Hoy de nuevo cogemos el coche para hacer turismo de cercanía. Vamos a visitar el Castell de Miravet y las Cuevas de Benifallet en la provincia de Tarragona.
Subimos con el coche hasta el aparcamiento del castillo (gratuito) y ya desde aquí nos hacemos una idea de la majestuosidad del lugar.
Considerado como uno de los edificios más representativos de la arquitectura templaria en Europa. El Castell de Miravet se construyó entre los siglos IX y XI sobre una colina bordeada por el río Ebro. Lo que le daba una ubicación estratégica y un plus de seguridad para evitar las invasiones de los enemigos.
Pasamos por información donde compramos las entradas (3,5€ por persona). Y esperamos a que comience el siguiente tour guiado que nos llevará por las distintas zonas del castillo y nos explicará la historia de éste. Os dejo enlace a su web para mayor información.
La visita guiada dura aproximadamente 1h 30 y nos explican la historia del lugar desde su construcción en la época de los Templarios. Pasando por las Guerras Carlinas, la Batalla del Ebro en la Guerra Civil española y la firma del Estatuto de Catalunya en 2006. A lo largo del recorrido podemos ver la estructura poligonal con cinco torres, contrafuertes y un patio de armas en medio. Alrededor del cual se distribuyen las dependencias siguiendo el modelo de planta de un monasterio de estilo cisterciense. Pero adaptado para las funciones básicas militares que tenía el castillo.
Las dependencias más destacadas de la edificación como son las caballerizas, la cisterna, el refectorio, la bodega y silos, la sala capitular y el templo románico.
También visitamos sus dos torres más importantes. La del Tesoro que contenía el archivo de la orden y su tesoro. Y la Torre de la Sangre conocida por ser lugar de ajusticiamiento de caballeros templarios que no quisieron rendirse a la conquista de 1308. Ascendemos por ellas hasta lo más alto del Castillo.
La visita acaba en lo alto de la azotea del castillo desde dónde hay unas vistas fabulosas de las tierras de Miravet y de la cuenca del Ebro. Es aquí dónde comprendes porqué el castillo no llegó a ser conquistado nunca gracias a su posición geográfica.
Al acabar la visita nos dejan tiempo libre para acabar de ver el recinto por libre. Pasamos un buen rato disfrutando del lugar que tantas historias debe guardar entre sus muros.
Se nos hace la hora de comer, así que volvemos al coche y bajamos al pueblo de Miravet con la idea de comer alguna cosa. Pero resulta que están de fiesta mayor y no encontramos dónde degustar la comida de la zona… Decidimos poner rumbo a la cercana población de Benifallet.
Son casi las 15h, así que entramos al primer restaurante que encontramos. Tomamos una ensalada, y un entrecot y una pierna de cordero a la brasa con guarnición. De postre, una buena crema catalana con café, copa de vino y agua. Todo por 45€. Casi salimos de allí rodando y desabrochando el botón del pantalón… Hemos comido de lujo y estaba ¡todo delicioso! Es lo mejor de hacer turismo de cercanía, probar la gastronomía de los pueblos 😛
Volvemos al coche y nos dirigimos a las Cuevas de Benifallet. Compramos la entrada (7€ por persona) y esperamos 20 minutos hasta la siguiente visita guiada. Solo se puede acceder a las cuevas acompañados por un guía.
Se trata de las cuevas más famosas de Catalunya y fueron descubiertas en 1968 por el Grupo de Espeología de Gràcia (Barcelona). Se componen por varias grutas: las cuevas de Aumidiella (datan del neolítico), la cueva Marigot, la del Avenc del Sifó, la cueva del Dos y la cueva Meravelles. Éstas dos últimas son las únicas abiertas al público.
Cuando se reúne el grupo de la visita guiada nos llevan hasta la entrada de la Cova Meravelles (Cueva Maravillas). Tiene una longitud total de 510 metros y un desnivel de 9,82 metros. Se conforma por varias formaciones como estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas, banderas, macarrones, excéntricas y pozos. La guía nos los va mostrando mientras avanzamos por el interior de la cueva. Es realmente bonita pero para mantenerlas en el estado de conservación que tienen, no permiten hacer fotos en el interior. El flash de las cámaras daña las formaciones. Por lo visto, prohibir el flash no les resultó ya que la gente hacía lo que le daba la gana y decidieron prohibir por completo el uso de cámaras.
Salimos a la calle y tras caminar unos metros entramos por una de las bocas que tiene a la Cova del Dos. Conocida así por tener dos grutas de entrada. Esta cueva tiene un recorrido de 253 metros con un desnivel de 12. Aquí también vemos muchísimas formaciones calcáreas, destacando sobretodo las columnas y las banderas. Tampoco aquí dejan hacer fotos.
La visita dura aproximadamente 1h y disfrutamos muchísimo de las maravillas que ofrece la naturaleza. Recomendamos encarecidamente su visita. No es complicado hacer el recorrido y pueden entrar niños. En la web de turismo de la zona encontraréis algunas fotos para poder haceros una idea. Así como toda la información de horarios y precios.
Volvemos al coche y ponemos rumbo a casa. Hemos pasado un buen día conociendo un trocito más de nuestra tierra, de nuestra historia y de nuestro Patrimonio Cultural.