14/10/2016 (día 14): después de unos días de relax absoluto en Railay, de vuelta a una Bangkok apagada tras el fallecimiento del Rey de Tailandia temerosos por cómo estará todo…
Nos levantamos sobre las 6,30h. Hoy toca coger un vuelo bien temprano de vuelta a Bangkok. Tras el fallecimiento del Rey de Tailandia, estamos algo temeresos por cómo estará todo en la capital ya que han decretado el estado de duelo.
Tomamos el desayuno que tenemos incluido en el restaurante del hotel. Y con pesar hacemos el check-out. Hemos estado realmente bien en el Railay Village Resort & Spa, lo recomendamos encarecidamente.
Preguntamos por la posibilidad de hacer el transfer hasta el aeropuerto con ellos igual que hicimos al llegar. Pero no nos aseguran disponer de barca hasta más tarde. Así que decidimos hacerlo por nuestra cuenta. Caminamos por la orilla con las mochilas a cuestas hasta la zona dónde están las barcas que van a Ao Nang.
Los barqueros nos dicen que si la barca se llena con 8 personas son 100 baths pp, pero viendo que a éstas horas no hay nadie más por la zona, no nos queda otra que pagar los 800 baths para ir los dos ya que no aceptan regateo… Tristes por partir, nos despedimos de esta fabulosa zona. Debo decir que éstos días, hemos estado sumidos en un estado de relajación extremo. ¡Lo necesitábamos como agua de mayo!
En unos 20 minutos estamos en destino. Allí esperábamos encontrar los shuttle que van al aeropuerto pero no hay manera de dar con ellos por más vueltas que damos… Vemos unas songthaew aparcadas junto al embarcadero y pactamos precio con un conductor. Por 600 baths y en 35 minutos nos deja en el aeropuerto de Krabi.
Aún falta 1h para el embarque. Pasamos el control de seguridad, nos compramos un par de cafés (155 baths) y nos sentamos a esperar. De nuevo volamos con Air Asia. Este aeropuerto es pequeño pero cuenta con todos los servicios.
Con solo 10 minutos de retraso, salimos hacia Bangkok. El trayecto es ameno, echamos una cabezada y luego disfrutamos de las vistas desde la ventanilla.
Llegamos a la capital a las 12h. Al no facturar el equipaje conseguimos salir directos. Llegamos justo a tiempo de coger el bus A1 (30 baths pp) hasta la parada de BTS Mo Chit (metro). Es un bus cochambroso pero nos hace el apaño por 4 duros. El billete se paga al revisor una vez a bordo.
En el metro de Mo Chit hay una cola impresionante para comprar los tickets. Tanto para las máquinas como para las taquillas. Tras más de 20 minutos, logramos llegar a una máquina. Pagamos 42 baths pp para ir hasta la parada National Stadium, haciendo transbordo en Siam. El metro en Bangkok es una maravilla, rápido y eficaz. Aunque hay gente a bordo no tenemos sensación de agobio y eso que vamos con las mochilas a cuestas. Nos recuerda bastante al metro japonés.
Cuando llegamos a la parada, caminamos unos 8 minutos hasta nuestro último hotel en Tailandia, el Happy 3. Entre pitos y flautas son casi las 14h, con lo que nos dejan subir a la habitación ya. Es la única cosa que detesto de los hoteles en Asia, que el check-in siempre es a partir de las 14h. Con lo que si llegas por la mañana te quedas en la calle hasta esa hora… Por suerte esta vez podemos descargar las cosas en la habitación y refrescarnos un poco, ¡menudo calor hace en Bangkok!
Cuando veníamos hacia el hotel hemos visto de camino un McDonalds y nos vamos derechos a él para comer. No comemos nada desde las 7h y estamos hambrientos. Tras la comida, vamos caminando hasta el centro comercial MBK que tenemos al lado.
Mi marido se tiene que cambiar el móvil y quiere mirar aquí. Pero tras preguntar en varias tiendas vemos que no vale la pena. Aún intentando regatear, no conseguimos un precio más bajo de lo que cuestan en España, así que desistimos.
Damos una vuelta por las diferentes plantas del centro y vemos que aquí venden literalmente de todo. Encontramos en varios puntos, fotos del Rey con altares para dejar las condolencias.
Son las 16,20h y pensamos en volver al Cat Up Caféen el que estuvimos el último día que pasamos aquí antes de irnos a Chiang Mai. Volvemos al BTS National Stadium y vamos hasta la parada de Sala Deng, en la zona de Si Lom. En el Cat pedimos un par de tés helados y vamos a ver a los gatitos (200 baths los dos). Hoy están más despiertos y juguetones que el otro día y disfrutamos más de la visita.
Recordad que odiamos el maltrato animal, y siempre que hemos visitado algún local como éste buscamos que sean realmente buenos con los animales. Es decir, que los aforos sean limitados y con normas claras para el cuidado de los felinos. Que se les vea bien cuidados y alimentados. Y que el local esté limpio.
En el cat café, conocemos a una mejicana agenciada en Bangkok desde hace 15 años. Entablamos conversición y nos cuenta que suele venir a menudo a estar con los gatos porque en casa no puede tener uno y, nos explica un poco de la vida en Thai. Pasamos más de una hora charlando y jugando con los gatos. Y luego decidimos volver a Chinatown, cogemos el metro en Si Lom hasta Hua Lampong (19 baths c/u).
Como os comentaba al inicio de la entrada, ayer falleció el Rey de Tailandia y se ha decretado un mes de luto oficial… Vemos la ciudad mucho más apagada que los primeros días del viaje. Nos sorprende muchísimo ver a todo el mundo vistiendo de negro. Altares improvisados con la foto del Rey por doquier. Banderas negras a media asta y ofrendas…
¿Y qué significa el luto oficial a la población? Pues que no están permitidas las fiestas, ni el alcohol. Todos deben vestir de blanco o negro. Las banderas estarán a media asta como mínimo ese tiempo. Y la gente debe acercarse a los distintos puntos que se han preparado, a dejar sus palabras en los libros de condolencias.
Para los funcionarios del estado, el luto se alarga a un año… Y la televisión y prensa local debe publicar en blanco y negro. Es increíble. Todo el mundo en la calle camina en silencio, vestido de blanco y negro. Se ha perdido parte del bullicio que caracteriza a esta gran urbe.
Como os decía, llegamos a Hua Lampong. Caminamos unos 10 minutos pasando frente al templo Wat Traimit que está cerrado a cal y canto. Suerte que lo visitamos antes de irnos a Chiang Mai. Avanzamos hasta la calle principal de Chinatown y cuál es nuestra sorpresa cuando vemos que aquí también, ¡¡está todo cerrado!!
Aquí es cuando nos damos cuenta de la gravedad del asunto… ¡¡hasta los chinos cierran el chiringo!! Un hombre se nos acerca, supongo que al ver nuestra cara de asombro al ver aquello. Como puede, nos explica que debido a la muerte del Rey muchos mercados y comercios están cerrados hoy. Nosotros lo sentimos mucho por el monarca, pero nos llevamos un buen chasco, pensábamos hacer algunas compras aquí y picotear los dulces que hacen.
Siguiendo la recomendación del buen hombre, decidimos coger un tuk-tuk de vuelta al hotel (100 baths). Apenas tardamos 20 minutos, el tuk-tukero va a toda leche entre los coches. Aquí da más impresión ir en tuk-tuk que en Chiang Mai con tanto tráfico…
Pasamos por un combini cerca del hotel y compramos algo de picoteo para tomar ahora y desayuno para mañana. Vamos un rato a descansar y sobre las 20h volvemos al MBK para cenar. Nos decantamos por el Kibune, un restaurante japonés con muy buena pinta y con muchos japoneses comiendo dentro. Compartimos un tonkatsu y unas gyozas, y tomamos unos yakisoba cada uno, con unos refrescos (400 baths).
Tras una cena deliciosa, volvemos al hotel. Nos damos una buena ducha y nos vamos a dormir pronto que estamos ko tras el madrugón de hoy. Veremos mañana si podemos seguir los planes…