21/09/2014 (día 6): Empieza una de las mejores experiencias de mi vida, ¡nos vamos a Borneo! nos espera el klotok y el Parque Nacional Tanjung Puting
Hoy es un día muy esperado en este viaje… ¡Nos vamos a Borneo! A las 6,15h amanece un nuevo día en Surabaya, cerramos las maletas y bajamos a tomar el desayuno que tenemos incluido. Es tipo buffet, una parte desayuno typical asiático y otra occidental. ¿Ya sabéis hacia qué parte del buffet nos fuimos no? 😛
Tras hacer el check-out, pedimos un taxi para ir al aeropuerto de Surabaya, el Juanda Airport. Hoy tomaremos el primero de 7 vuelos nacionales… ¡miedito! Le decimos al taxista que nuestro vuelo es nacional y que volamos con la compañía Kalstar. Tras unos 15 minutos de trayecto nos deja en la Terminal 1 (20.000 rupias).
Vaya sorpresa la nuestra cuando llegamos a la puerta de la terminal y vemos que nuestro vuelo no sale anunciado en las pantallas… nos vamos a información a preguntar y nos dicen que sale de la Terminal 2, de aquí solo salen vuelos internacionales. ¿¡Y cómo leches vamos ahora a la T2?! Yo creo que las chicas de información nos ven la cara de apuro y nos dicen que cojamos el shuttle gratuito que en 15 minutos nos llevará a la T2, ¡uff!
Salimos de nuevo del aeropuerto y en seguida vemos el shuttle, que no es más que un bus cochambroso en el que vamos solos hacia la otra terminal, ¡vaya tela! Suerte que veníamos con tiempo… si no, perdemos el vuelo.
Nuestro vuelo ahora si que sale en las pantallas. Para entrar a la zona de embarque tienes que enseñar tu billete o bien el e-ticket que te mandan las compañías por email. Para acceder al aeropuerto, debes pasar un primer control de seguridad dónde te escanean los bultos que llevas. Una vez hecho esto, nos topamos con una cola interminable para facturar nuestro equipaje. Alucinamos en colores al ver a la gente con montones de sacos y cajas llenos a reventar para facturar. Parece que hayan ido al mercado y ¡manden la compra por avión! 😛
Al fin, conseguimos facturar nuestras maletas, nos cambian los e-ticket por los billetes… ¡hechos a mano! junto al resguardo de la facturación del equipaje.
Luego pasamos por un mostrador dónde pagamos las tasas aeroportuarias. Cada aeropuerto tiene sus tarifas y en este caso pagamos 75.000 IDR por persona. Tras el trámite, nos dirigimos hacia el control de seguridad dónde te vuelven a escanear todos los bultos de nuevo y tú pasas por el arco. Pero a diferencia de lo que estamos acostumbrados, no es necesario deshacerse de todo lo metálico que lleves encima (reloj, cinturón…) ni vaciar tus bolsillos.
Subimos al primer piso dónde se encuentra la zona de embarque. Entre pitos y flautas, nos hemos quedado solo con 30 minutos hasta la hora de embarque… así que ahí va una recomendación: a este aeropuerto venid con tiempo de sobras u os arriesgáis a perder el vuelo.
Teóricamente, salimos a las 8,55h pero hasta las 8.50h no empieza el embarque. Aunque debo decir que fue rápido y a las 9,10h, despegamos rumbo a una nueva isla indonesia. Nos sorprende que a las 5 parejas de occidentales que vamos a bordo nos colocan en las primeras filas, y todos los locales van 4 filas por detrás de nosotros. No me preguntéis porqué. Otra cosa que mola mucho de los aeropuertos de Indonesia es que normalmente cuando embarcas sales a la zona de pistas, caminas hasta tu avión y subes, con lo cuál puedes echar algunas fotos junto a ellos.
Para ser una compañía low cost nos sorprenden con un desayuno más que decente a los 20 minutos de vuelo. Una caja que incluye un bollito relleno de chocolate, un vaso de agua envasada y reparten zumos, café o té. ¡Nada mal!
La aproximación al aeropuerto de Pangkalan Bun, en la región del Kalimantan Central de la isla de Borneo, es alucinante. Y podemos empezar a hacernos una idea de lo que nos espera los siguientes días: la tupida selva del Parque Nacional de Tanjung Puting y un crucero por el río Sekonyer.
Cuando el avión se aproxima a la pista parece que vaya a rozar los árboles con la panza, ¡increíble! Son las 10,15h cuando tocamos tierra en este nuevo destino. Al igual que en el embarque, bajas del avión y te diriges a pie hasta la terminal. Ya desde la pista queda claro que este aeropuerto es chiquitín.
Entramos a la sala de llegadas, dónde hay una sola cinta de recogida y en la que se ve a los operarios cómo ponen el equipaje en ellas. Vamos que casi que te la podrían dar en mano. De nuevo aquí vemos a algunos porteadores que intentan cogerte la maleta de la cinta para llevártela a la calle… a escasos 10 metros por un módico precio.
A los pocos minutos recogemos nuestras maletas y nos dirigimos hacia la calle dónde nos está esperando nuestro guía para estos días. Una cosa que nos gusta mucho, es que tras recoger la maleta y antes de salir, te piden el resguardo de la facturación y comprueban que la maleta que llevas sea la tuya. Junto a la salida nos espera Maitza, la guía colaboradora de Jenie, con un cartel con nuestros nombres.
Aunque la visita al Parque Nacional Tanjung Puting se puede hacer por libre cuando preparamos nuestro viaje, decidimos contratar un tour para estos días con un guía de habla inglesa. En el foro de Los Viajeros, recomendaban a Jenie Subaru, y tras contactarle y llegar a un acuerdo, lo contratamos para estos días. El tour con Jenie se trata de un crucero 3 días/2 noches por el río Sekonyer a pensión completa en un barco solos. También incluye guía de habla inglesa que nos acompañará en todo momento, los gastos de la tripulación, los traslados del aeropuerto al barco ida y vuelta, y la entrada al parque y a los tres campamentos.
Como os decía, la guía se presenta, nos lleva a un taxi y nos dirigimos hacia el embarcadero en Kumai, a pocos kilómetros de Pangkalan Bun. De camino paramos en una copisteria ya que para entrar al parque piden copia de los pasaportes. En apenas 30 minutos nos encontramos junto al que será nuestro transporte y alojamiento los próximos días. Aquí nos encontramos con Jenie. Nos explica que le será del todo imposible acompañarnos por motivos médicos familiares más que justificados (nos explica lo que ocurre). Nos acompañará una muy buena amiga suya. Le pagamos los 5 millones de rupias que cuesta el tour y promete esperarnos a la vuelta a Kumai para acompañarnos al aeropuerto. Tenemos su número de teléfono y nos dice que si necesitamos cualquier cosa, podemos llamarle sin problema.
Jenie nos enseña el klotok (embarcación típica de la zona) dónde iremos y nos presenta a la tripulación que nos acompañará en el barco además de la guía, compuesta por: la cocinera, el capitán y el pinche (lo siento, pero no recuerdo sus nombres). Nos ayudan a embarcar y a subir las maletas y a eso de las 11,30-12h salimos hacia el Parque Nacional Tanjung Puting.
El Parque Nacional de Tanjung Puting cuenta con más de 400.000 hectáreas de frondosa selva y es famoso por la conservación del orangután en su hábitat. El parque, fundado por la Dra. Biruté Galdikas en 1971, sirve como centro de rehabilitación de orangutanes. En el centro, los capacitan para sobrevivir en libertad. Galdikas es considerada una de las Leakey’s Angels. Un trío de mujeres discípulas de Louis Leakey y amantes de los grandes primates del mundo. Así Diane Fossey estudió los gorilas, Jane Goodall los chimpancés y Galdikas los orangutanes.
Actualmente en el parque viven unos 6.000 orangutanes en libertad siendo la mayor población de orangutanes del mundo. Conviven con leopardos, macacos, narigudos, martines pescadores, cocodrilos y unas 100 especies más de animales. Os dejo enlace a la web oficial dónde podréis encontrar más información.
Como os decía iniciamos la navegación por el Sekonyer y esto ya tiene pinta de que nos va a gustar y mucho. ¡Qué paz! ¡Qué maravilla! Es fantástico no tener que hacer nada más que poder disfrutar de las vistas que nos ofrece la naturaleza. Entramos en un estado de relajación absoluta, de verdad.
Maitza ya nos dijo que nosotros haremos vida en la cubierta del barco, comeremos, dormiremos y pasaremos los tiempos de navegación ahí mientras dure el tour. Ellos estarán en la planta de abajo y el baño será compartido por todos. Nos explica un poco cómo será el tour, qué veremos estos días, así como curiosidades del parque y de los orangutanes. Antes de irse nos pregunta si tenemos alguna alergia alimenticia o si hay alguna cosa que no nos guste. Le decimos que no y que nos dejamos sorprender. Hemos leído que en los klotok es dónde mejor se suele comer… Nos apetece mucho probar la comida típica de esta zona, y empieza a subir un olorcito ¡riquísimo de la cocina!
A las 13h nos sirven la comida. Unas tempuras de pescado y verdura, dorada con salsa agridulce, ensalada de col con judías y zanahorias, arroz blanco y sandía. Cantidas como para que coman 4 personas y somos ¡2! Todo está riquísimo y es genial disfrutar de una buena comida con estas vistas tan fantásticas.
Tras la comida, Maitza nos dice que llegaremos al primer campamento sobre las 14,30h y que podremos ver cómo dan de comer a los orangutanes en las plataformas a las 15h. Como sólo faltan 20 minutos, nos vamos poniendo las bambas de nuevo, reforzamos el repelente anti-mosquitos y el protector solar. Preparamos las cámaras y esperamos con ilusión el momento.
Cuando llegamos al muelle, ya hay varios klotok más. Aparcan en paralelo junto a dos más, y cruzamos a través de sus cubiertas hasta llegar al muelle. Maitza nos explica que parte del proceso de rehabilitación de los orangutanes consiste en darles de comer cada día a las mismas horas sobre unas plataformas. Y es un buen lugar para poder verlos de cerca con seguridad.
Antes de bajar nos cuenta también las normas del parque. Cosas que con un poco de sentido común ya no harías, como no acercarte a menos de 1m de los orangutanes, no darles de comer ni de beber y no hacer ruido. Primero vemos un mini museo que hay junto al embarcadero.
Explican la historia del parque y su objetivo de conservación de la especie. Salimos hacia un camino de arena fina blanca. Hay mucha humedad, pocos árboles en esta zona y pega el sol de lo lindo… ¡menudo calor! Tras unos minutos nos adentramos en la selva. El suelo resbala bastante y hay que ir con cuidado de no tropezar con las raíces de los árboles. Son unos 15-20 minutos de caminata y a eso de las 14,50h llegamos al claro dónde se encuentra la plataforma.
A las 15h llega uno de los ranger del parque y echa unos cuantos kilos de bananas sobre la plataforma y empieza el banquete. Avisa a los orangutanes con unos gritos. La guía nos dice que cada ranger tiene su grito y los orangutanes de su zona saben identificar cuando es su turno. A los pocos minutos, empezamos a oír como se mueven las ramas de los árboles y vemos a los primeros que se acercan a comer. ¡Indescriptible!
Durante una hora y media podemos disfrutar de este espectáculo que nos brinda la naturaleza. Verlos en total libertad, los gestos tan similares a los humanos que tienen, cómo comen, cómo protegen a sus crías y lo bonitos que son. Las fotos no hacen honor, de verdad. Y como más vale una imagen que mil palabras os dejo algunas fotos de las cientos que eché aquel día.
El momento más top es cuando llega una madre con su cría a alimentarse. Ese chiquitín es de lo más gracioso y ver cómo lo protege la madre… ¡enamora!
Hace muchísimo calor aquí, una humedad tremenda y no corre ni una gota de aire… tras disfrutar de lo lindo, volvemos al barco siguiendo el mismo camino que antes a través de la densa selva.
Junto al embarcadero hay unas pocas casas dónde viven los ranger y la policía del parque. La guía nos enseña algunas plantas medicinales que cultivan en la zona. Al llegar al barco, nos refrescamos un poco en el lavabo (hoy no nos podremos duchar) y nos sirven la merienda. Unas galletas, unas chips y unos refrescos.
Nos dicen que hoy haremos noche aquí y mañana saldremos temprano hacia el siguiente campamento. Maitza nos explica que hay opción de hacer un paseo nocturno por la selva de una hora más o menos dónde te enseñan nidos de tarántula, puedes ver serpientes, murciélagos y orangutanes entre otros animales. Nos acompañarían un par de rangers pero nadie del klotok. No lo vemos claro y les decimos que mejor nos quedamos a descansar que aquí en cuanto salga el sol estaremos en pie y en Indonesia eso ocurre antes de las 6h.
La tripulación del barco se sientan en el muelle con algunos ranger a charlar y nosotros nos dedicamos a disfrutar de la vista del atardecer sobre este lugar. En los árboles de la otra orilla vemos algunos macacos y narigudos que se pelean entre ellos con muy mala leche…
Esta es zona de riesgo de dengue y malaria, así que nos vamos reforzando el repelente anti-mosquitos a menudo. Además ellos nos ponen unos inciensos en la cubierta que dicen que es para repelerlos y la única luz que tenemos es la de unas velas para evitar que acudan los bichos. Última foto antes de que caiga el sol…
Oscurece pronto y a las 19h nos traen la cena. Langostinos con salsa agridulce, espinacas con salsa, arroz blanco, tempura de tofu y melón. ¡Menudo festín nos pegamos de nuevo! A eso de las 20h nos montan la cama en la cubierta con una mosquitera alrededor y bajan unas lonas en los 4 costados del barco para resguardarnos un poco del frío y de la humedad.
Es increible la sensación de estar acostado en la cama, a oscuras, en silencio y únicamente escuchando el sonido de la selva. ¿Hay mejor forma de irse a dormir?. Hoy ha sido un día espectacular, de esos que no se olvidan nunca.
Que pasada de experiencia!!! lo queno se yo…me maree hasta en el barco del nilo U.U ais…
Oye un puntazo lo de comprobar que te llevas tu maleta! es algo que siempre me ha rallado xD
un saludo!
El barco se movía y daba un poco de yuyu caminar por la cubierta porque la barandilla era bajita, pero lo llebamos bien.
Lo de las maletas es algo que siempre he pensado porqué no lo hacen y verlo en Indonesia me sorprendió gratamente.
Gracias por pasarte!
La verdad es que es una experiencia de las que te llevas y no olvidas. Fotos chulísimas!! Y os pusisteis las botas a comer en el barquito jeje.
ya te digo Oscar! comimos re-que-te-bien en el barco!!! y esa experiencia no la olvidaré jamás… se fue directa al top ten de momentos viajeros!