Hoy os traemos una ruta muy chula que hicimos con el peque el pasado otoño, en una buena caminata del Molí de les Pipes a La Corbadora d’Arbúcies. Para ello, cogimos el coche y condujimos poco más de 1h desde casa hasta el Parque Natural del Montseny. Los que nos conocéis, ya sabéis que esta zona montañesa cercana a Barcelona nos encanta. Hemos hecho cantidad de rutas por ella (¡y las que nos quedan!). Pero esta, junto a la visita al Castell de Montsoriu que habíamos hecho unos días antes, fue una de nuestras favoritas. ¿Te vienes? Pues coge las botas y vamos 😉
Caminata del Molí de les Pipes a La Corbadora d’Arbúcies
La ruta es muy sencilla y apta para todos los públicos, excepto un tramo que son unas pequeñas escaleras que impedirán hacerla a personas con movilidad reducida. Nosotros la hicimos con el peque que aún no había cumplido los 2 años. Algún tramo lo hicimos porteándolo, pero la mayoría fue caminando él. Así que ya os podéis imaginar, el grado de dificultad 😉
Es una ruta lineal que puedes iniciar en cualquiera de los dos puntos. Nosotros decidimos comenzar por el Molí de les Pipes, ir hacia La Corbadora y volver al punto de origen. El inicio del sendero está marcado como PR-C-202, pero este luego continua hacia Viladrau. La segunda parte va siguiendo el curso de la Riera d’Arbúcies y lleva las señales de «Tourdera» y «La Corbadora».
Aparcamos gratis en la explanada que hay junto al Restaurante el Molí de les Pipes. Un restaurante de cocina catalana, que se ubica en el antiguo molino de harina, el Molí de les Pipes. Incluido en el listado de Patrimonio Arquitectónico de Catalunya, los primeros indicios de la existencia del molino se remontan a 1313. Aunque el edificio actual se cree que fue construido en el siglo XV.
Junto al molino, encontramos un antiguo puente románico de piedra, conocido como el Pont de les Pipes. De origen medieval, este pequeño puente cruza la riera de Arbúcies.
Aunque a día de hoy pueda parecer poco relevante, en su momento lo fue. Por esta zona pasaban varios caminos que conectaban pueblos y cultivos con el molino, además de una cañada trashumante en dirección al Coll de Ravell. Junto al Puente y al Molino, también podemos ver la Font de les Pipes.
Después de visitar esta zona que queda por detrás del restaurante, volvemos al aparcamiento y desde aquí iniciamos la ruta hacia La Corbadora. Para ello, comenzamos desandando el camino de tierra por el que veníamos con el coche, y que es el inicio de la ruta hacia Viladrau y hacia Santa Fe del Montseny (PR-C-202).
Hicimos la ruta a finales de noviembre del 2021, por lo que el bosque estaba realmente espectacular con los colores del otoño y las hojas caídas. A nuestro paso, comenzamos a ver cantidad de olmos, fresnos, avellanos, nogales y saúcos típicos de esta zona de Catalunya. Llegamos a un pequeño puente de tubo sobre la riera, y allí giramos a la derecha para ir por el sendero que va paralelo a ella.
![en la foto superior derecha podéis ver el puente tras el que inicia la ruta en la foto superior derecha podéis ver el puente tras el que inicia la ruta](https://www.creciendoconmisviajes.com/wp-content/uploads/2017/11/La-Corbadora.002.jpeg?f8c025&f8c025)
Una vez en el sendero junto a la Riera de Arbúcies, aún podemos disfrutar mucho más del otoño en este precioso bosque. Además es temprano y apenas encontramos a nadie por el camino. El peque disfruta de lo lindo recogiendo hojas caídas, y las vistas son espectaculares.
En algunos puntos, podemos acercarnos más a la Riera y disfrutar de la vista que ofrece.
Llegamos a una zona conocida como la Platjeta d’Arbúcies en la que nos podemos acercar a tocar el agua con seguridad. Tendríais que haber visto la cara del peque al «¡tocar un río!» 🙂 La verdad es que nosotros disfrutamos del paisaje otoñal, pero aún disfrutamos más de su gozo al verlo TODO. Es lo bueno de hacer viajes y excursiones con peques, poder vivir las sensaciones con él y sus primeras veces.
Tras unos minutos caminando y disfrutando del paisaje, llegamos a una zona con más pendiente. Han construido una pequeña escalera con postes de madera que facilitan el ascenso. La verdad es que suerte que hoy hace un día soleado, porque con lluvia, este paseo -al menos en otoño-, debe ser de lo más resbaladizo.
Esta parte llevamos al peque en el porteo para que no se canse tanto. Aunque parece muy empinado, se hace bien porque es un tramo corto. Pasamos un par de ascensos y descensos no muy complicados. Llegamos al punto más alto de la ruta en la que hay un bonito mirador con unos bancos de piedra. Desde aquí, vemos un merendero y un par de puentes de madera que cruzan la Riera. Nos paramos unos minutos para almorzar y luego, seguimos el sendero.
Al bajar, hay una pequeña bifurcación. Uno de los puentes lleva a un merendero junto a la Riera y el otro, lleva hacia La Corbadora. Está bien señalizado. Cruzamos el puente de madera y nos encontramos con un paraje todavía más bonito e idílico. ¡Menuda maravilla para los sentidos!
Seguimos unos metros más por un lecho de hojas caídas disfrutando de todo lo que nos rodea. Y del silencio solo roto por el ruido del agua y el canto de algunos pájaros. Esto es una recarga de pilas increíble para nosotros. Y el peque disfruta de lo lindo corriendo a su aire, tocando árboles y recogiendo hojas y piedras.
Vamos avanzando junto a la Riera y a pocos metros nos encontramos con La Corbadora. Considerada como la fábrica más antigua de Arbúcies. Esta antigua fabrica de ruedas i sillas hoy está completamente en ruinas. Cerraron sus puertas hace años tras un incendio que destruyó el edificio por completo. Pero a pesar de estar en ruinas, es una gozada visitarlo ya que la naturaleza ha seguido su curso, y parece haber engullido lo poco que queda del edificio.
Recorrer lo poco que queda del lugar y ver cómo la naturaleza ha obrado aquí, hace que mi mente se traslade hasta Ayutthaya. Allí también vimos cómo la naturaleza puede con todo y acaba engullendo las ruinas. Bordeamos el edificio y vemos un pequeño salto de agua que hace aquí la Riera.
La ruta continua hasta el Pont de La Corbadora y hasta el parque de La Corbadora. Un parque de ocio e infantil que hay a las afueras de Arbúcies. Pero nosotros al ir con el peque, decidimos acabar aquí y comenzar a dar la vuelta hacia el coche. Echamos un último vistazo a lo poco que queda de la Fábrica de La Corbadora y desandamos nuestros pasos de vuelta al Molí de les Pipes.
Aunque es el mismo camino por el que veníamos, continuamos disfrutando del entorno.
Volvemos a cruzar el puente de madera sobre la Riera y seguimos el camino hacia el mirador sobre la Riera. Aquí nos sentamos unos minutos para descansar y beber agua. Y nos colocamos al peque de nuevo en el porteo ya que ahora ya va muy cansado. ¡El tío ha subido hasta aquí él sólo!
Echamos un último vistazo a esta zona, bajamos y nos encaminamos junto a la Riera de nuevo. El agua está helada, pero en verano debe ser súper agradable poner los pies en ella 😛
Al llegar al final del camino de la Riera, volvemos a cruzar el puente de tubos y seguimos por el camino de tierra que lleva al Molí de les Pipes. En unos pocos minutos llegamos al coche. Bajamos al peque del porteo y nos preparamos para irnos a casa.
La ruta ida y vuelta son unos 4km. Al ir con el peque, vamos mucho más lentos de lo habitual y hemos pasado la mañana aquí. Verlo disfrutar a él de lo lindo, es de lo más gratificante. Aunque sea cansado porque hay ratos que todavía tenemos que portearlo.
De vuelta en el coche, le damos de comer al peque y nos encaminamos hacia Barcelona. Decidimos que nosotros picotearemos algo de camino y comeremos al llegar a casa ya que sólo tenemos 1h de coche. El peque está ko, y se queda dormido antes de llegar a Arbúcies. ¡Imaginad! Y realmente, está fundido, porque al llegar a casa, sigue durmiendo en su cuna un par de horas más 😛
Sin duda, os recomendamos esta excursión. Si podéis, seguro que alargarla por alguno de los muchos puntos de interés u otras rutas que hay, debe ser una pasada. El entorno natural del parque es precioso, vayas al punto del parque que vayas. Una buena opción para familias con peques, puede ser hacer esta ruta por la mañana y por la tarde, acercaros al Castell de Montsoriu. En cuanto a la época del año, estamos convencidos que sea la que sea, el lugar debe estar precioso. De hecho nosotros, nos plateamos volver en primavera.
¡Esperamos que os guste y os animéis a hacerla!