22/01/2017 (día 4): nos perdemos entre las calles de Budapest, visitamos la Gran Sinagoga, el monumento de los Zapatos, la estatua de Colombo y callejeamos por Pest antes de volver a casa por la noche
Hoy nos levantamos sobre las 9h. La idea es perdernos entre las calles de Budapest, visitar la Gran Sinagoga y el Monumento de los Zapatos antes de volver a casa esta tarde.
Cerramos las maletas que nos guardan en el hostal hasta la tarde. Y bien abrigados salimos hacia la Gran Sinagoga. Desayunamos en un Donuts Library que hay al lado dónde tienen unos donuts deliciosos (1500Ft). Y a las 11h vamos hacia el templo.
Pagamos las entradas (4000Ft pp) y entramos. A las 11.30h hay un tour en español y mientras hacemos tiempo a que se forme el grupo y venga el guía, alucinamos con el interior del templo. Habíamos entrado en alguna sinagoga en nuestro viaje a Praga de 2015, pero ésta es realmente bonita… Debo decir que curiosamente guarda un cierto parecido con un templo cristiano.
A la hora especificada llega un guía que habla español y reúne al grupo que hemos formado. Nos explica la historia de la sinagoga y el simbolismo de ésta. Todo lo que nos cuenta es realmente interesante y lo recomiendo sin duda. Construida entre 1854 y 1859 siguiendo el diseño del arquitecto vienés Ludwig Forster, se trata de la segunda más grande del mundo. Sólo superada por la de Jerusalén.
Mide 53 metros de largo, 26 de ancho y cuenta con un aforo para 2.964 personas. En una mitad se sitúan los hombres y en la otra, las mujeres. Es de las pocas sinagogas que albergan el mismo espacio para ambos sexos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis hicieron de los alrededores de la sinagoga un ghetto judío que posteriormente se convirtió en un campo de concentración. Desde este lugar muchos judíos fueron enviados a los campos de exterminio. De los judíos que sobrevivieron, fueron más de 2.000 los que murieron de hambre y frío. Sus cuerpos fueron enterrados en el cementerio de la Gran Sinagoga. Visitamos el cementerio y llama la atención que la mayoría de las tumbas comparten año de fallecimiento 1945, sin especificar fecha.
El guía nos explica que algunas familias compraron la lápida aquí como homenaje a sus familiares fallecidos en el genocidio, pero no hay cuerpo.
La mayoría yacen en una fosa común bajo el monumento Árbol de la Vida, en el patio trasero de la Sinagoga. Una escultura similar a un sauce llorón en el que cada hoja lleva escrita el nombre de un judío asesinado durante el Holocausto. Esta escultura fue construida en 1991 en memoria a todas las víctimas judías del nazismo.
Nos da un tiempo libre para recorrer el patio trasero del templo, en el que se encuentran algunos edificios más.
Tras una hora cargada de explicaciones sobre su historia y su cultura, salimos de nuevo a las frías calles de Budapest. Decidimos caminar por la ciudad y verla desde otra perspectiva: caminando y disfrutándola. Recorremos calles conocidas como Vacy Utcá y otras callejuelas menos conocidas pero que guardan bonitos rincones.
Llegamos hasta el Puente de las Cadenas donde admiramos las vistas que ofrece el puente. Alucinamos con el río lleno de bloques de hielo y la panorámica hacia la colina de Buda.
Nos gusta ver desde otro ángulo los majestuosos monumentos de la parte más alta de la ciudad y que visitamos ayer.
Seguimos caminando por la orilla del Danubio, aquí hace solecito y se está genial… Llegamos al Monumento a los Zapatos e impresiona de verdad. Ver las gélidas aguas del Danubio y lo que representa el memorial…
Para aquellos que desconozcáis la historia, la forma más habitual de matar a los judíos de la ciudad que tenían los nazis era atar a unos 40 en fila frente al río helado. Les quitaban los zapatos y la ropa que pudieran aprovechar o vender, y pegaban un tiro a las dos personas de los extremos. De modo que todos ellos caían a las congeladas aguas del río y con tan solo dos balas, mataban a 40 personas.
Creo que hay que ser salvaje para echar a la gente atada al río helado… No se puede decir de otra forma, bueno si, pero tendría que usar muchos tacos. Aunque hemos visto memoriales al holocausto en otras ciudades europeas como Amsterdam, Viena o Praga, no dejan de impresionarme estas historias 🙁
Tenemos el Parlamento al lado. Bajamos a un muelle sobre el río para echar unas panorámicas.
De verdad que impresionan esos grandes bloques de hielo sobre el Danubio.
Decidimos entrar al centro de visitantes del Parlamento para ir al baño y entrar un poco en calor. Luego, seguimos caminando y callejeando hasta llegar a la Avenida Iszent Istvan. Aquí nos encontramos con una estatua en bronce de Colombo y su perro, el protagonista de la serie con el mismo nombre de los 80. Nos hace mucha gracia porque desconocíamos que estuviera la estatua en la ciudad, lo descubrimos anoche mirando curiosidades por internet.
Son las 14,30h y empezamos a tener hambre. Así que entramos en un restaurante en la misma avenida y tomamos un pollo empanado con patatas y una crêpe (2400Ft).
Con energías renovadas y poco de calor en el cuerpo, decidimos seguir con la caminata… Vamos callejeando, disfrutando de los curiosos edificios que conforman la ciudad hasta llegar a la Plaza de la Libertad. Aquí nos llama la atención ver un edificio rodeado por una verja y mucha policía, ¿adivináis de qué se trata? Pues no es más que la embajada de EEUU…
Seguimos con el callejeo hasta llegar a la basílica de San Esteban dónde tomamos unas fotos del imponente edificio.
Todavía es pronto pero empieza a hacer mucho frío para estar más tiempo en la calle. Decidimos entrar en un Starbucks que hay en la misma plaza y tomarnos un café tranquilamente. Mientras aprovechamos el wifi del local para hablar un rato con los nuestros. Cuando se hacen las 16,15h decidimos ir al hostal a recoger el equipaje e ir tirando hacia el aeropuerto.
De nuevo, caminamos unos 15 minutos hasta el Maverick Hostel dónde nos guardan las maletas. Las recogemos y nos despedimos. Hemos estado muy a gusto en este alojamiento.
Y ahora si, cogemos el metro en Ferenciek Tere hasta Kobanya-Kispest, y hacemos transbordo al bus 200E que nos lleva hasta la terminal 2 del aeropuerto. Pasamos los controles de seguridad sin problemas y decidimos comprar algunos vinos/licores típicos de la zona en el Dutty Free.
Subimos a la planta superior a tomarnos algo y hacer tiempo, hasta que a las 19,45h sale anunciada nuestra puerta de embarque y vamos hacia allá.
Como nos temíamos, la zona de embarque de las compañías low cost están en una especie de nave. Para llegar a ella tienes que caminar unos minutos al aire libre y si tienes suerte, puedes esperar dentro de la nave. Si llegas más justo de tiempo, te tocará esperar en la calle. Aún así, hace bastante frío en el local…
Cuando el avión al que debes subir aterriza, te pasan de nuevo a la calle a esperar a que la gente baje y poder subir a él… Si viajáis en invierno, recordad no quitaros la ropa térmica, jerséis, guantes y todo lo que llevéis encima hasta llegar al avión. Menudo frío hace a éstas horas, exactamente ¡¡¡-10ºC!!!
Es la primera vez que viajamos en la fila 1 (por sorteo de Ryanair). Tenemos la suerte de ver todos los procedimientos que se llevan a cabo durante el despegue, vuelo y aterrizaje por el personal de cabina. Realmente asombra ver la cantidad de tareas tan dispares que realizan… la pega es que hasta que cierran la puerta del avión hace bastante frío (recordad los -10º). Y a pesar de que tienes más espacio para las piernas, da una cierta sensación de inseguridad no tener nada delante…
El vuelo ha salido con media hora larga de retraso, así que la hora prevista de llegada a Barcelona son las 23h pasadas. Decidimos pedirnos un menú (bocata, chips y agua, 10€ pp) y llegar cenados a casa. Las 2h 40 de vuelo transcurren sin problemas y nada más aterrizar en Barcelona cogemos las maletas para salir los primeros, aprovechando al máximo la fila 1 🙂
La temperatura aquí es de 9º y aunque pueda parecer frío, para nosotros ¡¡hace calor!! 😛 ¡Tenemos 20ºC de diferencia respecto a lo que hacía en Budapest justo al embarcar! Y además, aún llevamos la ropa térmica y los jerséis gordos…
Cogemos un taxi que nos lleva hasta casa poniendo fin a una escapada que nos ha gustado muchísimo y de la que hemos disfrutado al máximo. A pesar del frío (llegando hasta los -13ºC) no lo hemos pasado tan mal como creíamos. Hemos podido disfrutar de esta ciudad que tanto nos ha sorprendido.
Sin duda Budapest pasa al top 5 de las ciudades europeas visitadas 🙂
muchas gracias, seguro que disfrutarás mucho de la ciudad 🙂