12/09/2021 (día 2): encontramos una Cala Binidalí muy cambiada en el primer día en Menorca que comienza pasado por agua.
Hoy es nuestro primer día en Menorca, y amanece lloviendo. ¡Vaya fiasco! Anuncian tiempo revuelto para toda la semana, así que veremos lo que nos da tiempo a hacer. Aunque con un poco de suerte, podremos acabar el día disfrutando de Cala Binidalí de nuevo a pesar de que la encontramos muy cambiada respecto al año pasado.
Para la mañana de hoy, teníamos reservado el free tour de Civitatis por el casco histórico de Maó. Aunque ya conocimos la ciudad el año pasado, nos apetecía saber un poco más de ella. Pero con el diluvio que cae es impensable ir con el peque. Así que lo anulo a través de la web y aprovechamos para desayunar con calma.
Ya que tenemos tiempo, deshacemos las maletas. Y luego vemos que a pesar de ser domingo, los supermercados grandes están abiertos, así que nos vamos a hacer la compra. Anoche fue mi marido a por 4 cosas para arrancar. Pero aprovechamos que poco más podemos hacer con la que está cayendo, para ir llenar la nevera bien. Cogemos el coche hasta un Mercadona que hay a las afueras de Maó y allí cargamos.
Después de comprar, colocamos las cosas, comemos pronto y nos echamos una buena siesta. Si no podemos salir, al menos descansaremos 🙂
Por la tarde, ha dejado de llover y sale el sol. Así que no nos lo pensamos demasiado y después de darle la merienda al peque nos vamos a la playa. Tenemos muy buen recuerdo de Cala Binidalí del año pasado y la tenemos a unos 20 minutos en coche. Cogemos los bártulos para el baño y vamos hacia allá.
Esta bonita cala al sur de Maó es ideal para el baño con peques ya que es una cala tranquila, con escaso oleaje y resguardada del viento. Cuenta con aparcamiento gratuito en la calle y lo único, es que hay que bajar unos cuantos escalones de piedra para llegar a ella. Pero ya de camino, alucinamos al encontrarla muy cambiada respecto al año pasado.
Esa preciosa cala de arena blanca que recordábamos, ahora está repleta de posidonia en descomposición y muy poco margen de arena para tumbarse. Comparad vosotros mismos. La foto de arriba es como la encontramos en 2021. La foto de abajo, como era en 2020…

Aunque no tiene el encanto que tenía y no huele demasiado bien, decidimos acabar de bajar hasta la cala y darnos un baño igualmente. El agua y la orilla se ven limpias, así que aprovecharemos.
A pesar de haber estado lloviendo toda la mañana, la temperatura ahora es buena y el baño nos sienta de maravilla. El agua es como la recordábamos, completamente transparente. Tanto que puedes ver con nitidez tus pies en el fondo y los pececillos que se acercan 🙂 El peque alucina en colores al sentarse en la orilla a jugar y ver ¡¡cómo se le acercan pececitos!!
Pasamos un buen rato en este entorno tan bonito viendo caer el sol desde la playa. Cuando empieza a atardecer, subimos hasta el coche y volvemos a la casa. Aunque aquí hay unas puestas de sol increíbles, el peque está cansado y no alargamos más la salida.
De vuelta en casa, nos duchamos y le damos la cena al peque. Una vez él está dormido, cenamos nosotros un sushi la mar de apañao que compramos en el súper esta mañana.
Echamos un vistazo a la previsión del tiempo para mañana y a los planes que haremos. Y nos vamos a dormir pronto que el peque nos lleva ventaja.