31/05/2011 (día 15): el viaje se acerca a su fin… regresamos a Tokyo y pasamos nuestro último día en Japón
Mi marido me despierta con un “buenos días niponita” 🙂 Debo decir que es la noche que mejor he dormido desde que estamos en Japón. Valoración del futón: ¡un 10! Nos damos una ducha rápida… si, con el cubelete 😀 y muy a pesar nuestro no nos metemos en el onsen… Queremos salir sobre las 10-10,30h para no llegar demasiado tarde a Tokyo y poder aprovechar un poco el último día en el país nipón. ¡Qué impresión al pensar que mañana volvemos a casa!
Sobre las 9h llaman a la puerta. En un momento recogen los futones y nos preparan la mesa del desayuno. Ayer pedimos desayuno occidental porqué no nos apetecía nada tomar sopa de pescado de buena mañana que es lo que suele llevar el desayuno japonés. Nos sirven un desayuno bien copioso: huevos revueltos, frankfurt, bacon, tostadas con varias mermeladas, zumo y café con leche. Hay tanta cantidad de todo que es imposible terminarlo.
Al acabar de desayunar cerramos las mochilas, comprobamos que no nos dejemos nada y salimos hacia recepción. ¿Estarán nuestras bambas?
Llegamos a recepción y en seguida nos viene la señora hiper-mega-amable que nos pide que la esperemos en la misma sala que ayer y al momento viene con la factura para hacer el check-out. Nos pregunta si hemos estado a gusto y le decimos que es el mejor alojamiento que hemos probado nunca y que lo vamos a recomendar muy mucho. La hacemos feliz 🙂
Nos pregunta de dónde somos y al decirle que somos de Barcelona nos explica que tiene amigos que han visitado nuestra ciudad y que ella tiene muchas ganas de verla. Pagamos y salimos hacia la recepción, dónde recuperamos nuestras bambas 😀
Nos despedimos del ryokan y del onsen con mucho pesar ¡hubiéramos hecho otra noche aquí encantadísimos! Con cientos de “domo arigato” por parte de todos, e incluso un “muchas gracias por su visita” en español por parte de la dueña, salimos hacia la carretera dónde está la parada del bus.
![la entrada del ryokan la entrada del ryokan](https://www.creciendoconmisviajes.com/wp-content/uploads/2020/04/P1030184.jpg?f8c025&f8c025)
![jardines del ryokan jardines del ryokan](https://www.creciendoconmisviajes.com/wp-content/uploads/2020/04/P1030182.jpg?f8c025&f8c025)
Tras pocos minutos de espera, llega el bus que nos llevará a Hakone-Yumoto. Es un trayecto de unos 30 minutos y una vez allí, cogemos el tren hasta Odawara. Seguimos utilizando el Hakone Free Pass de 2 días. Una vez en la estación de Odawara, pagamos la diferencia de precio para el billete del tren directo a Shinjuku (Tokyo) con la línea privada Odakyu. Y digo la diferencia porque con el pase tenemos descuento en el tren Romanticar a Shinjuku. Nuestro Japan Rail Pass se acabó ayer y como sólo necesitábamos comprar billete de vuelta a Tokyo para hoy, compramos el Hakone Free Pass sólo para la zona, de éste modo nos salía mucho más económico. En la web del pase lo tenéis todo súper bien explicado.
El Romanticar también es un tren exprés y en una hora y poco nos llegamos a la capital de nuevo. Nos deja junto a la JR Shinjuku. Nos dirigimos a las oficinas de Japan Railway en la estación y compramos los billetes para el Narita Exprés de mañana. Qué penita comprar ese billete… eso quiere decir que nos quedan horas en Japón, ¡uff!
Tras comprarlos, tomamos un tren JR hasta la estación JR Shimbashi. Esta estación se comunica mediante túneles subterráneos y galerías comerciales con la estación de tren y metro Shiodome. ¡Es inmensa! Para la última noche en Japón escogimos el Hotel Villa Fontaine Shiodome, un hotel que cuando planeamos el viaje salía carísimo pero que tras el accidente de Fukushima, y con la caída del turismo, bajaron precios y al final nos salió genial. Está muy bien ubicado porqué se encuentra entre 2 estaciones con varias líneas de metro y JR, por lo que está súper bien conectado. También cuenta con varios centros comerciales.
El checkin como siempre es a partir de las 15h y nos falta una hora para poder hacerlo. Localizamos el hotel y echamos un vistazo a las calles de alrededor para comer. Shidome es un barrio financiero, cuenta con altos rascacielos -para los estándares de Asia- y es una zona que se ve bastante nueva. Está ubicada entre la zona de la Tokyo Tower, Ginza y el río Sumida.
Para comer nos decantamos por un italiano dónde nos tomamos unas pizzas la mar de ricas. Luego volvemos a la zona de la estación y acabamos de hacer las compras que tenemos en mente por allí. Entramos en una licorería y compramos 3 botellas de sake para regalar a los nuestros y, una de umeshu -licor de ciruela- para nosotros, a ver si hay suerte y se parece al que tomamos ayer en el ryokan 🙂
![uno de los sake que trajimos uno de los sake que trajimos](https://www.creciendoconmisviajes.com/wp-content/uploads/2020/04/IMG_0870.jpg?f8c025&f8c025)
También compramos un imán para la colección, un par de vasos, un bote de té verde y un maneki-neko. En contra de lo que la mayoría de la gente cree, este gato de la suerte es originario de Japón y cuenta con un templo dedicado a él a las afueras de Tokyo. Esperamos poder verlo en próximos viajes…
Entre la comida y las compras se nos hacen las 15,30h. Vamos hacia el hotel a hacer el checkin mientras pensamos en que esperemos que hayan llegado nuestras maletas 😛
Llegamos a la recepción y en cuanto decimos el nombre de la reserva, la recepcionista nos dice que anoche recibieron nuestras maletas y que las tenemos en la habitación esperándonos. ¡Genial!
![el hall del hotel el hall del hotel](https://www.creciendoconmisviajes.com/wp-content/uploads/2020/04/P1030197.jpg?f8c025&f8c025)
Nos encontramos haciendo el checkin cuando se me resbala la bolsa dónde llevaba el umeshu y se me cae al suelo… con la mala suerte que empiezo a oler a alcohol que da gusto ¡OMG! La chica pensará que soy una alcohólica :S Terminamos el checkin lo más rápido que podemos, y tomamos el ascensor que nos lleva hasta la 10ª planta dónde se encuentra nuestra habitación.
Se ha roto la botella en mil pedazos y suerte que la bolsa es buena y ha contenido el licor… ¡si no lo hubiera puesto todo perdido! Coloco la bolsa en la bañera y vierto allí el licor que está en la bolsa, por suerte no se ha roto ninguno de los sake que eran para regalar.
Una vez contenido el problemilla, me fijo en que la habitación es bastante grande para los estándares de Japón y que tiene unas vistas espectaculares 🙂 Mi marido ya está pegado a la ventana observando los distintos trenes que pasan por allí.
![en todos los alojamientos tienes hervidor de agua en la habitación en todos los alojamientos tienes hervidor de agua en la habitación](https://www.creciendoconmisviajes.com/wp-content/uploads/2020/04/P1030191.jpg?f8c025&f8c025)
El plan para hoy era ver la zona de Roppongi, una zona bastante urbanita y llena de comercios… pero mi marido leyó por internet que recomendaban visitar el Sunshine City, un centro comercial con un mirador gratuito en la última planta con unas muy buenas vistas de la ciudad, y como tampoco tendremos de tiempo de mucha cosa, decidimos tomar un metro que nos lleve a Ikebukuro. Ésta vez podemos disfrutar de este distrito a gusto, puesto que el día que vinimos diluviaba. Nos deleitamos paseando por sus calles llenas de luces de neón, cosplays y jóvenes cargados con carteles enormes anunciando ofertas de electrónica y cómics. Este barrio es del estilo a Akihabara, y de hecho dicen que es la Akiba de las chicas ya que es más «tranquilo».
Llegamos al centro comercial y como todos en Japón, ¡es enorme! Recorremos las primeras plantas y entramos en algunas tiendas a echar un vistazo y cuando está a punto de anochecer, tomamos el ascensor que lleva al mirador. ¡Qué caña de ascensor! Al entrar las paredes son blancas pero una vez se pone en funcionamiento, se encienden unas luces psicodélicas y en las paredes se ven dibujos del horóscopo, constelaciones y una música muy acorde a la situación 😀 Hay una pantallita que marca la velocidad a la que va el ascensor, y ¡alcanza los 600m/min! Nos zumban los oídos como si fuéramos en un avión.
El mirador ofrece una vista de 360º mostrando la panorámica de la ciudad que hay desde sus grandes ventanales. Realmente no tiene nada que envidiar con otros miradores que hemos visitado estos días. De este modo hemos visto Tokyo desde las alturas a pleno día, de noche y al atardecer. Tres estampas totalmente distintas que recomiendo ver si se puede. Siento la calidad de las fotos pero mi cámara de entonces hacía lo que podía con poca luz…
En una zona del mirador hay sofás para dos personas y todo está decorado con corazones. La verdad es que es un bonito lugar al que ir con tu pareja.
Tras un buen rato admirando las vistas, volvemos al ascensor que nos lleva de vuelta a tierra.
Vamos hacia la zona de restauración ya que hemos pensado en cenar aquí. Es nuestra última cena nipona, así que no podemos ir a otro sitio que no sea a comer comida japonesa de la buena 🙂 Nos tomamos unos fideos y unos tonkatsu riquísimos. ¡Cómo voy a echar de menos la comida japo auténtica!
Volvemos a la estación JR y allí tomamos un tren que nos lleve de vuelta hacia el hotel. Nos dejamos las maletas listas que mañana toca madrugar de lo lindo. Nos damos una ducha y llamamos a casa para decir a los nuestros que por Hakone de maravilla y que mañana ya volvemos.
Mi marido se ha pasado el día de hoy diciéndome: «yo no me voy de aquí… ¡que me deporten!«, «¿y si buscamos trabajo y nos quedamos para siempre?» y «¿hay que volver al tercer mundo (España) de nuevo?» ¡Jaja! La verdad es que es tan, tan, tan alucinante todo lo que hemos visto y vivido aquí que yo tampoco quiero volver… de buena gana me quedaba, pero ¡amenazo con volver!
Nos vamos a dormir con un gran pesar, mañana tocará madrugar y el viaje de vuelta a casa será largo…