17/09/2014 (día 2): día de relax en Seminyak
Cuando planeamos el viaje, y sabiendo lo mal que se pasa el primer día con tantas horas de desfase horario, decidimos darnos un día de relax en Seminyak. Entre la luz que entra a través de las cortinas y el jet lag me despierto a las 6h y soy incapaz de dormir más. Me quedo estirada en la cama mirando redes sociales, correo y whatsapp hasta que sobre las 8h se despierta mi marido. Me parece mentira pensar que estoy en la otra punta del mundo (casi literal) disfrutando de las tan esperadas vacaciones.
Hoy será un día para adaptarnos al cambio horario, relajarnos y no hacer nada. Cargarnos las pilas para la parte intensa que nos espera los siguientes días con el ascenso al Kawah Ijen y al Gunung Bromo. Y ya veréis que realmente, hoy será un día muy «perro».
Nos embadurnamos de repelente de mosquitos y protector solar (está sería la tónica de todos los días) y vamos a por el desayuno que tenemos incluido en el hotel. El comedor está en la entrada, junto al parking dónde nos dejaron ayer. Los chicos de recepción se ofrecen a llevarnos en un carrito. El desayuno es tipo buffet y puedes escoger entre desayuno a base de dulces, huevos y bacon o bien, desayuno típico asiático con sopas, arroces y picantes. Evidentemente, nos decantamos por el primero que está riquísimo.
Después del desayuno decidimos ir a buscar una oficina de cambio. Preguntamos a Try, nuestro botones y nos recomienda una dónde hacen cambio oficial y no nos timarán. Se encuentra a unos 20 minutos andando del hotel yendo por la calle principal. Son solo las 9h de la mañana y ya hace un solazo y un calor tremendo. Como un mediodía en pleno verano en Lleida…
Conseguimos dar con la oficina, pero para acceder a ella hay que cruzar una carretera de dos carriles por sentido, sin semáforos ni pasos de peatones y atestada de coches y motos que van como locos… Mi marido se lanza y consigue cruzar de una pieza, a mi me da grima y cuando ya había desistido de hacerlo, los dos tipos de seguridad que hay en la oficina se percatan y me paran el tráfico para que cruce con seguridad ¡terima kasih! (Gracias en indonesio)
Cambiamos 1.000€ con un cambio de 1€ = 15.330 IDR, nada mal respecto al que nos daba la web XE que siempre consultamos para el cambio de divisas. De nuevo, tenemos que cruzar la carretera y los de seguridad vuelven a echarnos un cable 🙂
Volvemos al hotel y dejamos el dinero en la caja fuerte, junto al resto de cosas de valor (cámaras, móviles, iPad y documentación). Estamos sudando como pollos por el calor que hace… bajamos un rato a la piscina. Tras un baño de lo más refrescante, nos tomamos unos mojitos (170.000 rupias los dos).
Entre el calorcito, el jet lag y los mojitos, nos entra un sueño tremendo, así que volvemos a la habitación y nos echamos media hora.
Sobre las 13,30h salimos a comer. Miramos los restaurantes que hay en la calle principal y nos decatamos por el Soho, dónde nos comemos dos cheeseburger riquísimas con 2 refrescos (245.000 IDR los dos).
Con la panza llena de nuevo, decidimos ir a probar las tan conocidas playas balinesas. Según Lonely Planet, estamos a unos 15-20 minutos a pie de la playa de Seminyak. Pasamos por el hotel a buscar una mochila con los bártulos y nos vamos para allá. Nos piden 150.000 rupias por alquilar una tumbona para una hora. Nos parece muy caro y el tipo no está dispuesto a bajar precio, así que pasamos y nos ponemos las toallas en la arena.
Hay que decir que las playas de Bali son espectaculares. Kilómetros de arena blanca muy fina y unos paisajes espectaculares, sobretodo al atardecer. Pero siempre vimos un gran oleaje y unas corrientes hacia dentro que no nos gustaron nada. Las vimos muy peligrosas y encontramos bandera roja cada día que fuimos.
Además, continuamente pasan los «excuse me». Ofreciéndote masaje, sarong, ropa, comida o bebida, gafas de sol, collares, trenzas o cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Por lo que olvídate de disfrutar de un rato tranquilo de playa.
Nos metemos en el agua solo hasta las rodillas, porqué no vemos seguro meternos más por las fuertes corrientes. El agua tiene una temperatura muy agradable.
Sobre las 16h el sol sigue picando que da gusto. Hace un calor terrible y nos nos podemos bañar con seguridad… así que decidimos recoger los bártulos e irnos hacia la piscina del hotel, dónde nos podremos bañar y hay sombrillas sin tener que pagar una pasta…
Caminar por las calles de Bali merece un punto y a parte. De nuevo, te «atacan» insaciablemente los excuse me. Todos quieren que pruebes sus masajes, que entres a sus tiendas y restaurantes, ofrecerte su transporte o sus tour, etc. Son incansables y es imposible pasear tranquilamente sin tener que aguantarlos sin cesar. Fue algo que no nos gustó de Indonesia. Nos gusta pasear durante los viajes, perdernos por las calles de los lugares que visitamos y aquí ¡nos agobiaban un montón a todas horas!
Ayer nos llevamos la grata sorpresa al saber que nos regalaban un masaje de pies de 15 minutos. Esta reservamos para las 18h, y mientras se hace la hora del masaje, volvemos a la piscina a darnos un chapuzón. El masaje, decir que genial, pero se nos hizo ¡demasiado corto! Nos vino de perlas para relajarnos un poco y darnos cuenta que al fin, ¡estamos de vacaciones!
Tras el masajito, volvemos a la habitación. Nos damos una ducha y nos arreglamos para salir a cenar. Repetimos en el Soho, esta vez nos tomamos dos mie goreng (fideos típicos indonesios), dos refrescos y para rematar dos mojitos (370.000 rupias los dos).

Volvemos al hotel, recolocamos las cosas en las maletas y nos vamos a dormir pront. Mañana toca madrugar de lo lindo para cambiar de isla.