06/10/2014 (día 21): primer día de relax en Seminyak que pasamos de compras, degustando una rica comida española y disfrutando de un bello atardecer en la playa…
Como os decía la última semana de viaje la tenemos para nosotros. Para relajarnos, descubrir la zona dónde nos alojamos en Bali, hacer compras y darnos algún capricho… Así que hoy aunque no queríamos madrugar, a eso de las 8h nos despertamos. Desayunamos tranquilamente en la habitación lo que compramos anoche. Buscamos por internet la localización de los mercados que hay en Seminyak. Y es que hoy nos vamos de compras y disfrutaremos de una buena comida española y un bello atardecer… pero no adelanto acontecimientos 😉
Decidimos ir andando hasta el Flea Market ubicado en Oberoi Road. Tenemos unos 15 minutos de paseo y conforme nos acercamos a la zona del mercado tenemos una sensación de déjà vu… Y es que está muy cerca de la playa a la que fuimos nuestro primer día en Bali. ¡Madre mía parece que haga una eternidad de aquello!
En este mercado venden ropa, complementos, souvenirs, figuras y cuadros para casa, artesanía… Pasamos un buen rato caminando entre las distintas paradas que lo conforman. Le damos caña al regateo aunque no es algo que nos guste demasiado. Conseguimos un par de pareos (180.000 rupias), un vestido de bebé (80.000 rupias) para la niña de unos amigos, y una talla de madera con el símbolo Om (90.000 rupias) para adornar alguna de las paredes de casa.
Tras un buen rato de compras, decidimos volver caminando por la calle dónde estaba el 1r hotel en Seminyak para recordar «viejos tiempos». Pasamos por delante de un Fish Spa y decidimos darnos un caprichito de 15 minutos (45.000 rupias cada uno). No lo habíamos hecho nunca y la verdad es que nos gusta mucho y quedan los pies geniales… Vaya risas mientras los peces «nos comen los pies» 😀
Tras la pedicura, seguimos caminando por la calle de nuestro antiguo hotel en Seminyak y nos hace ilusión pasar por delante… 🙂
Se acerca la hora de comer y empezamos a pensar en dónde comer. Miramos en Foursquare a ver qué recomiendan los usuarios por la zona, y vemos que hay un restaurante español no muy lejos de aquí. Así que tras unos 20 minutos a pie llegamos a La Sal, un restaurante de tapeo español dónde también anuncian paellas en el menú que hay en la puerta. Tras 21 días fuera de casa, empezamos a echar de menos nuestra comida y mi estómago pide no comer más picantes ni irritantes al menos por un día. No nos lo pensamos mucho y entramos.
Tengo que decir que me gusta empaparme de la gastronomía local cuando viajo, pero me encantó leer en la carta platos typical spanish 😀 Pedimos un poco de todo y nos sabe a gloria.
Y de postre: crema catalana. Como lees… ¡CREMA CATALANA en Bali! ¡Toma! No os podéis imaginar la ilusión que nos hizo encontrar algo de casa estando tan lejos y que además estuviera tan bien echa y supiera tan rica 🙂
Y ahora si, con el estómago bien lleno y más felices que unas perdices, pagamos las 500.000 rupias de la cuenta (que pagamos bien a gusto, os lo aseguro) y volvemos hacia el hotel. Tenemos apenas 10 minutos a pie. Nos vamos derechos a seguir con la tradición española nº1: siesta time.
Tras una buena siesta, cogemos los bártulos y nos vamos a disfrutar al fin de la playa que tenemos a menos de 500 metros del hotel. Es una maravilla de playa en el sentido que la arena es fina y muy blanca, hay poca gente y pocos excuse me. Pero solo nos podemos bañar hasta la rodilla porqué hay unas corrientes brutales y unas olas enormes… Se prevé una puesta de sol de esas que tanto me gustan y no dudo en volver al hotel a buscar la cámara. Mi marido decide esperarme en la playa y en unos 15 minutos estoy de vuelta con la cámara preparada y dispuesta a inmortalizar las vistas.
Hay bandera roja, unas corrientes que se ven desde la orilla y unas olas de 4-5 metros.No hay socorristas y aún así, hay un montón de gente bañándose justo dónde rompen las olas. Nos parece de lo más imprudente. Nosotros nos quedamos por la orilla y nos remojamos allí. El agua tiene una temperatura buenísima.
Nos llama la atención que cuando andas por la arena, aunque no estés cerca de la orilla, te vas hundiendo con facilidad y si te estás un rato quieto sale agua. También nos fijamos en que las olas rompen 3-4 veces antes de llegar a la orilla… ¿peculiaridades de las playas balinesas y del océano Índico?
Conforme se acerca la puesta del sol, va llegando más gente a la playa cargados con las cámaras para capturar esa imagen. Y es que es una maravilla los colores que va cogiendo el cielo conforme se esconde el sol.
Siempre digo que en España tenemos bonitas puestas de sol, pero ese sol y ese cielo tan naranja sólo lo he visto en Asia. Sus puestas de sol me tienen totalmente enamorada.
En apenas 4-5 minutos, el sol se esconde por completo. Y de nuevo pensamos en lo muy afortunados que somos por poder estar viviendo estos pequeños momentos que dan sentido a la vida y la llenan de felicidad.
Sobre las 18,30h y comenzando a oscurecer, recogemos los bártulos. Nos vamos a la piscina del hotel a darnos un bañito antes de subir a la habitación. Nos duchamos y nos arreglamos para salir a cenar. Hoy nos decidimos por el restaurante The Bush Telegraph, un australiano que hay en la misma calle del hotel. Tomamos unas burger la mar de ricas con unas Bintag y música en directo (200.000 rupias).
Y como siempre, antes de volver al hotel, pasamos por un combini a comprar el desayuno de mañana… Súper relajados y después de un nuevo día muy chulo en Bali, nos vamos a dormir.