22/09/2017 (día 10): con buen sabor de boca dejamos Xi’an y volamos a Chengdu, nuestro próximo destino en China
Hoy nos levantamos pasadas las 9h. Desayunamos en la habitación lo comprado ayer y después de cerrar las maletas, hacemos el checkout. En el hostal nos guardan las maletas hasta las 12.30h que sale el transporte hacia el aeropuerto que contratamos con ellos (30¥ pp). Hoy dejamos Xi’an y volamos a Chengdu pero tenemos la mañana para acabar de despedirnos de esta ciudad.
Aunque a las afueras hay un par de templos con buena pinta, no tenemos ganas de alejarnos demasiado. Así que decidimos acabar de conocer los alrededores del hostal. Comenzamos visitando un templo budista que está junto al hostal (sorry no recuerdo el nombre, pero era el templo del barrio). Los locales nos miran extrañados por estar allí, y cuando ven que me sumo a sus rituales de oración ya se ponen ojipláticos del todo. No deben estar muy acostumbrados a ver a una occidental budista por estos lares 🙂
El lugar es muy tranquilo, alberga estatuas realmente bonitas y se respira una paz inmensa entre los diferentes edificios que lo conforman.
Luego cruzamos la Muralla y vamos dando un paseo por el parque que hay junto a ella. De estilo zen, está repleto de madres con niños pequeños y abuelas haciendo yoga.
Se está muy a gusto en este lugar, y nos sentamos en un banco a contemplar el vaivén de los locales 🙂 Son estos ratitos los que más me gustan de los viajes por libre. El poder observar otras formas de hacer, otras culturas y ¡aprender de todas ellas!
Seguimos con el paseo y llegamos hasta la Yongnig Gate o Puerta Sur. Vamos al centro comercial que hay en frente a tomar algo. Entramos en una cafetería y tomamos un par de capuccinos con un tiramisú de té verde (86¥). Pasamos el resto de la mañana aquí. Hoy estamos muy cansados y no nos apetece hacer más, y en un ratito habrá que volver al hostal…
A las 12.30h volvemos al hostal y en seguida llega una van que nos lleva hasta otro hotel. Allí nos juntan con más pasajeros, y en una hora y media desde que salimos del hostal, llegamos a la terminal 2 del Aeropuerto de Xi’an.
La verdad es que cuando preparaba el viaje, en muchos blogs y foros la gente explicaba que Xi’an solo valía la pena por los Guerreros. Decían que como mucho se le dedicara una noche. Después de haber estado aquí, hubiéramos alargado alguna noche más de las que estuvimos para conocer mejor la ciudad, estuvimos muy a gusto. En cierto modo nos recuerda a Osaka, la gran olvidada de Japón y una de nuestras ciudades niponas favoritas.
Es pronto para hacer la facturación, así que decidimos comer un par de platos de comida local (96¥) mientras pasa la media hora que falta para que abran el mostrador. Aunque está buena, pica tanto que se nos hace difícil poder terminar los platos…
Hacer la facturación aquí es sencillo. Debes ir a los mostradores de la compañía, en este caso Air China, y enseñar los pasaportes. A partir de ahí te pesan y marcan las maletas (tenemos hasta 20kg de equipaje permitido cada uno). Y hecho el trámite te devuelven el pasaporte con los billetes impresos. No es necesario mostrar voucher ni reservas, con el pasaporte les basta.
Pasamos los controles de seguridad y pasaporte sin problemas, y accedemos a la zona de embarque. Tomamos un par de cafés por los que nos sablan (80¥). Pagamos casi lo mismo que por la comida, pero es la única cafetería de la terminal y no hay más opciones…
Conseguimos embarcar con bastante retraso a las 16,45h y después de hacernos cambiar de puerta de embarque a toda prisa.
Nos llama la atención que a bordo te hacen apagar los móviles y comprueban cómo lo haces. Por lo visto no se fían del modo avión porque algunos modelos de fabricación china aunque estén en este modo, siguen emitiendo datos… Ain embargo te dejan ir al baño aunque la luz del cinturón esté encendida… ¡cosas de chinos!
A medio vuelo nos sirven un bocata súper picante que soy incapaz de comer y un botellín de agua fresca. Sorprendentemente y a pesar de haber salido con casi 1h de retraso, llegamos puntuales a Chengdu.
Las maletas salen sin problemas por las cintas, y viendo que llueve, decidimos coger un taxi. Para ello vamos a la parada oficial en la que hay una cola enorme pero que avanza rápido. Y tomamos el que nos indican. Os recomiendo hacer la cola de los taxis oficiales porque son los únicos que usan el taxímetro. El resto de taxis van a precio pactado y te suelen cobrar hasta 3 veces lo que cuesta la carrera.
Le muestro la dirección del hotel en chino al taxista y enciende el taxímetro. Esto es algo importante que tenéis que tener en cuenta si viajáis por libre a China. Llevad todos los nombres de las ciudades, lugares a visitar y direcciones en chino. La mayoría de taxistas no hablan inglés y os puede ayudar sobremanera llevar la información en su idioma.
Hay bastante tráfico, tardamos unos 45 minutos y nos cuesta 55¥ (había leído que del aeropuerto al centro costaba unos 80¥). Otra recomendación si cogéis un taxi en China además de llevar el nombre del lugar en chino, e ir siguiendo la ruta que hace con alguna aplicación de mapas. Muchos te pasean de más para subir la factura… éste fue honrado y casi un milagro, ¡conduce calmado y no en modo temerario como es la norma!
El hotel ya desde fuera se ve genial. Escogimos el Fraser Suites Chengdu para nuestra estancia de 3 noches en Chengdu. Ubicado entre dos paradas de metro y a pocos minutos a pie de la plaza más neurálgica de la ciudad. Hacemos el checkin y nos informan que como pedimos habitación para no fumadores nos han ascendido la categoría. Nos ubican en un piso más alto y mayor tamaño de apartamento por el mismo precio. Nos dan la tarjeta de acceso y vemos que estamos en el ¡piso 26!
Cogimos este hotel que calidad-precio estaba genial y con muy buenos comentarios. Al ser tipo apartamento podremos lavar la ropa (tiene lavadora en la habitación) y así reducimos equipaje. También podremos comer un poco sin picante y disfrutar de su spa. Estamos a la mitad del viaje y necesitamos un poco de calma 😉
Nos damos cuenta que son las 21h y no hemos cenado. Cruzamos la calle y vamos a un centro comercial que tenemos enfrente. Después de darle una vuelta a los restaurantes que tiene, nos decantamos por un restaurante japo. Tomamos unos noodles, unos dumpling y un pollo teriyaki (91¥). Está todo muy bueno pero de nuevo, demasiado picante para nuestro gusto.
Vemos que hay un Carrefour en el centro comercial pero ya están cerrando. Mañana vendremos a hacer la compra 😉 Volvemos al hotel y nos vamos a dormir pronto. Mañana comenzaremos a descubrir la capital de la región de Sichuan.