Como sabéis, no solo nos gusta descubrir lugares lejanos, sino que también aquello que nos rodea. Es por esto que de vez en cuando nos apuntamos a rutas por Barcelona, para ir descubriendo los rincones que esconde la ciudad. La ruta de hoy, es una ruta dulce en la que conoceremos aquellas pastelerías y hornos más antiguos o con más encanto del barrio de Ciutat Vella.
El punto de partida es el Café Zurich, en Plaça Catalunya. Éste es uno de los cafés más antiguos de la ciudad y mantiene ese aire de finales del siglo XIX.
Caminamos hasta C/Xuclà 23 dónde se encuentra el Forn Boix. Aunque data de 1920, hace poco lo han reformado dándole un aire hipster. Hacen productos artesanos y dicen que sirven desayunos al Parlament de la Generalitat cuando lo requieren. Aquí tenéis su web.
Justo a su lado, se encuentra un local especializado en cafés y tés de todo el mundo a granel, La Puertorriqueña. Sin duda, vendremos a ver si tiene el café Koppi Luwak de Indonesia que tanto nos gustó.
Seguimos avanzando por C/Xuclà hasta el número 4 dónde se encuentra la Granja Viader. Su historia se remonta a 1870 cuando la dueña del establecimiento, la Sra. Rafaela Coma, abrió una lechera –con su granja detrás-. En 1895 empieza a trabajar en la lechera un joven llamado Marc Viader, original de Cardedeu. El joven, aunque no tenía estudios, tenía la mente inquieta y poco a poco fue haciendo innovaciones para que el negocio creciera.
Pensó que era más higiénico tener a las vacas en granjas a las afueras de la ciudad y traer los productos hasta aquí para venderlos. Con el paso del tiempo, aprendió técnicas de pasteurización y la fórmula para crear el Cacaolat®. Y en 1925 Marc fundó Letona S.A como una central receptora de leche procedente de toda Catalunya para su tratamiento y distribución. Actualmente, es la única Granja de toda la ciudad en la que no solo ofrecen desayunos y meriendas con productos derivados de la leche (cafés, chocolates, etc.). Sino que también puedes comprar productos lácteos y embutidos en el mismo local. Comparto su web por si queréis descubrir más.
Tras la visita, seguimos hacia el otro lado de Las Ramblas y nos dirigimos a C/Petríxol 11, dónde se encuentra la Granja La Pallaresa. Aunque no es tan antigua como la Viader, conserva su establecimiento de origen de 1927. La calle entera huele a chocolate que hace salivar 😛 Y es que realmente, si quieres tomar una buena taza de chocolate con churros, éste es el lugar. Palabrita de una que los ha catado 😀 En esta calle encontraréis otras granjas chocolateras aunque no tienen tanta historia como La Pallaresa.
Seguimos avanzando hasta C/Portaferrissa, dónde se encuentra un local algo peculiar llamado Caelum. Y digo peculiar porque es un establecimiento dónde venden productos artesanos producidos por religiosos/as de toda España. De aquí, recomiendan probar los marron glacé, aunque los dulces que tienen en el escaparate tienen una pinta tremenda. Os dejo su web.
Cruzamos la Plaça St Jaume y seguimos por C/Llibreteria 8. Aquí encontramos uno de los hornos más antiguos de la ciudad: el Forn St Jordi, fundado en 1798. Éste lugar es famoso por sus panes y cruasanes artesanos y por sus rosquillas, conocidas como rosquillas de St Jordi. Por lo visto, tenían tanto renombre, que los propietarios del horno pidieron permiso para salir a la Plaça St Jaume a venderlas durante la diada de St Jordi. Y desde entonces, hace más de 60 años, salen cada año a ofrecer su producto estrella.
Con el tiempo, los vecinos pedían que se vendieran también otros dulces, pero la normativa existente en aquel entonces, no permitía vender pasteles en los hornos. Por ello, abrieron otro local a pocos pasos, hoy conocido como pastelería Sta. Clara. Comparto su web dónde tenéis más información sobre su historia.
Bajamos la calle hacia Via Laietana, dónde en la Plaça de l’Àngel 12, se encuentra otra de las pastelerías más antiguas del barrio de Ciutat Vella, La Colmena. Se desconoce el año de fundación pero si se sabe que su nombre original era el de Ca l’Abella. Adquirió su nombre actual en 1872 al comprar el negocio la familia Costa.
Además de producir artesanalmente y vender todo tipo de dulces y pasteles, son famosos por sus caramelos totalmente artesanales. Son algo más de las 11h y empieza a apretar el hambre. Entramos a comprarnos un cruasán y nos llevamos un paquete de 200g de caramelos surtidos. Con sabores de lo más curiosos como pino, hinojo, romero, granada, grosella, malvavisco, vainilla, miel, limón, etc. Realmente, ¡están deliciosos! Aquí tenéis su web, permiten comprar algunos productos online.
Cruzamos la Via Laietana hacia el barrio de La Ribera, y en C/Princesa 22 encontramos otra de las pastelerías más antiguas de la ciudad. Data de 1852, y es una de las muy pocas que conservan su horno de leña y ofrecen productos cocinados en él, la Pastisseria Brunells. Éste lugar es conocido, además, por ser el único dónde podemos encontrar cruasanes hechos con manteca de cerdo. Tal y como se preparaban antiguamente.
Entramos a comprar alguno porque nos hace gracia probarlos, pero se les han agotado, así que nos quedamos con las ganas. Cuenta con una cafetería en el local de al lado para degustar sus productos con un café o un chocolate. Desde la calle trasera, se puede ver el antiguo horno. Os dejo también su web.
Avanzamos hacia el Born y nos encontramos en C/Flassaders 44, una pastelería de lo más cosmopolita, la Hofmann. Forma parte de la famosa escuela de hostelería fundada en 1983 por Mey Hofmann. Por su escuela han pasado grandes chefs y es la única escuela de hostelería que cuenta con una estrella Michelín. La panadería, ha sido ganadora este año del mejor cruasán del mundo. Os dejo su web.
Como anécdota, junto a la panadería se encuentra la calle más estrecha de la ciudad, C/La Mosca.
Y seguimos caminando hacia el Mercat del Born ya que, junto a él, encontramos una de las pastelerías de Oriol Balaguer. Este famoso chef de repostería posee varios premios de postres y repostería desde 1997. Su establecimiento es famoso porque te rellenan los cruasanes con el dulce que quieras en el momento de comprarlo. Está bastante lleno, por lo que no entramos.
¿Y qué mejor manera de acabar una ruta dulce por Barcelona que entrando a un museo de lo más dulce? Pues eso, que aprovechando que estamos en el Born, vamos al Museo del Chocolate, situado en C/Comerç 36. Como vamos en grupo, entramos por 5€ (entrada normal son 6€). Este museo, aunque es pequeño, relata la historia del chocolate y muestra algunas obras realizadas con este producto. Además de dispone de algunos aparatos antiguos usados en la producción de chocolate.
Si no has visto ningún museo de este estilo antes es de lo más interesante, pero nosotros visitamos el que hay en Brujas en 2012 que es enorme, así que éste nos sabe a poco. Como curiosidad, la entrada está impresa en el papel que envuelve una chocolatina, así que puedes hacer una pequeña cata una vez dentro del museo.
Tienen expuestas figuras de chocolate también, muchas son guiños a lugares emblemáticos de la ciudad. E incluso encontramos un homenaje en chocolate blanco al orangután albino que había en el Zoo de Barcelona, el Floquet de Neu y una exposición de figuras de Star Wars.
Os dejo su web para más información. A la salida, compramos una vela de chocolate que huele de maravilla por 4€.
Son más de las 13h cuando terminamos la ruta de hoy y volvemos a casa con buen sabor de boca.
P.D: Y añado una recomendación particular a la Barcelona dulce… para los amantes de los dulces japoneses, no os podéis perder la pastelería de Takashi Ochiai en C/Comte d’Urgell 110. Simplemente delicioso.