18/01/2017 (día 0): Embarcamos desde Barcelona hacia un nuevo y frío destino… ¡Budapest nos espera con una ola de frío siberiano!
Nuestro vuelo sale a las 16,55h así que después de comer en casa, cogemos tranquilamente un taxi que nos lleva a la T2 del Aeropuerto del Prat. Siempre que llega este momento es una mezcla de emociones… entusiasmo y alegría por el viaje, pereza por el aeropuerto/avión, curiosidad por lo que encontraremos y cierto miedo por si nos aclararemos con los locales. Pero las ganas me pueden y con muchas ganas llegamos al aeropuerto.
Pasamos el control de seguridad sin problemas y nos vamos a tomar un café (5€). Hacemos tiempo hasta que a las 16,20h abren la puerta de embarque.
Como os explicaba en los preparativos, de nuevo volamos con Ryanair y para no variar «andan justos de espacio». En la cola ya van seleccionando a pasajeros para facturar gratis su equipaje si fuera necesario y me marcan la maleta. La verdad es que me sienta como un tiro porque mi maleta está bastante por debajo de las medidas establecidas y hay gente con bultos más grandes a quienes no les dicen nada. He hecho malabares para meter los jerséis gordos ahí para evitar facturar… pero al final como somos de los primeros en subir porque nuestros asientos están al final del avión, me libro. Mejor ,porque así al llegar no perderemos tiempo esperando el equipaje.
Salimos puntuales rumbo a un nuevo destino europeo al que hace tiempo que le tenemos ganas… eso sí, mentalizados de que va ha hacer un frío del carallo. Y es que hemos visto en las noticias que una ola de frío siberiano azota en esa zona de Europa…
Alucinamos cuando en un momento dado la tripulación anuncia que van a hacer un sorteo en el que puedes participar por 2€, estas compañías low cost ya no saben qué hacer para sacar dinero…
El vuelo transcurre sin incidencias y en 2h 40 minutos estamos en destino. El avión nos deja a pie de pista… ¡y está nevadita! Caminamos bajo un techado hasta la terminal pasando un frío tremendo… esto se avisa que aún no llevamos la ropa térmica ni las capas de ropa necesarias para estar a varios grados bajo cero, aunque solo sean unos minutos ¬¬’
Compramos los tickets para el bus 200E más el metro línea 3 hasta el centro de la ciudad por 530 florines cada uno (pagamos con tarjeta de crédito en la oficina de la misma terminal) y salimos a la calle a buscar el bus. En menos de 2 minutos llega y subimos, validando el billete nada más subir que no queremos tener ninguna experiencia desagradable con los revisores. Y en unos 25 minutos nos deja en la última parada de la línea en una estación de autobuses. Allí nos dirigimos hacia la estación de metro que está justo al lado. Validamos al entrar (hay unos revisores en la entrada) y bajamos al andén que justo se va el tren… esperamos y en un par de minutos llega otro al que montamos.
El metro es antiguo, de estilo soviet, pero va muy rápido y hace paradas no muy largas… vaya que es retro pero eficiente, ya quisiera yo un metro así en Barcelona que cada vez tardo más en ir a trabajar por mucho que corra… En unos 20 minutos nos plantamos en la parada de la línea 3 Ferenciek Ter.
Salimos y a menos de 50 metros encontramos la entrada al hostal. Justo al lado hay un cajero, así que aprovechamos para sacar dinero y ya nos hacemos con los primeros florines húngaros. El cambio está a 1€=308HUF.
Hacemos el check-in y ya pagamos la estancia. Hemos escogido el Maverick Hostel por recomendación de Viajeros Callejeros. La habitación está más que bien, tiene una buena calefacción y la cama parece cómoda.
Dejamos las cosas y salimos a cenar. El chico de recepción nos ha recomendado un sitio cercano, el Bonnie y allá vamos. Es un bar con buen ambiente. Pedimos un par de cervezas locales y unas pizzas que están deliciosas por 4900 florines.
Tras una buena cena y habiendo entrado en calor, decidimos acercarnos al puente Elisabeth que está a unos 300 metros del hostal. Las vistas son espectaculares… a un lado el puente de la libertad y la ciudadela, al otro el castillo de buda, la iglesia de san Matias y el puente de las cadenas, y en medio un Danubio en el que flotan bloques de hielo y tiene la orilla nevada… y el puente de Elisabeth iluminado sobre nuestras cabezas, ¡menuda estampa de bienvenida!
Hace frío aquí, estaremos a unos 10ºC bajo cero y son casi las 23h, así que decidimos volver al hostal a reponer fuerzas para mañana. ¡Ducha calentita y a dormir!