30/09/2017 (día 18): recorremos el Pudong entre nubarrones, subimos hasta lo más alto de Shanghai en la la Shanghai Tower y a La Perla, descubrimos su Central Park y le damos al regateo.
Hoy nuevo día de levantarse sin despertador. Seguimos en Shanghai y la idea para hoy es recorrer el cosmopolita barrio de Pudong. Sobre las 9,30h salimos hacia un Starbucks cercano a desayunar nuestro habitual dulce con un frapuccino de té verde (104¥).
Luego cogemos el metro en East Nanjing y bajamos en la siguiente parada, Lujiazui (3¥). El Pudong está ubicado al este del río Huangpu. Su desarrollo comenzó en 1990 para convertirse en el nuevo centro financiero y comercial de China. En la actualidad el Pudong continúa creciendo y conforma el skyline más representativo del país.
Salimos del metro hacia la Shanghai Tower cuando empieza a chispear… por las nubes que hay, tiene pinta de querer llover todo el día. En apenas 5 minutos estamos en las taquillas del edificio. La vista desde aquí, ya pinta muy bien 🙂
Compramos las entradas (160¥ pp) y accedemos al gran hall dónde hay una pequeña exposición. Aquí explican cómo fue su construcción y la compara con otras torres de este tipo por el mundo. Descubrimos que la Shanghai Tower es el edificio más alto de China con 632 metros de altura y 128 pisos. Y el 2º más alto del mundo. Aunque hay otros proyectos en marcha y es posible que quede desbancada en breve…
Esta zona se planificó en 1993 con la construcción de 4 grandes edificios que destacaran sobre el skyline de la ciudad: el edificio Jin Mao, (1998), el Shanghai World Financial Center (2008), la torre de telecomunicaciones Perla Oriental (1995) y la Torre de Shanghai (2015).
El observador de la Shanghai Tower es también el más alto del mundo y se encuentra en el piso 118 a 546m. Seguro que estás pensando «¿más que el del Burj Kalifa?»Pues si, está el mirador de la Shanghai Tower tiene más altura. Subimos hasta él con el ascensor más rápido del mundo. A los chinos les mola esto de hacer cosas con récords mundiales… 🙂 El ascensor sube a una velocidad de ¡¡70 metros/segundo!! Cuesta aguantar los pies pegados al suelo… y en menos que canta un gallo, estamos en lo más alto.
La verdad es que subiendo a toda velocidad nos acordamos de la experiencia en otros miradores que hemos visitado. Como los de New York, Hong Kong o Japón…
Desde lo más alto del edificio hay unas vistas fabulosas sobre toda la ciudad. Y curiosamente es el primer observatorio de este tipo al que subimos que tiene ¡¡los cristales limpios!! No sé cómo se lo montan, pero va de perlas para echar fotos decentes a pesar de la cristalera 😛
Tenemos enfrente al Financial Center coloquialmente conocido como el «abrebotellas» de 492 metros, y el edificio de Jin Mao de 420,5 metros. De éste último dicen que la estructura recuerda a un tronco de bambú… No os sabría decir, lo que si es más que evidente que la Shanghai Tower es bastante más alta que ambos 🙂
Los dos cuentan con miradores también y albergan hoteles de lujo en las plantas superiores. Desde aquí también hay unas buenas vistas del río Hongpu, el Bund y de La Perla de Oriente.
Aprovechamos para comprar un imán para la colección viajera en la tienda del observatorio de la Shanghai Tower.
Antes de irnos y ya en la calle, echamos un último vistazo hacia arriba.
Volvemos al metro y aprovechando que no llueve, bajamos en la parada Century Park. Compramos las entradas (10¥ pp) y damos un paseo por el «Central Park» de Shanghai. Viendo el mapa que hay en la entrada, ya nos queda claro que nos espera una buena caminata.
Este parque está considerado como la mayor zona verde de la ciudad. Fue construido en el 2000 como conmemoración al cambio de siglo, de ahí su nombre.
Aquí nos pasa algo que aunque habíamos leído que podía pasar, no nos habíamos encontrado aún. Nos dirigimos hacia un kiosco a comprar agua y la dependienta al ver que nos acercamos, cierra el chiringuito. Aún así, nos acercamos pero nos dice que no con las manos y mantiene la puerta cerrada…
Por lo visto prefiere perder la venta a pasar «un mal rato» con el idioma. Y lo digo entre comillas porque no creo que seamos complicados. Siempre que estamos en algún sitio dónde no hablan inglés, nos limitamos a señalar lo que queremos, indicar la cantidad con los dedos y pagar. ¡Simplicidad ante todo! Conseguimos comprar agua en otro kiosco sin problemas… Y seguimos bordeando el gran lago.
El parque es bonito pero como todo en China, ¡¡es inmenso!! Cometimos el error de no alquilar unas bicis/tándem para recorrerlo y la verdad es que nos dimos una buena caminata…
Cerca del lago, encontramos un pequeño parque de atracciones. Se paga por cada atracción a la que quieres subir. Pero está repleto de niños y adolescentes escandalosos y tampoco vemos ninguna atracción que nos atraiga. Así que seguimos hacia la salida.
Tras una hora de paseo salimos hacia Century Avenue. Nos damos otra buena caminata sobre un paseo elevado hasta el Museo de la Ciencia.
Pero nuestro objetivo no es entrar al museo si no al gran mercado de fakes y souvenirs que hay bajo suelo. Situado junto a la estación de metro, entramso al Centro Comercial AP Plaza.
¿Y porqué uno de los pocos mercados de la ciudad está tan escondido? Pues por lo visto al gobierno chino no le gusta la fama mundial que le dan las falsificaciones. Han cerrado la gran mayoría de mercados de este tipo del país. Y los pocos que sobreviven, están escondidos para que no se les vea mucho… Debo decir que fue el sitio dónde ¡más occidentales vimos en todo el viaje! Vaya, vaya… ¡así que estaban todos aquí escondidos regateando…
Son más de las 14h, así que primero buscamos dónde comer. Nos decantamos por un restaurante que ofrecen comida italiana. Tomamos un par de lasaña que nos saben a gloria con unos refrescos (110¥).
Después damos una vuelta por el inmenso mercado. Compramos una mochila de piel para mi marido tras un duro regateo en el que conseguimos bajar de 700¥ a 200¥ (de unos 85 a 24€). Os aseguro que el regateo en el sudeste asiático es duro, pero ¡aquí es tremendo! ¡Los chinos son duros de pelar! 😛
Felices por la compra, entramos al metro y bajamos de nuevo en Lujiazui (3¥). Pero esta vez salimos hacia la Perla de Oriente.
De nuevo llueve así que nos echamos una carrera hasta la entrada de la emblemática torre. Conocida oficialmente como la Perla de Oriente. Esta torre telecomunicaciones es el símbolo de la ciudad y el edificio más fotografiado de Shanghai. Su construcción en 1995 marcó el inicio de la China actual. Un país que, con grandes esfuerzos hoy es una potencial mundial.
Cuenta con diversos miradores de 360º. Nosotros compramos la entrada que incluye el acceso a la base y a la esfera central (160¥) ya que subir a la superior es bastante más caro, y no creemos que tengamos mejores vistas que las de esta mañana en la Tower.
Accedemos a un gran hall situado en la base de la torre. Repleto de tiendas y restaurantes repartidos en varios niveles. Buscamos los ascensores y subimos a lo más alto que nos permite la entrada.
Disfrutamos de las vistas panorámicas sobre la ciudad y de los otros rascacielos que vimos esta mañana. Desde aquí somos más conscientes de la altura real de la Shanghai Tower.
Bajamos unos metros dónde hay otra plataforma con el suelo de cristal. A pesar de tener menos altura que esta mañana, el cristal da la sensación de estar mucho más altos.
Aunque lo mejor de este lugar no son las vistas, si no ver a los chinos entrar en pánico cuando pisan el cristal 😀 Nos llama la atención que son pocos los que se atreven a pisar en el centro del cristal. Muchos se quedan sobre las guías metálicas que sostienen la estructura. Y la mayoría nos miran con cara desencajada a los que si pisamos el cristal, deben pensar que estamos completamente locos 😛
Pasamos un buen rato aquí arriba. Las vistas desde esta torre sobre el Bund son mejores y disfrutamos todo lo que las nubes que empieza a haber nos permiten ver en el horizonte.
Bajamos a la planta 98 dónde hay un espectáculo audiovisual bastante chulo y de aquí a la planta 95 en la que hay máquinas de recreativos y una pequeña montaña rusa con realidad virtual. Pero los 60¥ que piden por persona nos parece caro para lo que parece, y bajamos a la base sin probar la atracción.
Al salir sigue lloviendo y ahora con más fuerza. No nos queda otra que comprarnos un paraguas (20¥) para no llegar al metro chorreando…
Cogemos el metro para volver al hotel (3¥). Al llegar a East Nanjing llueve a cántaros. Por suerte el hotel está a unos 200m de la boca del metro. A pesar del paraguas, llegamos chorreando al hotel… ¡menudo aguacero! Nos recuerda a los chaparrones que caía en Bangkok el año pasado.
Descansamos un rato y sobre las 19,30h salimos a cenar aprovechando que ha amainado la tormenta. Vamos a uno de los centros comerciales que tenemos cerca del hotel y nos decantamos por otro italiano con buena pinta. Pedimos un par de pizzas con unos refrescos (120¥).
Volvemos al hotel y tras una ducha, nos vamos a dormir… mañana es la Fiesta Nacional y no sabemos cómo nos afectará… por el momento el hotel nos ha informado que la parada de metro más cercana cierra a las 16h del 1 al 4 de octubre, los días que nos quedan aquí vaya…