06/10/2018 (día 11): visitamos el inmenso Museo de la Industria y la Tecnología de Toyota en Nagoya y disfrutamos de una fabulosa cena en un Kaiten Sushi antes de volver a la capital.
Hoy nos levantamos sin despertador después de varios días de ¡non-stop! Desayunamos tranquilamente y sobre las 10h salimos a la calle con un paraguas que nos dejan en el hotel y los chubasqueros en la mochila. El tifón nº 25 finalmente pasará bastante al norte de Japón pero aún así anuncian lluvias para todo el día… así que aprovecharemos para visitar el gran Museo de Toyota que hay en Nagoya.
Caminamos 10 minutos hasta la parada del metro de Sakae. Cogemos la línea Higashiyama y tras 3 paradas, nos bajamos en la estación Kamejima (280¥). Desde allí, caminamos otros 10 minutos bajo la lluvia hasta el Toyota Techno o Toyota Commemoriting Museum of Industry and Technology.
Vamos a aprovechar el mal tiempo para echar la mañana en el museo más importante de la ciudad. Compramos las entradas (500¥) y accedemos al gran edificio. Aquí descubrimos que Toyota, uno de los mayores fabricantes de automóviles del mundo, tiene sus orígenes en otra industria muy japonesa: la téxtil.
El museo está situado en los terrenos que ocupó la primera fábrica textil de Nagoya y data de 1911. La primera parte del museo explica los inicios de Toyota cómo fábrica textil desde finales de 1800 hasta su conversión a la fabricación de automóviles.

Recorremos la primera parte del museo donde exponen máquinas textiles de todas las épocas y enseñan cómo se lleva a cabo el proceso desde la obtención del algodón de la planta hasta el tejido de todos los tipos de telas.

Es un museo súper interesante. Repleto de explicaciones y maquetas sobre la fundición del metal y la maquinaria téxtil, objetos para hacer experimentos basados en los principios de la fuerza, la electrónica y otros.
Descubrimos que Kiichiro Toyoda estableció la «Oficina Toyoda Shokai» en 1902 como una empresa para inventar, investigar y desarrollar el telar automático. Accedemos al edificio construido en 1905 que fue la residencia y lugar de trabajo de Sakichi y su equipo. Aquí dedicó todo su tiempo y energía a desarrollar el telar automático.

Unos años más tarde, decidió realizar sus estudios de ingeniería en Tokyo y especializarse en la escuela de Henry Ford en EEUU. A su regreso a Japón, fundó la empresa de automoción Toyoda. Poco tiempo después, le cambió el nombre por el que actualmente se conserva, Toyota. Fue una forma de desvincularla de su persona y abarcar a todo el equipo humano que la conforma.
Y entre estas 4 paredes, construyeron a mano, el primer Toyota de la historia.

En 1935 fabricaron un prototipo preliminar, el A1, y un año más tarde, se presentó el Modelo AA al público. Inspirado en el aplaudido diseño de los principales vehículos norteamericanos de la época, el AA presentaba muchas similitudes con el popular De Soto Airflow.
Y de la casa de Toyoda, avanzamos hasta el lugar más impresionante del museo. El pabellón de 7.900m2 dedicado a la automoción.
Vemos el primer AA que salió a la venta, así como el primer modelo del Corolla de 1966 y la primera generación del Toyota Crown de 1955.

Esta segunda parte explica cómo nació la empresa automovilística y cómo ha ido evolucionando la fabricación de piezas, herramientas y coches desde entoces. También muestra máquinas y piezas de todas las épocas, y el funcionamiento de cada parte de un coche de una forma muy dinámica e interactiva.

Y luego pasamos a la parte de robótica, dónde nos da la bienvenida la orquesta de Toyota Robot 🙂
En esta zona, vemos varios robots de la cadena de montaje, prensas hidráulicas, hornos para la fabricación de piezas, etc. Creo que ésta es la parte que más me llama la atención. Es increíble ver la precisión de los robots atornillando piezas del chasis de un coche en fabricación.
En todo el museo encontramos carteles informativos en japonés e inglés, y además se puede coger un audio guía en inglés por 200¥ (nosotros cogimos una para compartir entre los dos). Algunos empleados hacen demos en ambos idiomas también en distintas zonas de todo el museo. En la web del museo encontraréis mucha información sobre cómo preparar la visita y toda la historia que aquí se explica.
Antes de salir, encontramos la zona de los camiones, camionetas y furgonetas, dónde también se explica su historia y su funcionamiento. Y la zona de los coches más nuevos y los Fórmula 1 con foto de Fernando Alonso incluida 🙂


Sin darnos cuenta, hemos pasado ¡3h 30 inmersos en todo lo que muestra el museo! Visitamos el Museo que tiene Toyota en Odaiba (Tokyo) en el 1r viaje, pero este es mucho más impresionante y didáctico.
Decidimos comer en plan rápido en la cafetería del museo (un arroz, un par de sándwiches y un par de refrescos, 1100¥). Y antes de salir, pasamos por la tienda de souvenirs. A mi sobrino le encantan los coches y como ya es tradición, le llevo un recuerdo de nuestros grandes viajes.
Después volvemos al metro de nuevo bajo la lluvia y recorremos el camino a la inversa hasta el hotel (280¥). Debo decir que la visita de hoy nos ha encantado, y recomendamos su visita si vas a Nagoya.
Pasamos por un combini a comprar merienda y desayuno para mañana (1300¥) y nos vamosa echar una siesta. Hoy aprovechamos el día lluvioso para hacer una recarga de pilas que llevamos 11 días sin parar… y al final no parece que estemos de vacaciones 😛
Más recuperados, y ya al atardecer, salimos de nuevo a buscar el metro en Sakae pero esta vez bajamos en la estación de Nagoya (200¥). Pasamos primero por la oficina JR para reservar los asientos del Shinkansen de mañana. Será nuestro último viaje en tren bala, ¡toca volver a Tokyo! Y luego, salimos hacia la calle para recorrer la zona.

Damos una vuelta por los centros comerciales de la zona e intentamos subir al mirador del Midline Square. Se trata de un mirador al aire libre situado en la planta 42 de uno de los altos edificios que encontramos en los alrededores de la JR Nagoya, pero debido al mal tiempo está cerrado.
Se acerca la hora de cenar y a mi me apetece muchísimo comer sushi del bueno… buscamos por internet y vemos que en la estación de buses Oasis 21 hay un restaurante Kaiten Sushi (de trenecillo) con muy buenos comentarios. No nos lo pensamos mucho. Cogemos el metro hasta allí (200¥) y buscamos el local.
Damos en seguida con él porqué resulta ser uno que ví anoche cuando estuvimos aquí y que me llamó la atención. Además deducimos que debe ser bueno porque está hasta arriba e incluso hay gente esperando. Nos dan un tíquet y en menos de 5 minutos estamos sentados a la barra frente al tren que lleva un sushi que te hace salivar con solo verlo.
Nos llenamos los vasos con té y gracias al chico que hay sentado a mi lado descubrimos cuál es la salsa de soja entre todos los botes que hay frente a nosotros 😛
Cada platillo tiene un precio, y hay un cartel que lo indica claramente. Tú coges todo lo que quieres. Si algo no está en la cinta lo pides a través de una tablet que tienes en la barra (se puede poner en inglés). Y cuando acabas pides la cuenta y pagas en base a lo que has comido. ¿Fácil no?
Vamos cogiendo platillos de nigiris hasta estar llenos. ¡Todos están deliciosos, se deshacen en la boca!
La cena nos sale por 5500¥ (unos 40€ al cambio). No es barato pero teniendo en cuenta la cantidad de sushi que hemos comido no nos parece tanto. Si te paras a pensar tampoco es más caro de lo que cuesta aquí un buen japo. Con la diferencia de que es auténtico de verdad, producto súper fresco, preparado al momento, bien elaborado y con pescados/mariscos que aquí se consideran súper premium como las vieiras o las ostras. La verdad es que no nos duele gastárnoslo en una buena cena.
Más contentos que unas pascuas, volvemos al hotel. Recogemos las cosas y dejamos la Tortuga preparada para mañana. Una vez lo tenemos todo listo, subimos a los baños del hotel. Toca más relax 🙂
Cuando llego a arriba hay un par de locales que ya se están vistiendo para irse y me quedo a solas. Al poco, llega una italiana que al ver a una occidental en el sentō, se acerca a entablar conversación. Me explica que se encuentra en Japón por negocios, es su primera visita al país y cuando le digo que es mi tercera vez aquí, pide información por un tubo 🙂 Intercambiamos opiniones y unas risas a costa de los japos y sus pecualiaridades.
La chica está sólo unos minutos ya que mañana tiene que madrugar de lo lindo y yo me quedo un ratito más sola. Súper relajada después del baño, vuelvo a la habitación donde me espera mi marido que también acaba de llegar. Él también ha estado un buen rato a solas con lo que también viene súper relajado.
Y después de un día muy guay a pesar del mal tiempo, nos vamos a dormir. Mañana toca madrugar un poco para volver de nuevo a la capital, ¡qué ganas!