11/10/2016 (día 11): recorremos la península de Railay, descubrimos sus playas y cuevas, y vivimos un gran atardecer como colofón a un día de relax absoluto
Hoy nos levantamos con la calma a eso de las 9h después de haber dormido casi 10h del tirón ¡qué falta nos hacía! Vamos a desayunar al bufet del hotel que tenemos incluido, está todo delicioso. Decidimos dedicar el día de hoy a conocer la península de Railay, conoceremos sus playas y sus cuevas.
Como cada día, nos embadurnamos bien de protector solar y repelente de mosquitos, y nos dirigimos a East Railay. Vamos a comenzar recorriendo su costa.
Ayer ya nos lo pareció, y hoy lo confirmamos. La costa Este es muy distinta a la Oeste dónde nos alojamos. La primera es una zona de manglares y cuando baja la marea se pueden las raíces de estas plantas acuáticas. Incluso algunos cangrejos y ermitaños recorriendo la zona 🙂
Esta parte de la península la utilizan como puerto para traer mercancías a la zona desde Krabi. No es muy aconsejable el baño aquí y posiblemente por la noche haya cantidad de mosquitos. Aún así es bonita de ver con los contrastes de la marea alta vs marea baja como la encontramos ahora.
Caminamos hasta llegar al extremo de la costa Este dónde encontramos zonas de escalada. Sabemos que llevan a un mirador desde el cual puedes ver la península completa, pero vemos que la subida es un auténtico barrizal. Y o tienes dotes de escalador o no subes de una pieza ni de coña… Nosotros ni lo intentamos aunque vemos a algunos pegando auténticos culetazos en la hazaña.
Seguimos el camino que nos lleva entre cuevas, lianas, estalactitas y estalagmitas hasta la playa más idílica de la península de Railay.
Alucinamos con las formaciones rocosas que hay y esperamos no ver a ninguno de los monos que anuncian los carteles. Al igual que en Indonesia, hay que tener cuidado porqué son cleptómanos 😛
Nos parece una pena por eso el mal estado en que se encuentran. La gente no tiene ningún cuidado y claramente, tocan las formaciones calcáreas. Aunque pueda parecer una chorrada, al hacer eso detienes la formación de la estalactita/estalgmita 🙁 Así que cuando veáis una, ¡manos quietas!
Llegamos a la playa de Phra Nang Beach y alucinamos en colores. Si West Railay ya es bonita, esta parte de la península ¡es idílica!
Justo junto al acceso, vemos la cueva de la Princesa, curiosamente repleta de amuletos con forma fálica. Cuenta la leyenda que aquí se hundió en el S.III aC, una barcaza real que llevaba a bordo a una princesa india. Su espíritu se quedó en la cueva y concede favores a todo aquel que venga a presentarle sus respetos.
Realmente esta playa merece el puesto de mejor playa de Railay. Es preciosa y alucinante a su vez con las formas que hace la piedra en los acantilados y las calitas escondidas entre ellos.
Nos damos un baño sin pensarlo, y aquí también encontramos que el agua tiene una temperatura ideal. Perdonad la calidad de la imagen del siguiente vídeo, está grabado con el móvil dentro de un protector…
Pasamos más de una hora sumergidos en sus aguas cálidas y alucinando con las vistas tan fabulosas que ofrece el lugar. Con pesar, olvemos dando un paseo hacia la costa este y de allí vamos a la Cueva del Diamante (entrada 200 baths pp).
Encima de la Hat Railay East está esta cueva atravesada por una pasarela de madera que te lleva por algunas grutas rodeadas de formaciones calizas. Conocida bajo el nombre del diamante porque había agua bajo la pasarela que daba unos bonitos reflejos a la cueva. Pero por lo visto con el tiempo, el agua ha desaparecido y con ella el encanto que tuviera anteriormente la cueva.
Así, aunque el lugar es bonito, se trata de una cueva pequeña con algunas formaciones minerales que podrías encontrar cerca de casa sin demasiado problema. Por tanto, el precio que cobran por la entrada nos parece excesivo.
Recorremos la cueva en unos 20-30 minutos y luego, volvemos hacia la zona del hotel. Esta vez tomamos un camino diferente repleto de tiendas y restaurantes. Siguiendo el camino, llegamos a la calle dónde ayer compramos el batido y el coco.
Es casi mediodía y estamos asados de calor por el paseíto de vuelta. Decidimos comprarnos un par de helados de té verde (140 baths) y nos los tomamos frente a la playa. Luego, nos damos un buen baño ya frente al hotel.
A las 13h empezamos a tener hambre. Sin pensarlo mucho vamos a comer al restaurante del hotel como ayer. Tomamos un par de platos de comida thai con unas birras (400 baths). Y mientras, disfrutamos de las vistas hacia la playa y de la brisa del mar.
Tras la comida, vamos un rato a la habitación a descansar un poco de tanto sol. Le echamos un vistazo a la información que nos dejaron sobre los tours que ofrece la agencia de viajes del hotel. Decidimos que los próximos dos días, visitaremos con ellos diferentes islas del mar de Andamán. Haremos el Parque Nacional Ao-Phang-Nga y Koh Phi Phi.
Después de una buena siesta, contratamos dos tours para mañana y pasado en la recepción del hotel. Esta mañana vimos que los que ofrecían por la calle comercial no distaban mucho de precio. Suponemos que como hay competencia todos ofrecen más o menos lo mismo. Pero preferimos ir a la comididad de ir con la gente del hotel que responde bien.
Después alquilamos un kayak frente al hotel y damos una vuelta de una hora (200 baths). Se nos hace eterna porque el mar está más picado de lo que parecía desde la orilla y hay mucha corriente que dificulta el remo… Dejamos el kayak y nos damos otro buen baño. La playa de West Railay está tan bien que no harías otra cosa en todo el día… 😀
A las 16,30 nos vamos un rato a la piscina del hotel. Aunque somos más de playa estamos cansados de tanto sol y en la piscina hay más sombras. No queremos acabar churrascados…
Y a las 17,30h voy a buscar la réflex a la villa para no perder la oportunidad de captar la puesta de sol tan fabulosa que ofrece el lugar.
Es realmente bonito ver atardecer aquí. No podemos dejar de pensar en las puestas de sol tan parecidas que vimos en Labuan Bajo y en Bali (Indonesia) hace un par de años…
En pocos minutos se esconde el sol tras el horizonte… y nosotros nos quedamos de nuevo con que los atardeceres en Asia, ¡son mágicos!
Aún queda un poco de luz, así que volvemos a la costa este para ver los colores del atardecer desde allí con la marea alta… ¡qué diferente se ve respecto a esta mañana!
Se está muy a gusto aquí, así que aprovechando que hacen un happy hour en uno de los hoteles de esta zona, decidimos quedarnos aquí un rato más. Nos tomamos un par de mojitos y luego, unas pizzas deliciosas (800 baths).
Se está genial aquí y hay mucho ambiente. Los hoteles que hay en esta zona de la península son más económicos y por tanto, vemos mucha más gente joven que en la costa oeste dónde nos alojamos nosotros. Pero escogimos la otra por ese mismo motivo también… había comentarios de más ruido a todas horas y más mosquitos en el este. Después de cenar, regresamos hacia la costa oeste. Un último vistazo a la playa…
Y volvemos a nuestra villa. Disfrutamos del jacuzzi un rato, aunque nos vamos pronto a dormir que mañana toca madrugar para el tour de James Bond Island 🙂
Mi rincón favorito en Tailandia ¡volví enamorada!
yo volvería sin pensarlo, sin duda lo mejor del viaje 🙂