21/01/2019 (día 4): visitamos la Iglesia de S. Francisco de Asís, la Iglesia Votiva, disfrutamos de las vistas sobre el Danubio, y recorremos el centro de Viena descubriendo el Memorial al Holocausto y el Nastchmark antes de volver a casa.
A las 7h nos despiertan las obras que hay frente al hotel… conseguimos dormitar un rato más pero a las 7,45h nos ponemos en pie. Como casi cada mañana, desayunamos en el supermercado Henry que hay al lado, unos dulces y 2 capuchinos (10€). Después volvemos al hotel a cerrar las maletas y hacemos el checkout. Pedimos en recepción si nos pueden guardar las maletas, de esta manera podemos aprovechar la mañana para acabar de ver algunas cosillas que tenemos pendientes. Queremos visitar la Iglesia de S. Francisco de Asís y acabar de recorrer el centro de Viena antes de volver a casa.
Cogemos el metro hasta Vorgartenstraße (todavía incluido en la Vienna City Card) y caminamos unos 8 minutos bajo el frío de la mañana en Viena hasta la Iglesia de San Francisco de Asís (Franz-von-Assisi-Kirche). Este lugar a menudo queda fuera de las guías y… ¡menuda chulada! La forma de sus torres me recuerda al Bastión de los Pescadores de Budapest.
Situada en la Plaza de México, a orillas del Danubio, esta enorme iglesia se construyó con estilo historicista por el arquitecto Victor Luntz en 1898. Tiene un característico aspecto exterior, con su ladrillo blanco y su tejado rojo, y un aspecto de fortificación. Es una de las iglesias más grandes de Viena. Desde 1917 la iglesia de San Francisco de Asís ha estado al cuidado de la Orden Trinitaria (de ahí que también sea conocida como iglesia Trinitaria).
Accedemos a su interior (entrada gratuita). Es realmente sencilla pero a la vez, muy bella. De una sola nave y con un gran órgano.
Alberga una pequeña capilla conmemorativa a la Emperatriz Elisabeth (Sisi). Por lo visto la iglesia se terminó de construir en el mismo año que ella murió y decidieron añadirle este espacio aquí. No podemos acceder a ella, pero si verla a través de las rejas y es realmente bonita, de estilo morisco.
Tras disfrutar de la visita y bordearla para verla desde todos los ángulos, caminamos 5 min por el paso peatonal del puente Reichsbrücke. Vamos a caminar unos metros por encima del gran Danubio.
Baja bien cargado de agua y de nuevo, nuestra memoria vuela al viaje a Budapest del 2017 dónde lo vimos con bloques de hielo flotando en su superficie. Desde aquí también hay una bonita panorámica de la iglesia que acabamos de visitar.
Volvemos al metro y tras un trasbordo bajamos en la parada Schottentor-Universität. Caminamos pocos minutos hasta la Iglesia Votiva (Votiv Kirche). Esta impresionante iglesia estilo neogótico es una de las más importantes del país. Es realmente bonita y cuenta con dos torres gemelas de 99 metros de altura en forma de aguja.
Fue inaugurada en 1879 con motivo de las bodas de plata de la pareja real y construida en el lugar dónde en 1853, el emperador Francisco José fue atacado por un hombre que intentó asesinarlo con un estilete. Tras el intento de asesinato, el pueblo abrió una colecta para construir un templo en el lugar.
Lástima que los lunes está cerrada y nos tenemos que conformar con verla por fuera… A medias, porque en uno de los laterales están haciendo obras de restauración y está cubierta por andamios. Aún así, ha merecido la pena acercarse hasta aquí. Desde aquí vemos la gran torre del Ayuntamiento y caminamos 10 minutos hasta llegar a él. Pasando junto a varios edificios de la Universidad de Viena, de un estilo arquitectónico bien similar a La Sorbonne de París.
Vemos también que en esta zona, algunos semáforos molan mucho 🙂
Llegamos junto al Ayuntamiento, el Wiener Rathaus, y esta vez podemos verlo a la luz del día. El edificio es realmente impresionante. Nos llama la atención que en la pista de hielo que instalan junto al edificio hasta marzo hay bastantes niños patinando. Es como si fueran de excursión con la escuela.
Seguimos callejeando mientras descubrimos el centro de la ciudad repleto de bonitos rincones hasta llegar a la en Judenplatz.
Allí encontramos al Memorial al Holocausto, también es conocido como la Biblioteca sin Nombre. Se trata del memorial más importante de los que se han alzado en Austria en honor a las víctimas del Holocausto de este país. Fue diseñado por Rachel Whiteread en el año 2000. Consiste en un sencillo cubo de forma rectangular que tiene tallados en sus lados lo que simulan varios estantes con libros.
Estos libros que se pueden encontrar en el Museo del Holocausto de Viena, en realidad no tienen ningún texto por eso se los conoce como los «sin nombre». En la base del Memorial encontramos dos textos que son los que le dan su significado. En una parte del monumento encontramos un texto en alemán, hebreo e inglés en el que se explican los crímenes del Holocausto. También consta la cantidad estimada de víctimas austriacas, un total de 65.000.
Y en la parte de atrás del bloque están los nombres de aquellos lugares en los que judíos y otras víctimas austríacas fueron asesinados entre 1938 y 1945 a manos de los nazis. Estos lugares siempre nos dejan sin habla… pero creemos que es bueno que se erigieran para que nunca olvidemos de lo que es capaz el ser humano.
Desde aquí, caminamos unos 10 minutos recorriendo el barrio judío, repleto de tiendas de moda hasta llegar a la calle comercial Graben, cerca de la Catedral. Hace un frío que pela y llevamos varias horas en la calle caminando, así que cuando pasamos frente a un Starbucks no nos lo pensamos mucho y entramos. Tomamos un par de capuccino y unos dulces (11€) mientras entramos un poco en calor.
Luego caminamos unos 15 minutos hasta el Nastchmark, el mayor mercado de la ciudad mercado de la ciudad que data del siglo XVI. Cuenta con más de 100 puestos de comida, ropa, flores y antigüedades, además de restaurantes. Recorremos más o menos la mitad del mercado pero la verdad es que no nos atrae demasiado… No encontramos ningún puesto que nos llame demasiado la atención. Muchos se ve claramente que están encarados al turista y lo mismo ocurre con los restaurantes con precios aún más elevados.
Así que decidimos caminar hasta la Stephansdom, la Catedral. Entramos con intención de visitarla con la audio guía (tenemos la entrada comprada del primer día). Pero de nuevo están haciendo misa y no podemos acceder a la nave principal que nos falta por recorrer. Nos quedamos un rato sentados en un banco, la misa se acompaña del órgano y disfrutamos de la acústica del lugar mientras descansamos un poco las piernas. A las 13h, viendo que la misa se alarga y que nos tenemos que ir hacia el aeropuerto, desistimos.
Volvemos al hotel a buscar las maletas y luego cogemos el metro en Stephanplatz hasta LabStraße. Allí cambiamos a la estación de tren de Wien Mitte que está justo enfrente, para coger el tren S7 al aeropuerto. Para este trayecto ya no tenemos la Vienna City Card (las 72h nos duraban hasta las 10,20h de hoy) por lo que compramos los billetes sencillos (4,3€ pp todo el trayecto). Suerte que vamos con la calma porque tenemos que esperar 20 minutos al siguiente tren, más los 25 minutos de trayecto hasta el aeropuerto…
Una vez en el Aeropuerto de Viena-Schwechat, nos toca caminar bastante hasta la T1. Aquí vemos cosas muy curiosas y que me da rabia que nadie explique… Lo primero es que hay más restaurantes fuera que dentro de la zona segura. Nosotros veníamos con intención de comer mientras esperábamos al embarque y alucinamos al encontrar solo un par de restaurantes malos y caros en la zona C de embarque. En la zona B que es la nuestra, directamente no hay nada, ni para tomar un café.
Y lo segundo es que desde que accedes con el billete a la terminal hasta que llegas al control de seguridad pasas por varias tiendas Dutty Free. Aunque no solemos comprar en ellas nos damos cuenta de que esto no tiene ningún sentido. Si aquí compras líquidos con más de 100ml, cuando llegues al control de seguridad te lo harán tirar. De hecho vimos a muchos que les pasaba lo que nos parece una forma de estafa. ¡Avisados estáis!
Tras pasar por varias tiendas, al fin llegamos al control de seguridad que pasamos sin problema. Tenemos algo más de 2h hasta la salida del vuelo por lo que vamos a comer. Tomamos un par de hamburguesas con patatas, malísimas y carísimas (23€). Y luego hacemos tiempo hasta las 16,30h que comienza el embarque. El vuelo está operado por Level, es la primera vez que volamos con ellos y la experiencia fue buena.
Además tenemos suerte que el avión va bastante vacío y nos ofrecen sentarnos junto a la puerta de emergencia los dos solos y tener más espacio para las piernas. Gesto que se agradece la verdad. El cabin crew nos explica cómo actuar en caso de emergencia y cómo abrir la puerta si fuera necesario, ¡¡esperemos que no haga falta!!
El vuelo transcurre tranquilo y disfrutamos de las vistas desde el aire cuando sobrevolamos los Alpes. Echamos una cabezada y llegamos según lo previsto a Barcelona.
Cómo hay huelga de taxis y de VTC, tomamos el metro hasta casa. Tardamos un poco más de lo habitual pero nos estrenamos con la L9 que todavía no habíamos probado. Ponemos así fin a otra escapada por Europa que nos ha encantado y que recomendamos realizar encarecidamente.