Hace un año que despedíamos el 2020 con el tradicional post de resumen viajero del año diciendo que probablemente habíamos vivido el año más raro de nuestras vidas. ¡¿Y quién nos iba a decir que le seguiría otro igual de incierto?!
Seguimos con la pandemia por el Sars-COV-19. Viviendo la 6ª ola si no hemos perdido la cuenta, e inmersos entre las variantes Delta y Ómicron que nos tienen fritos. Cifras de contagios, de ingresos en UCI y de fallecidos que no dejan de crecer. Fronteras que se abren y que se cierran con la misma facilidad que llegan las olas. Pasaportes sanitarios, pass COVID o pass de vacunación. Y con la misma incertidumbre de hace un año pero hasta la coronilla de tanto COVID… Y con mono viajero a nivel máximo.
Aún así, el 2021 ha dado para mucho más de lo esperado y aquí va la tradicional entrada con el resumen viajero del 2021.
Resumen del 2021 viajero…

Como os decía comenzamos el año hasta arriba del COVID y lo acabamos peor. Por suerte, nosotros vamos toreando el bicho. Y aunque ha habido contagios a nuestro alrededor, nosotros hemos ido capeando el temporal y de momento, nos vamos librando. Cierto es que al ser yo de riesgo y tener al peque, extremamos las precauciones. Seguimos las recomendaciones sanitarias y tenemos las 3 dosis de la vacuna (deseando poder vacunar al peque). Responsabilidad y precaución nos han permitido poder ir haciendo cosillas a lo largo del año.
Comenzamos con unos días de vacaciones en enero que los destinamos a descansar y a conocer una Barcelona que seguía desierta. Así pudimos visitar prácticamente a solas la Catedral y subir a su terraza en lo más alto. Volver a nuestra querida Santa María del Mar dónde hace 10 años dimos el «si, quiero». Pero esta vez acompañados por el peque y pudiendo subir al fin a lo alto de sus torres. Recorrimos de nuevo el Parc del Laberint d’Horta y un Park Güell irreconocible. Nunca hubiera imaginado poder hacer una foto junto al lagarto del parque totalmente a solas.

A lo largo del año, hemos ido en varias ocasiones al Jardín Botánico aprovechando la entrada gratuita gracias al programa Gaudir Més Barcelona. Visitamos el Aquarium, el Museu Blau y el CosmoCaixa una vez más. Subimos a lo alto del Telefèric del Port dónde disfrutamos de unas increíbles vistas sobre la ciudad. Y recorrimos las calles de la ciudad dando agradables paseos con el peque enseñándole su ciudad.

Con la llegada del buen tiempo, decidimos aprovechar los fines de semana para conocer más rincones cerca de casa. Así que dedicamos buena parte del año a recorrer distintas poblaciones y comarcas catalanas. Comenzamos en abril visitando Empuriabrava, Castelló de Empúries, Figueres y los restos arqueológicos de la antigua ciudad de Empúries. Una escapada que nos ayudó a desconectar un montón, cargar pilas y disfrutar del bonito patrimonio del Alt Empordà.

Al olmo viejo, hendido por el rayo; y en su mitad podrido; con las lluvias de abril y el sol de mayo… mayo y nosotros nos vamos a conocer Mura. Situado en la comarca del Bages y en medio del bello parque natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac. Esta bonita ciudad de estilo medieval nos cautivó y nos dejó con ganas de más. Aprovechamos el buen tiempo de aquél día, para dar un paseo por la naturaleza y de paso, volvimos con la mochila cargada de dulces artesanos 😛

En mayo también aprovechamos otro finde para ir a Lleida a ver a la familia y de vuelta a casa, paramos a conocer Penelles. Este pequeño pueblo de la comarca de la Noguera es conocido por su street art y por su festival Gargar. Os hablaré del lugar porque merece la pena conocer el esfuerzo que hicieron los vecinos por evitar que su pueblo cayera en el olvido.

Y antes de que acabara mayo, volvimos al Empordà para seguir recorriendo la zona. Nos alojamos en uno de los mejores camping de la zona, en la Ballena Alegre y pasamos un finde largo estupendo. Aprovechamos para volver a Castelló d’Empúries y Figueres, visitar Sant Martí d’Empúries dónde recorrimos un pedacito del camí de ronda. Conocimos el bonito pueblo pesquero de l’Escala, conocido por sus habaneras y sus anchoas. Y no podíamos irnos de aquí, sin visitar dos de los pueblos más bonitos de Catalunya: Peratallada y Monells.

Seguimos avanzando y llega junio, otro mes bastante productivo. Comenzamos visitando el Santuario de la Mare de Déu de la Roca en Mont-roig del Camp (Tarragona). Hacía mucho tiempo que queríamos escaparnos a verlo y no defraudó. El lugar es de lo más curioso y las vistas son increíbles desde allá arriba.

En junio uno de los integrantes de Creciendo con mis viajes cumple años, y no podíamos dejar pasar la oportunidad de celebrarlos de escapada. Reservamos un bonito apartamento en Escàs, en el Pirineo de Lleida y nos fuimos 4 días a disfrutar de la zona. Aunque conocíamos la zona muy de pasada de pequeños, nos gustó volver a disfrutarla con calma. Visitamos Escàs, Caregue, Sort, Rialp, Tavascán y recorrimos un pedacito del bonito Bosc del Gerdar.


Esta zona es realmente bonita, situada en un valle entre el Parque Natural del Alt Pirineu y el Parque Nacional d’Aigüestortes i Sant Maurici. Seguro que volveremos.
Agosto otro cumpleaños y nos vamos a conocer La Cerdanya, de nuevo al Pirineo de Lleida. Nos alojamos en Martinet y disfrutamos de una buena caminata por la ribera del Río Segre a su entrada en España. Gozamos de las vistas al Parque Natural del Cadí-Moxieró desde el bonito pueblo de Prullans y de alguna caminata más por La Molina.

Y acabamos el mes de agosto con una nueva escapada antes de nuestras ansiadas vacaciones. Volvimos a la Provincia de Girona para recorrer Roses y sus fabulosas playas. Lo bueno del COVID es que puedes disfrutar de lugares que habitualmente están abarrotados, de una forma más serena. Fue otro finde de desconexión que además nos permitieron conocer un poblado visigótico y el Dolmen de la Creu d’en Cobertella de mas de 5.000 años de antigüedad. ¡Ahí es ná!

Septiembre, final del verano y al fin nuestras ansiadas vacaciones. El peque no nos da mucho tiempo libre para preparativos, así que decidimos repetir destino del año pasado y volver a Menorca. El año pasado disfrutamos a tope de esta bonita isla balear, cargamos pilas y nos quedaron muchas cosas en el tintero. De modo que, ¿para qué complicarnos la vida cuando no tenemos tiempo para preparar un viaje?
Contacté con los anfitriones del apartamento de Es Grau del año pasado para ver si lo tenían disponible pero sólo lo tenían para la última parte del viaje. Aunque nos ofrecieron quedarnos en un anexo de su casa cerca de Maó, de estilo rústico. Nos enviaron fotos y precio y no dudamos en reservar. ¡Todo un acierto! Estuvimos una semana de maravilla, desconectando a tope. Pudimos conocer muchos lugares pendientes y repetir algunos que nos encandilaron en el 2020. ¡Sin duda, la mejor elección!

Más findes de caminatas por el Parque Natural del Montseny conociendo otros rincones y repitiendo algunos de nuestros favoritos mientras disfrutamos de la llegada del otoño.

Nos gustó muchísimo visitar el Castell de Montsoriu. Podéis encontrar información sobre su historia y de cómo llegar allá arriba en la entrada del blog. Excursión apta para todas las edades 😉

Y disfrutar del final del otoño recorriendo el camino que une el Molí de les Pipes con la Corbadora en el término municipal de Arbúcies, al norte del Parque. Súper recomendable hacerla en otoño y también apta para todas las edades.

Noviembre y al peque le dan unos días de fiesta. ¿Y qué hace un viajero a la que suma 4 días de fiesta? ¡Pues buscar destino! Volamos a la capital andaluza para conocer al fin, después de mucho tiempo en el tintero, Sevilla. Nos puso a prueba como familia viajera. ¡Qué diferente es viajar en pareja a viajar en familia! Tuvimos que lidiar con un catarrazo del peque que se trajo de la guardería al viaje. Aún así, pudimos controlar la situación (cosas de ser sanitarios) y nos dio tiempo a visitar bastantes lugares de la ciudad a un ritmo calmado y siguiendo las necesidades del peque. ¡Sevilla qué bonita eres!

Y así, como quién no quiere la cosa, llegó diciembre. El peque cumple años a primeros de mes y aprovechamos el puente para ir a celebrar sus 2 añitos al lugar más mágico que existe: Disneyland París. La idea era ir y volver con el TGV, disfrutar de un par de días en el parque y soplar las velas con una tarta de Mickey.
Pero el peque pasó el viaje de ida bastante pocho, aunque aguantó como un campeón las 7h 30 de tren. Al día siguiente se levantó bien y nos dispusimos a ir a celebrar su cumple a Disney. A las pocas horas de llegar empezó con fiebre muy alta y nos volvimos al apartamento para que pudiera descansar. Estuvo con fiebre muy alta toda la tarde y toda la noche, y continuaba así a la mañana siguiente.
Viendo que seguía igual y que el seguro de viaje no nos daba respuesta, decidimos volver a casa. Compramos vuelos para esa misma tarde y regresamos. Así al menos, en caso de tener que ir a urgencias, podíamos ir a su hospital de referencia.

Nuestro gozo en un pozo… por suerte, el rato que estuvimos en el parque lo disfrutó un montón. Nos trajimos un peluche de Mickey que se ha convertido en su amigo inseparable y estamos deseando poder volver a disfrutar del lugar con él. Lo haremos más pronto que tarde, estamos seguros.
De nuevo no ha sido un año de grandes viajes. Ni la situación de la pandemia ni el peque lo han permitido. Pero como veis, hemos disfrutado de muchas escapadas. Y sobretodo, hemos aprendido mucho de esta nueva forma de viajar para nosotros: viajar en familia. A pesar de las dificultades, hemos mantenido la salud. Hemos sabido aprovechar cada momento y sumar muchos ratitos juntos. Al final, es lo más importante, saber disfrutar de los grandes y pequeños momentos que nos dan la felicidad.
Al 2022 le pedimos que eche el freno al COVID y que no vayamos tan cansados, para que podamos viajar más. Tenemos muchas ideas en la cabeza, veremos qué nos depara el año. Pero algo si tenemos claro es que ¡ganas de seguir Creciendo con mis viajes, no nos faltan!
