29/09/2017 (día 17): descubrimos el Shanghai más tradicional recorriendo la Ciudad Antigua y la Concesión Francesa.
Hoy no suena el despertador… Llevamos 17 días de viaje y nos apetecer bajar el ritmo… Hoy conoceremos la parte más tradicional de Shanghai recorriendo la Ciudad Antigua y la Concesión Francesa. Sobre las 9h nos despertamos y vamos a un Starbucks cercano a desayunar (104¥). ¿He dicho ya que me pirra el frapuccino de té verde que tienen aquí? 😛
Nos dirigimos paseando hacia el casco antiguo de Shanghai o como la conocen aquí, la Ciudad Antigua. Estas calles siguen exactamente el recorrido de la antigua muralla de la ciudad. Levantada en el siglo XVI para proteger Shanghai de los ataques de piratas japoneses.
Vamos caminando durante unos 20 minutos hasta llegar al Templo del Dios de la Ciudad. Compramos las entradas (10¥ pp) y entramos al complejo repleto de mujeres pidiéndole al Dios de la ciudad armonía y riqueza.
Este templo taoista está dedicado a Qin Yubo, un académico del siglo XIV al que el emperador Zhu Yuanzhang ofreció un alto cargo que rechazó repetidamente. Tras su fallecimiento, Zhu le elevó al rango de Dios protector en un edicto que rezaba: “Qin Yubo no fue mi oficial en vida, pero va a bendecir a mi pueblo después de su muerte”.
Su estatua está en una sala secundaria y no debe confundirse con la de Huo Guang, un general del periodo Han que fue el primer “patrón” de la ciudad y ocupa la cámara principal.
Tras la visita, salimos hacia el bazar de Yuyuan. Calles y casas de estilo tradicional repletas de tiendas de souvenirs y puestos de comida. Es un lugar bonito dónde darse un paseo, aunque no compramos nada ya que todo es muy fake y carísimo.
Recorriendo el puente en zigzag sobre el lago, llegamos a la entrada a los jardines de Yuyuan (40¥ pp). ¿Y porqué el punte hace zigzag? Pues porque los chinos como la mayoría de asiáticos, son muy supersticiosos y creen que los fantasmas solo pueden ir en línea recta y no pueden subir escalones. Por ello los pabellones y los puentes que dan acceso, nunca se encuentran alineados y hay grandes escalones para acceder a su interior.
Fundados entre 1559 y 1577 por la familia Pan bajo el encargo de un funcionario que quería crear un espacio de tranquilidad y belleza para sus padres. Tras la muerte del funcionario, el jardín quedó en el olvido. Y aunque resultaron muy dañados durante las distintas guerras que azotaron China, fueron restaurados en 1961. Mantienen el estilo tradicional chino. El complejo está epleto de pabellones, jardines, estanques… y ¡mucha gente! Se nota que se acerca la Fiesta Nacional porque todo está repleto de ¡chinos escandalosos!
Cuenta con una extensión de 2 hectáreas y está dividido en varias secciones por medio de grandes muros coronados por el cuerpo de un dragón. Los puntos más interesantes del jardín son: la gran rocalla con unas bonitas vistas elevadas sobre el jardín, la piedra de Jade de 3,3 metros de altura y un jardín interior construido y conservado desde 1709.
Como ocurre en muchas ciudades asiáticas, éste es un lugar de contrastes. Estás en un jardín de estilo tradicional con los altos rascacielos del Pudong de fondo 🙂
Nos gusta recorrer este lugar. Tras la visita, caminamos hasta el metro Yuyuan Garden y cogemos un par de líneas para llegar a la parada Xujiahui (3¥ pp), en la Concesión Francesa.
La idea inicial era visitar algunas iglesias y parques representativos de esta zona habitada por soldados franceses en la II Guerra Mundial pero el calor nos tiene agotados. Así que decidimos echar un vistazo a las tiendas y hacer algo más de ocio, dejando a un lado la cultura. Hay muchísima gente por todas partes por la cercana Fiesta Nacional China y las visitas se hacen bastante agobiantes…
Entramos a un par de centros comerciales a echar un vistazo a las tiendas y comemos en un restaurante español. Tras 17 días en China ¡echamos de menos nuestra comida! Pedimos unas bravas, dos paellas individuales y dos refrescos (206¥). Es carillo pero es un capricho. Aunque estos chinos tienen mucho que aprender sobre cocina española. Como podréis ver en la foto la paella llevaba salmón y alioli como si fuera un max-mix con una fideuá 😛 Aún así, ¡nos sabe a gloria!
Vimos por internet que el centro comercial Pacific Digital Plaza era un buen lugar dónde comprar electrónica y lo tenemos al lado. Entramos a echar un vistazo, pero solo le damos una vuelta a la 1ª planta. Salimos agobiados por la insistencia de los 3.000 dependientes intentando todos a la vez que miremos su género… ¡¡qué pasada!!
Volvemos al metro y bajamos en la parada Shaanxi Rd (3¥) con la intención de ir a un cat café que habíamos visto recomendado por internet. Pero después de caminar más de 15 minutos (las distancias en China son enormes) llegamos al lugar y vemos que han cerrado el negocio… ¡vaya chasco!
No es la primera vez que nos pasa en este viaje, y es que las comunicaciones y la información son tan escuetas y antigua que no es del todo fiable lo que encuentras por internet…
Shanghai es una de las ciudades más grandes del mundo y alberga la friolera de casi 24 millones de habitantes. Pero nos llama la atención que en muchos de sus barrios, tenemos la sensación de estar en un pueblo. Vemos cómo tienden la ropa en varas de bambú colgadas entre las ventanas y los cables de la luz como podéis ver en la foto.
También nos llama la atención cómo llevan cubiertas las motos para protegerse de la inclemencias del tiempo. Creo que es la primera vez que veo algo así…
Decidimos volver al hotel a descansar un rato. Regresamos al metro y tras 3 paradas estamos en Nanjing East (3¥).
Después de una buena siesta, salimos a recorrer la zona peatonal de East Nanjing Rd. Esta enorme avenida es quizá la calle más importante de Shanghai. Abundan los rascacielos, hoteles, restaurantes, centros comerciales y tiendas de grandes marcas.
Entramos a varios centros comerciales a mirar tiendas y en uno de ellos vemos un stand de Kumamon, ¡la mascota de Kumamoto! ¡Toma ya! La memoria se va de cabeza a 4 años atrás cuando por estas fechas visitábamos la ciudad en nuestro 2º viaje a Japón.
Me compro una camiseta y una sudadera en un H&M por un precio similar al de casa y luego nos vamos derechos a un McDonalds a cenar (68¥). De verdad, no puedo más la comida local… y eso que no soy nada tiquismiquis para comer, pero entre irritantes y picantes ¡tengo el estómago fatal! Tras todos estos días por el gigante asiático llegamos a la conclusión que el símbolo de China no es el panda, es la guindilla 😛
Paseamos otro poco y con el wifi que «robamos» a la Apple Store ampliamos el seguro de viaje con World Nomads por 2 días más para que nos llegue hasta el día de vuelta a casa. Si, es muy friki y muy cutre lo que acabo de decir pero llevábamos días intentándolo con el wifi de los hoteles y ni usando diferentes VPN podíamos. ¡Usar internet en China es todo un reto!
Hecho el trámite volvemos al hotel. De camino, paramos en un súper a comprar dulces y agua (43¥). Vemos una lata de Mojito que nos llama la atención y también la compramos. Al llegar al hotel, la metemos en la nevera de la habitación para tomarla mañana fresquita, a ver qué tal… Ducha y a dormir, mañana toca recorrer el Pudong 🙂