18/01/2019 (día 1): ¡Nos vamos a conocer la capital de Austria! Viena nos recibe bajo la nieve y nos maravillamos con su Catedral y su Ópera.
Nos levantamos muy temprano ya que el embarque de nuestro vuelo comienza a las 7h, ¡hoy nos vamos a conocer la capital de Austria! El plan previsto al llegar será visitar la Catedral y la Ópera de Viena, aunque no adelanto acontecimientos… Cogemos un taxi hasta la T1 del Aeropuerto del Prat en Barcelona (29€). Pasamos el control de seguridad sin problemas. Y vamos a desayunar alguna cosa mientras pasan los 30 minutos que faltan hasta que anuncien nuestra puerta de embarque.
El embarque comienza puntual pero como nos llevan en bus hasta el avión, la salida se retrasa 20 minutos. La verdad es que el sistema de embarque de Vueling cada vez me gusta menos. No tienen en cuenta las filas para entrar al avión con lo que se hacen unos tapones considerables. Tampoco vigilan el tamaño y piezas de equipaje que lleva la gente y con el primer bus ya van todos los compartimentos llenos. Con lo que cuando llega el 2º no cabe el equipaje de los pasajeros que embarcan…
Suerte que íbamos en el 1º y aún así tuve que ir varias filas hacia delante a dejar mi mini-maleta (muy por debajo de lo permitido). Que por cierto al llegar al aeropuerto me di cuenta que está echa caldo… Habrá que empezar a pensar en una renovación después de los muchos vuelos hechos a lo largo de los 9 años que tiene…
El vuelo transcurre tranquilo mientras vemos amanecer por encima de las nubes. ¡Me encanta esta vista!
A las 10h llegamos puntuales a Viena, y alucinamos ya desde el avión al ver los alrededores del Aeropuerto de Viena-Schwechat empolvados de nieve.
Por suerte en la ciudad no nieva… De momento. Tardamos bastante en poder salir del avión. Y en cuanto estamos en la terminal, lo primero que hacemos es pasar por un baño a añadir una capa interior de ropa térmica. El piloto ha informado que estamos a -4ºC y no queremos que nos pase como en Budapest el año pasado 😛 Luego nos dirigimos hacia la salida y seguimos las indicaciones para tomar un tren que nos lleve al centro de la ciudad.
Hay dos trenes que te acercan al centro desde el Aeropuerto. El City Airport Train (CAT) que tarda unos 16 minutos y cuesta 11€. Y el S-Bahn que tarda 24 minutos y cuesta 3,60€ pero con la Vienna City Card se queda a mitad de precio. Ambos te dejan en la estación central de Wien Mitte. En la estación de trenes del aeropuerto están las máquinas para comprar los billetes de ambos y encontramos paneles con los horarios de salida y llegada a la ciudad. Vemos que acaba de pasar un CAT y el siguiente tarda 30 minutos en llegar. Mientras que el S-Bahn llega en 5 minutos y por tanto, llegaremos antes a la ciudad. Así que nos decantamos por el económico.
Compramos un par de tarjetas Vienna Card de 72h en la máquina y los billetes para el siguiente S-Bahn (1,8€ pp el billete de tren y 24,9€ pp las tarjetas). Así además tendremos descuento en el transporte y en los principales puntos de interés hasta el día de vuelta. Y en menos de 5 minutos ya vamos de camino al centro en un tren la mar de cómodo y calentito. En menos de 30 minutos estamos en la estación Wien Mitte. Allí hacemos transbordo al metro de la línea U3, y en 2 paradas llegamos a Stephanplatz.
En cuanto al transporte, decidimos no comprar ningún abono porqué no nos salía a cuenta. Al tener el hotel tan céntrico, apenas lo necesitamos y decidimos ir comprando aquellos billetes que necesitáramos puntualmente. El precio del billete sencillo es de 2,2€ y es imprescindible validarlo antes de subir al metro, bus o tranvía. Si te pillan sin el billete validado la multa es elevada.
Nada más salir a la calle nos damos cuenta de dos cosas: uno, que hace un frío que pela y dos, ¡que la ciudad es preciosa! En 3 minutos a pie estamos en el hotel.
Para la estancia de 3 noches escogimos el Austria Trend Hotel Europa Wien . Un hotel de 4 estrellas, situado en la calle comercial Kärntnerstraße, en pleno centro y a menos de 5 minutos a pie de la Catedral. Hacemos el checkin, dejamos las cosas en la habitación y salimos a conocer la capital de Austria. En otros 3 minutos a pie, estamos frente a la imponente Catedral que nos deja literalmente boquiabiertos.
La Stephansdom o Catedral de Viena, se construyó sobre las ruinas de una iglesia románica dedicada a San Esteban construida en 1147. Aunque del antiguo templo sólo se conservan la Puerta de los Gigantes y las Torres de los Paganos. Destaca por su alta torre en forma de aguja y su característico tejado compuesto por más de 250.000 azulejos. Justo estamos frente a ella admirando el monumento, ¡cuando empieza a nevar!
Acceder a la nave principal de la Catedral es gratuito, aunque hay que tener en cuenta los horarios de misa porqué durante los oficios no te dejaran pasar de los laterales. Decidimos comprar la entrada combinada (14,50€ pp) que incluye la visita a las catacumbas y a las torres norte y sur, con descuento gracias a la Vienna Card.
Comenzamos la visita por la Torre Norte. Ésta es la torre más pequeña, con 60 metros de altura y totalmente exterior. A lo alto de la torre se puede acceder en ascensor o subiendo a pie, por el mismo precio. Nos decantamos por la modalidad más cómoda 😛 Al llegar arriba, podemos disfrutar de la nevada que cae sobre la ciudad y ver la gran campana Pummerin.
Fundida con los cañones que dejaron las tropas turcas al retirarse de la capital en 1683, quedó muy dañada durante el gran incendio de 1945. Tras la II Guerra Mundial, los vieneses volvieron a fundir los restos de la antigua campana para crear la actual.
Desde aquí también tenemos una buena vista del tejado cerámico de la Catedral, así como de sus detalles góticos en las fachadas.
Sigue nevando y al estar al descubierto hace un frío que pela aquí arriba, así que tras unos 10 minutos, volvemos a tomar el ascensor para bajar. Bordeamos la catedral y entramos a su interior. Están haciendo misa, así que vamos por el lateral hasta el acceso a la torre sur. Con 136 metros de altura, tiene unas vistas espectaculares sobre la ciudad pero esta vez, a través de ventanales acristalados…
Tras disfrutar de las alturas sobre Viena, volvemos a la calle dónde ha dejado de nevar, ¡aunque sigue haciendo un frío que pela! Justo al salir de la calle, podemos disfrutar de la melodía de sus campanas.
Caminamos 10 minutos por la calle comercial Kärntner StraBe hasta llegar a la gran Ópera de Viena.
Tenemos contratado un tour guiado en español a las 14h por lo que decidimos comer antes de la visita. Bajamos a la estación de metro de Karlsplatz dónde hay varios restaurantes. Nos decantamos por cumplir con nuestra tradición viajera de «McDonald’s por el mundo» 🙂 Pedimos dos menús (15€) y aprovechamos para entrar un poco en calor.
A las 13,50h volvemos a la puerta de la Wien Oper. Intercambiamos el voucher por la entrada en la taquilla (9€ pp) y nos van distribuyendo en grupos según el idioma contratado. Tenéis más información sobre el tour en la web de la Opera.
El Teatro de la Ópera de Viena o Straatsoper, es uno de los templos más emblemáticos de ópera a nivel mundial. Lugar en que representa sus funciones la Ópera Estatal de Viena, una de las compañías con más prestigio. Inaugurada en 1869 con la presentación de una obra de Mozart, fue el primer edificio del proyecto de la Ringstrasse en finalizarse. Por lo visto, para los vieneses de la época fue una decepción pues esperaban un edificio más pomposo… Tal fue la presión que recibió el arquitecto del edificio que acabó suicidándose, y el segundo arquitecto, murió de un infarto… desde luego los vieneses eran ¡gente exigente!
El edificio quedó gravemente dañado por una bomba en 1945, y los ciudadanos lo tomaron como una agresión simbólica a su ciudad. Diez años después reconstruyeron el edificio y la ópera volvió a abrir sus puertas al público.
Cuando todo el grupo de españoles estamos al completo, se presenta la guía y comenzamos con la visita por el interior del edificio. De estilo renacentista vamos recorriendo las distintas salas que la conforman, alucinando con la riqueza de su decoración y de su arquitectura. Sinceramente, no entiendo cómo les podía parecer «poco»… ¡es increíblemente bonita!
A lo largo de 40 minutos recorremos el hall principal, sus bellas escalinatas, salas para los ensayos, salas para tomar algo en los descansos, camerinos…
Y acabamos sentándonos en una butaca aterciopelada del gran auditorio con capacidad para 2.800 personas. La guía nos explica la historia de la sala y dónde se ubicaba la realeza y los nobles. Mientras, vemos como están preparando los diferentes escenarios para la función de esta tarde. La verdad es que me quedo con ganas de poder disfrutar de una…
Nos ha gustado muchísimo poder recorrer este bonito edificio y no podemos evitar acordarnos de la Ópera de Budapest que visitamos el año pasado, construida para que los reyes austríacos pudieran disfrutar de las funciones en sus estancias allí. Al finalizar la visita, regresamos a la Catedral por la calle comercial Kärntner que ahora aún tiene más ambiente.
Bordeamos la Catedral por fuera para disfrutar de toda su fachada y de todos los detalles que tiene…
Y entramos a visitar las Catacumbas que nos faltaron esta mañana. A las 16,30h comienza el siguiente tour, es en alemán/inglés pero hay panfletos con toda la información en español y nos sumamos a la visita. Es un espacio de lo más curioso… Fueron excavadas a mediados del siglo XVIII para recoger en sus osarios los restos de más de 10.000 vieneses. Aunque no son tan impresionantes como las de París, vale la pena visitarlas. Aprovechando que ahora no hay misa, recorremos la nave principal de la Catedral y vemos que todavía tienen un pesebre montado.
Volvemos al hotel y nos echamos un rato, después del madrugón y toda la mañana a -4ºC, necesitamos descansar un poco y entrar en calor. A las 18,15h salimos a comprar algo para cenar en la habitación. Tenemos un supermercado Henry justo al lado, compramos un par de bocatas vegetales, un bol de ensalada, fruta, bebida y unas chips (20€). Lo dejamos en el hotel y salimos a ver la Iglesia San Pedro (entrada gratis) que tenemos a pocos pasos del hotel.
La Peterskirche data del siglo XVIII, aunque se tiene constancia de que hubo la primera iglesia cristiana de Viena en el mismo lugar hace más de 1.600 años. Inspirada en la Basílica de San Pedro de Roma y tras varios incendios, se consagró en 1733 como la iglesia barroca que podemos ver en la actualidad. El interior de la iglesia es uno de los más recargados de la ciudad, repleto de estatuas y una ostentosa decoración basada en detalles dorados.
Damos un paseo de unos 10 minutos hasta el Palacio de Hofburg, el más grande y antiguo de Viena que tenemos previsto visitarlo mañana.
Seguimos con el paseo pasando por delante de la Biblioteca Nacional y del Café Central hasta llegar a la Universidad de Viena. Y desde allí seguimos 5 minutos más hasta la puerta principal del Ayuntamiento de la ciudad o Wiener Rathaus. Se trata del edificio laico de estilo neogótico más importante de la ciudad, sede oficial del alcalde y el lugar de reunión del Senado y del Parlamento Regional. Y dónde durante los meses de invierno instalan una enorme pista de hielo abierta a todos los públicos por un «módico» precio.
Damos una vuelta por la zona, viendo las distintas pistas interconectadas que hay instaladas. Y disfrutando del ambiente y de la iluminación especial que hacen sobre la fachada del Ayuntamiento y del Burgtheater.
Pero hace más frío que esta mañana y estamos muy cansados tras la caminata de todo el día… Tomamos el tranvía 1 justo delante del Ayuntamiento que recorre la Ringstrasse. Esta avenida circular de más de 5 kilómetros fue construida en 1857 y alberga los edificios y monumentos más importantes de Viena. Rodea el centro histórico por el lugar dónde en su día se encontraban las murallas del S. XIII. Nos bajamos en la parada frente a la Ópera para poder hacerle unas fotos al edificio iluminado mientras vemos vieneses bien arreglados entrando a ver alguna función.
Caminamos 5 minutos hasta el hotel. Cenamos lo comprado antes, nos damos una ducha para entrar en calor y a dormir. De momento podemos decir que ¡la ciudad nos está encantando! 🙂