos pide que esperemos junto a la puerta que vendrá en cuanto acabe la visita guiada que está haciendo ese momento. La verdad es que al chico se le ve bastante agobiado al tener que estar para todo… Esperamos pacientemente mientras nos deleitamos con la vista de las murallas interiores.
Al salir del recinto agradecemos al chico su amabilidad y atención y regresamos sendero abajo hacia el coche. Como os podéis imaginar, la bajada es mucho más amena 😛 Al llegar al coche, le damos de comer al peque y luego comemos nosotros unos bocatas que hemos traído. Y emprendemos el camino de vuelta a casa. A pesar de que en la zona hay otros municipios y castillos interesantes, decidimos dejarlo para otro día.
Como conclusión, si te gusta la historia y visitar fortalezas medievales, este es un buen lugar. Y como os digo, muy combinable con la visita a otros municipios de la región. Es una excursión apta para todas las edades y muy interesante. ¿Cuál será nuestra próxima escapada?