08/10/2016 (día 8): recorremos los templos, poblados y cascadas del Parque Nacional Doi Inthanon, al norte de Chiang Mai y acabamos la jornada en el Night Market
Nos levantamos a las 7h y bajamos a desayunar. Hoy también tenemos tour contratado con «Tu guía en Chiang Mai«. Pero esta vez para ir a visitar el Parque Nacional de Doi Inthanon, al norte de Chiang Mai. Nos recogen sobre las 8.30h con una minivan y pasamos a buscar a otras parejas por sus hoteles. Cuando estamos todos nos ponemos en marcha hacia el Parque. Menudo grupo variopinto… unos flilipinos, unos ingleses, tres parejas de chinos y nosotros. Esta furgo parece una convención de la ONU 😛
Tras unos 40 minutos de trayecto paramos en una estación de servicio a estirar las piernas. Nos compramos un par de cafés (26 baths), y aprovechamos para ir al baño también. Tras 10 minutos de parada en boxes, nos volvemos a poner en marcha. Una hora más de camino por una carretera de montaña bordeada de un bonito paisaje y llegamos al Parque Nacional.
Hay que pagar una tasa de 300 baths pp (nos va incluido en el tour). El guía que llevamos es un tailandés que habla inglés y chino, así que va haciendo las explicaciones por partida doble. Primero en inglés y luego en chino. Es un tipo algo particular aunque amable y atento con todos. Durante el trayecto nos ha ido explicando la historia de su país y de su ciudad. Y de cómo el Doi Inthanon llegó a ser considerado Parque Nacional. Se trata de la montaña más alta de Tailandia con 2.565m de altitud.
La primera parada es la cascada Sirithan. Para llegar a ella, debemos recorrer un corto camino desde el parking por entre la vegetación.
Se trata de un salto de agua de unos 40 metros de altura bien bonito. Apenas hay gente aquí, así que podemos disfrutar de las vistas.
Volvemos a la van y la siguiente parada es en la zona de Mae Klang, en un poblado Karen. Este pequeño pueblo, está formado por un grupo de gente proveniente de Myanmar por motivos políticos (imaginamos que refugiados políticos).
Todos ellos/as, son campesinos y artesanos. Se dedican al cultivo de arroz y a tejer ropas que luego venderán en los mercados de Chiang Mai. Junto al pueblo, hay unos bonitos arrozales a los que nos podemos acercar con cuidado de no pisar dónde no toca, para verlos mejor. No podemos evitar acordaros de los bonitos arrozales que visitamos en Bali hace 2 años.
Entramos en uno de los talleres dónde podemos ver cómo las mujeres usan los telares y la seda. Puedes comprar alguno de los productos que hacen si te apetece. Pero no te obligan como ocurre con muchos otros tours programados. Si quieres bien, y si no solo los visitas y te despides con una sonrisa 🙂
Aunque tienen cosas bonitas, sé que luego no me las pongo, así que lo visitamos y nos despedimos amablemente. Algunas casas ofrecen café que producen en la zona. Podemos probarlo gratis en una de ellas ya que los dueños son amigos de la familia del guía. Aquí vemos uno de los escarabajos más grandes que he visto en mi vida.., ¡qué impresión!
De allí vamos hacia la cascada Wachiratan. Se trata de un salto de unos 100m y es de las cascadas más grandes del país. El entorno es espectacular, entre vegetación y cascadas más pequeñas… El agua cae con tanta fuerza que parece que llovizne. También aquí hay pocos visitantes, así que podemos disfrutar del entorno con calma.
La zona es realmente bonita, no solo por la belleza del salto de agua, si no también por todo el entorno natural del P.N. Doi Inthanon.
Tras visitar la cascada, el guía nos dice que comeremos aquí (también incluido). Nos sirven una sopa de jengibre con setas, tortilla, pollo picante con judías verdes, revuelto de verduras y arroz. No está mal aunque es todo muy picante para mi gusto.
Tras una hora para disfrutar de la comida con calma y poder ir al baño, volvemos a la furgo. La siguiente parada es la cima del Doi Inthanon, a 2.565 m. Este es el único lugar de Tailandia donde ¡puede helar! De hecho al bajar de la furgo se nota un descenso de temperatura respecto al resto de lugares dónde hemos estado. Un cartel indica que hay ¡8ºC!
Caminamos hacia la estupa del rey Inthawichayanon que se encuentra en la cima. Se trataba del último rey de Chiang Mai. Fue la persona que logró la paz en la zona de Chiang Mai y unificó Tailandia. Por lo visto estaba tan enamorado de esta montaña que invertía grandes esfuerzos para preservar sus bosques. Y pidió que parte de sus cenizas fueran enterradas aquí cuando falleciera.
Recorremos un pequeño sendero de unos 20 minutos, conocido como el Ang Ka Luang.
Es un paraje bonito, entre árboles cubiertos de musgo… el guía, quién se hace llamar David, nos explica que esta montaña además de ser la más alta del país, es la última de la cordillera del Himalaya.
Volvemos al coche y nos llevan a visitar el templo más grande del Parque, dedicado al rey Bhumibol Adulyadej y a la reina Sirikit. Cuenta con dos grandes estupas gemelas la Phra Mahathat Napha Methanidon y Phra Mahathat Naphaphon Bhum. Decoradas con bonitos relieves dedicados a Buda y otras divinidades, y rodeadas de vistosos jardines de estilo oriental.
Empezamos por la gran estupa de la izquierda. Hay una buena escalinata aunque vemos que junto a ellas hay unas mecánicas. Así que no dudamos mucho que a pesar de la altura del lugar, hace un bochorno tremendo…
Rodeamos la estupa decorado con mosaicos de piedra que muestras escenas de la vida de Buda, y entramos a su interior dónde encontramos un gran Buda.
Bajamos y nos dirigimos hacia la pagoda de la derecha, a la que también puedes acceder por unas escaleras mecánicas. Desde lo alto, hay una buena vista del entorno, de la otra estupa y de los jardines traseros.
También tenemos la vista de unos nubarrones que se acercan y amenazan con descargar…
Rodeamos esta gran estupa mientras y también accedemos a su interior. Ésta era la dedicada a la reina Sirikit y la decoración es más «femenina». A mi personalmente, me gusta más su interior que la estupa dedicada al rey… cuenta con bonitos mosaicos, paredes, suelos y una bodhisattva de mármol.
Echamos un vistazo a los jardines desde la terraza de la estupa y después bajamos a recorrerlos. Son realmente bonitos, muy cuidados y con todo detalle… nos recuerdan mucho a los jardines japoneses que tanto nos gustan 🙂
Y desde aquí también, tenemos una vista súper chula de ambas estupas… prácticamente cubiertas por una neblina que le dan un cierto aire místico al lugar.
Pasamos unos 45 minutos. Tras la visita, volvemos a la furgo y nos llevan al Kun Mae. Un lugar dedicado al cultivo de flores y café. Por lo que nos explica el guía, es la única plantación de café del país.
Cuenta además, con unos bonitos jardines. Recorremos una parte y después vemos que puedes tomar un café de la plantación recién hecho y comprarlo para llevarlo a casa.
Nos tomamos uno (45 baths lo dos) mientras charlamos con el guía y los filipinos del grupo. El café está delicioso y la charla es de lo más amena. Éstos momentos de pararte y compartir son los que más me gustan de los viajes 🙂
Sobre las 15,20h volvemos a la furgo y ponemos rumbo a Chiang Mai. Nos dejan en el hotel sobre las 17,30h tras haber repartido al resto del grupo en sus respectivos alojamientos. Pasamos un momento por la lavandería a recoger la ropa que dejamos ayer y que ya está lista. Y ahora si, vamos a descansar un rato.
A las 19h salimos buscar un tuk-tuk para ir al Night Market de nuevo. Pactamos 80 baths con una tuk-tukera que lleva a una niña de unos dos años sentada en su falda mientras conduce. Situación del todo surrealista para nosotros y que nos deja mal cuerpo al ver en qué condiciones trabajan las mujeres en el país…
Damos una vuelta por la zona del mercado que nos faltó la otra noche, pero no vemos nada que nos llame la atención… Nos apetece cenar pizza y la única pizzería que vemos en el bazar es súper cara (400 baths el plato). Así que cogemos otro tuk-tuk (80 baths). Y vamos a cenar a La Bella Italia, un restaurante italiano que hay justo debajo del hotel. Cenamos un par de pizzas deliciosas, con refresco y cerveza (500 baths). No es barato pero un caprichito de tanto en tanto no está mal y nada que ver con los precios de la otra pizzería que vimos.
Tras la cena, subimos a la habitación… Estamos a la mitad del viaje y el cansancio hace mella, así que nos vamos a dormir bien pronto.