13/09/17 (día 1): tras muchas horas de viaje, llegamos a Beijing y nos aventuramos en el Mercado de los Bichos
Como os decía en la anterior entrada, nos encontramos a bordo del vuelo Air France CDG-PEK. Hoy al fin, después de muchas horas de viaje, ¡llegamos a Beijing!
Cuando nos aproximamos a Beijing, el piloto anuncia que sobrevolamos la Gran Muralla. La verdad es que apenas se ve desde la ventanilla del avión. Pero nos emocionamos solo con pensar que en breve estaremos caminando sobre ella 🙂
Nos sirven el desayuno a bordo. Si algo me gusta de esta compañía son sus comidas y los aperitivos que sirven. Además de la gran profesionalidad de la tripulación de cabina.
A las 15,25h hora local (+6h respecto a España) aterrizamos en Beijing. Bajamos del avión y nos dirigimos al control de inmigración, que pasamos sin problema. Recogemos las maletas que llegan enteras y allí mismo cambiamos algunos euros por yuanes en una oficina de cambio. No nos aplican mal cambio… 1€ = 7,8CNY (¥).
No sé si os pasa lo mismo cuando llegáis a un destino tan esperado… la emoción me embarga. Tras mucho tiempo en el tintero, al fin ¡estamos en China! Y en el Aeropuerto Internacional de Pekin, nos dan la bienvenida al país con un mural súper bonito.
Salimos a la zona común y en seguida vemos los carteles del tren Airport Express. Compramos 2 billetes (25¥ pp) en las máquinas y cogemos el primero que pasa hasta la parada Dongzhimen. Allí cambiamos al metro y para ello compramos 2 tarjetas contactless (50¥ c/u) también en las máquinas. Tienen un depósito de 20 yuanes y 30 de saldo.
No tienes descuento pagando con ellas pero si mucha comodidad. Como en casi todos los países asiáticos, se paga por trayecto recorrido. Con las tarjetas evitas perder tiempo calculando tarifas para comprar los billetes. Este transbordo es inmenso. Después de 15 minutos caminando por túneles de una línea a otra, nos damos cuenta que ésta va a ser la dinámica de los próximos días…
Una vez en el metro, llegamos en pocos minutos a la parada Dengshikou. Apenas hay 100 metros hasta el hotel. Para la estancia en Beijing, escogimos el hotel Park Plaza Beijing Wangfujing, en pleno centro de la ciudad.
Hacemos el check-in con ciertas dificultades porque el inglés del recepcionista es justillo. Subimos a la habitación a descargar el equipaje y descansar un poco, estamos agotados. La habitación está genial, es muy amplia y se encuentra en un piso alto. Aprovechamos el wifi para avisar a los nuestros que hemos llegado e informarnos de cómo van las cosas. Una vez compruebo que todo ok, nos echamos un rato a dormir. Lo necesitamos.
Sobre las 18h salimos a dar una vuelta. Antes entramos en un Starbucks que hay frente al hotel. Con el jetlag ¡estamos hambrientos!
Después caminamos entre la multitud hasta llegar a calle peatonal Wangfujing que tenemos a unos 12 minutos a pie del hotel. De momento lo que vemos nos gusta mucho. Y nos flipa pensar que estamos en la otra punta del mundo, de nuevo en Asia 😀
En esta famosa calle llena de gente, encontramos tiendas de todo tipo y grandes centros comerciales anunciados por enormes carteles de neón. Recorremos un trozo de ella hasta llegar a la entrada del Mercado de los Bichos.
Aún más repleto de gente, está formado por varios callejones entre hutongs (casas tradicionales). Encontramos sobretodo pequeños puestos de comida y también ¡de bichos! como su nombre indica 😛
Si el año pasado probamos los grillos en Tailandia, este año ¡probamos los escorpiones! Compramos un pincho de 3 (25¥)… y debo decir que ¡¡no están nada mal!! Al estar tan crujientes saben parecido a las chips de patatas 😛
La calle está abarrotada de gente, en su mayoría locales. Recorremos algunas calles más entre casas tradicionales y puestos de comida, ropa, encurtidos y plantas medicinales.
Recorremos buena parte del mercado viendo los puestos que hay pero estamos muy cansados… Aunque hemos probado los escorpiones (más como un reto que otra cosa), no nos atrae demasiado comer allí. Las condiciones higiénicas brillan por su ausencia… así que decidimos acercarnos hacia la zona del hotel para cenar. Entramos en el Drunk, un local que sirve comida occidental.
Tomamos un par de cervezas con una pizza y unos fideos (222¥). Las cervezas valen bastante más que la comida, pero hace un calor terrible y nos apetecían un montón. Aquí ya nos damos cuenta que la comida china auténtica, nada tiene que ver con lo que estamos acostumbrados en occidente. La auténtica, ¡¡pica un montón!! Suerte que pedimos las cervezas que nos ayudan a aliviar el picante…
Luego pasamos por un supermercado a comprar agua y algo de picoteo. Sabemos que el jetlag nos despierta de madrugada con un hambre atroz y cogemos provisiones. Y ahora si, volvemos al hotel. Nos damos una ducha que nos sabe a gloria y a dormir. Mañana comenzaremos a descubrir esta inmensa ciudad 😉