26/09/18 (día 1): de vuelta en Osaka comenzamos a redescubrirla
Como os venía explicando… Tras un rato más de vuelo que pasamos charlando de lo emocionados que estamos por comenzar un nuevo gran viaje, aterrizamos con un cansancio enorme pero una felicidad total y absoluta, ¡¡estamos de vuelta en Osaka!!
Decir que una vez que aterriza el avión, Japón es de los sitios dónde más rápido hacemos siempre los trámites iniciales (contad unos 45 minutos para todo). Lo primero, pasar el control de pasaportes en inmigración.
Vemos que han colocado maquinas para ir más rápido con el trámite pero no sé porqué a mi no me lee el pasaporte. Un funcionario que hay allí controlando me lo revisa manualmente y me dice «no problem» y que pase. Me quedo un poco sorprendida porque a todo el mundo le cogen aquí las huellas y le hacen la foto. Pero veo que luego hay que pasar por las cabinas de siempre y entiendo que la foto, huellas, etc. me lo harán allí.
Y así es, la policía de aquí no tiene problemas para leer mi pasaporte y en 2 minutos estoy en tierras niponas de nuevo, después de 5 años. Además me encanta el cartel de bienvenida que han puesto en el aeropuerto 😀
Pasamos el control de aduanas sin problemas y bajamos a recoger el equipaje que ya está saliendo por la cinta. Nuestras maletas salen pronto, sanas y salvas. Y ahora si, vamos hacia la salida.
Cambiamos 500€ en una oficina de cambio para hacernos con unos pocos yens y ya buscaremos un cajero más adelante para tener más cash, hoy está a 1€ = 129¥. Recordad que Japón, aunque se van «modernizando», es un país de pagar en efectivo.
Para los viajes siempre llevamos nuestras tarjetas de ING, así como una Revolut y una B-Next cada uno, de esta manera tenemos VISA y MasterCard y no pagamos comisiones de cambio ni retirada, y nuestro modus operandi fuera de Europa suele ser cambiar algo de efectivo al llegar y luego ya, tiramos de cajeros.
Vamos al baño a acicalarnos un poco y subimos a la 2ª planta a recoger la tarjeta SIM local de Japan Welcome SIM que compramos online con un descuento que nos llegó de Booking al hacer la reserva de los hoteles. La recogida se hace en el Lawson que hay en la zona de llegadas del aeropuerto, y es tan sencillo como enseñar el código QR que nos enviaron por mail a la cajera del súper, y ya tendremos datos y llamadas para 15 días.
Para los que no conozcáis el aeropuerto de Kansai, os recomiendo echar un vistazo a su web dónde tenéis toda la información sobre los servicios que ofrecen y las conexiones en tren con distintos puntos de la ciudad u otras ciudades.
Una vez recogida la SIM, nos vamos a la estación de trenes del aeropuerto que también se encuentra en la 2ª planta. Existen varias opciones para llegar a la ciudad. Puedes tomar un tren de la JR o bien de la línea privada Nankai. Mi consejo es que os miréis con Hyperdia cuál es la mejor opción en base a la zona dónde os alojéis, y si tenéis o no activo el Japan Rail Pass (JRP) el día de la llegada.
En nuestro caso, todavía no activaremos los pases y tenemos las tarjetas de pre-pago ICOCA del 2º viaje, así que las recargamos en una de las muchas máquinas que hay y nos decantamos por usar el tren Rapi:t de la Nankai Line que nos lleva directos a Namba, la estación más cercana a nuestro hotel (930¥ pp). El tren mola un montón, ¡es todo un clásico de la locomoción!
El trayecto se hace de lo más ameno y nos vamos deleitando con las vistas de esta inmensa ciudad mientras aún flipamos por estar de nuevo en Japón 😀 Vemos que todavía quedan daños en algunas casas del tifón que azotó la zona la semana pasada… En unos 35 minutos, llegamos a Namba Station y buscamos la salida Este.
Esta estación es inmensa, así que de nuevo os dejo enlace a su web dónde encontraréis un mapa que os ayudará a encontrar vuestra salida. Caminamos unos 6 minutos mientras comenzamos a sentir de nuevo lo que es estar aquí.
Esta vez nos alojamos en el Red Roof Inn & Suites Osaka Namba Nipponbashi. Cuando hicimos la reserva pedimos si podíamos hacer el check-in antes y hoy nos confirman que podremos entrar a las 14h (pagamos un suplemento de 1000¥ para ello), así que mejor las 14h que no las 15,30h como tienen estipulado…
Nos guardan las maletas hasta esa hora, así que salimos a comenzar a descubrir la ciudad de nuevo.
Caminamos unos 12 minutos hasta llegar al santuario Namba Yasaka Jinja, un lugar de lo más peculiar… Este pequeño santuario sintoísta fue duramente dañado por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y cuando lo reconstruyeron, lo decoraron con algo que lo hace muy particular: un enorme Ema-Den.
Con más de 12 metros de alto y 11 de ancho, esta máscara de Shishibutai destila una figura impresionante, que mantiene entre sus dientes un lugar de meditación bastante clásico.
El resto del pequeño complejo alberga algunos pequeños santuarios dedicados a otras deidades como Inari.
Luego desandamos algunos metros y entramos al centro comercial Namba Parks. ¡Es una chulada! Damos una vueltecilla y luego nos sentamos en un Starbucks a tomar algo, hace horas que no comemos nada y el jet lag comienza a hacer de las suyas.
Nos tomamos un par de cafés con unos dulces y tras el pequeño descanso caminamos unos 5 minutos hasta adentrarnos en la zona de Den-Den Town, conocido como el barrio de la electrónica osaqueño. Entramos en unas cuantas tiendas a mirar qué tienen y en una de ellas mi marido alucina, según dice ¡se puede comprar toda la historia de los videojuegos en ella!
Son las 13h, así que decidimos comer cerca del hotel en Miyamoto Munashi, un restaurante de tonkatsu que vemos junto al hotel. Se hace el pedido en una máquina a la entrada, y entregas el recibo a la camarera cuando te sientas. En breve nos traen la que será ¡la primera comida japo auténtica en 5 años! ¡Simplemente deliciosa, qué ganas teníamos de volver a comer japo auténtico!
Y a las 14h volvemos al hotel, ahora ya si que necesitamos una ducha y una siesta con urgencia. Dormimos hasta las 17,30h. Y un poco más recuperados, salimos de nuevo a la calle para redescubrir el centro de la ciudad. En el hotel nos prestan un par de paraguas ya que ha comenzado a llover.
En menos de 10 minutos estamos en Ebisu Bashi-Suji, una calle comercial cubierta repleta de tiendas de moda, pastelerías, y restaurantes. Nos encanta el ambiente de estas calles niponas y es ideal, teniendo en cuenta que está lloviendo bastante fuerte en este momento 🙂
Avanzamos hacia Dotonbori, una de las calles más famosas de Osaka en la que también encontramos muchas tiendas, restaurantes de todo tipo y entretenimiento, y visitamos al nuevo corredor de Glico al que ahora iluminan con leds.
Ya conocíamos la calle del 2º viaje pero nos hacía ilusión volver a aquí para ver el cambio de iluminación que estrenaron en 2018 en el conocido corredor del panel publicitario de Glico. Y la verdad, es que tengo que decir que lo han mejorado, os dejo una foto que le hice en 2013 para que veáis el «antes y después» 🙂
Seguimos caminando bajo la lluvia y decidimos ir a recorrer Amerikamura. Conocida localmente como «Amemura«, esta zona comercial se considera la contraparte de Osaka a Harajuku y es un buen lugar para estar a la vanguardia de la moda adolescente y la cultura moderna de Japón.
Es un ambiente animado lleno de cafés, tiendas de ropa y tiendas de segunda mano con un aire más juvenil que el cercano Shinsaibashi.
Nos echamos unas risas cuando llegamos a Mitsu Park y lo reconocemos como la «plaza» que a menudo sale en los vídeos de Kira y Fasedos. Son un par de españoles afincados hace años en Japón que en su canal de Youtube comparten su experiencia y explican la cultura japonesa. Recientemente nos hemos aficionado (os recomiendo que les echéis un vistazo a sus debates, sobretodo si sois amantes de Japón o vais a viajar al país nipón).
Entramos al Mandarake, un centro comercial de 4 plantas repleto de cómics, anime, idols y figuras. Al salir y justo en frente, encontramos el bar de Alicia en el País de las Maravillas pero llueve a cántaros y decidimos volver a la calle cubierta de Ebisu. Para cenar, nos decantamos por algo rápido en un McDonalds, cumpliendo así nuestra tradición viajera de «McDonalds por el mundo«.
Vemos que hay un Neko Café cerca, y allá que vamos en cuanto acabamos de cenar. Los que nos seguís ya sabéis que es nuestro hobbie en Asia: recorrer Neko Cafés y disfrutar de la compañía de los mininos.
En 5 minutos estamos allí, pagamos 600¥ pp y tenemos acceso durante 30 minutos a la sala dónde están los gatitos… y suerte que solo pagamos media hora porque resulta ser un poco fiasco. A pesar de que por la tarde/noche se supone que los gatos están más activos, los que tienen aquí están bastante ko. Ni sobornándolos con «galletitas», nos hacen mucho caso… nuestro gozo en un pozo…
Japón es el país ideal para visitar Neko Cafés porqué suele ser dónde más mimados hemos encontrado a los gatos, y nos sorprende encontrarnos con este panorama.
Al salir seguimos con el paseo de vuelta al hotel, pasando antes por un Lawson que hay cerca a comprar provisiones, ya sabemos de otras veces que el jet lag nos despierta de madrugada con un hambre atroz, así que compramos picoteo y una botella de agua.
Y ahora si, ya de vuelta en el hotel, ducha y a dormir. La verdad es que hoy lo hemos llevado mejor que otras veces, el hecho de haber dormido en el avión ha ayudado sin duda, y poder entrar antes al hotel para descansar un poco también. Mañana seguiremos ¡re-descubriendo Osaka!