12/10/2016 (día 12): hacemos el tour por el Ao Phang-Nga National Park, entre sus islas, acantilados, cuevas, templos y cascadas… y vemos otra bonita puesta de sol en Railay
Hoy toca madrugar un poco ya que tenemos contratado un tour para casi todo el día por el Ao Phang-Nga National Park. Desayunamos en el bufet del hotel con vistas al mar. Y a las 7,50h vamos a la oficina de turismo que hay en el hotel como acordamos ayer.
Nos acompañan hasta East Railay dónde cogemos un barco hasta el embarcadero de Ao Nammao. Allí nos espera un empleado del hotel que nos lleva en un cochecillo eléctrico hasta su oficina. A los pocos minutos nos viene a buscar una furgo. Van 4 personas ya en ella, y vamos hacia un punto de encuentro a buscar a otras 4.
Como ya pasó en el tour al Doi Inthanon, de nuevo popurrí de nacionalidades. Vamos unos ingleses, dos alemanas, un filipino, un chico de Yemen, una pareja de Israel y nosotros. El guía que llevamos es un cachondo y nos va explicando el plan para hoy con bromas entre medias. Nos dice cosas como que comeremos sopa de mono porque vamos a ver el templo del mono 😀 Broma que alguno se traga viendo las caras 😛
Tras unos 40 minutos de camino, paramos en una estación de servicio para poder ir al baño y comprar algo para desayunar. El guía nos dice que el grupo de hoy es grande y vamos repartidos en tres vans.
Seguimos con la ruta, y tras otros 40 minutos llegamos al embarcadero de Phang-Nga Bay, la puerta de entrada al Ao Phang-Nga National Park. Allí tomamos una long boat hacia el primer punto del día. Tardamos aproximadamente 30 minutos en llegar a través de una bahía repleta de islas y rodeada por manglares. Las vistas son espectaculares.
Cuando llegamos a la James Bond Island, nos dicen que tenemos 30 minutos para disfrutar de esta pequeña isla. No sólo están las bonitas vistas del entorno si no que además, cuenta con unas pequeñas grutas muy chulas. La entrada ya es alucinante…
Y en el interior podemos ver diferentes formaciones por el agua en la roca que dan la sensación de estar en otro planeta…
Así como unas vistas geniales a la bahía con los barcos que llegan a la isla…
Salimos de la gruta y nos acercamos a disfrutar de las vistas hacia el peñasco dónde en 1974 se rodó la peli de James Bond, El hombre de la pistola de oro. Peli que vimos de nuevo antes de partir para ir abriendo boca 😛
Aquí hay montones de puestos dónde comprar souvenirs, pero no vemos nada que nos llame la atención. Tras la media hora, echamos un último vistazo al lugar y volvemos al embarcadero. Subimos a bordo de la long boat de nuevo.
Ésta vez acabamos todos empapados ya que el viento arrastra el agua que levanta la barca… Tras unos 15 minutos llegamos junto a la isla Hong.
Subimos a bordo de un gran barco desde el cuál salen las canoas para recorrer las Limeston Cave. Nos colocamos el chaleco salvavidas y montamos a bordo de una canoa dónde un local nos lleva. Qué fiasco, pensábamos que teníamos que remar nosotros… El lugar es muy muy bonito y el paseo muy relajante. Os dejo unos vídeos, no tienen demasiada calidad porqué están grabados con el móvil de la época enfundado… pero para que os hagáis una idea.
El chico que lleva la canoa nos comenta que al ser zona de manglares, también es zona de cocodrilos y nos enseña algunos nidos. Nos sorprende el cambio de color que hace el agua dentro de la cueva. Y nos dice que aquí dentro prácticamente no hay oleaje ni afecta las mareas por lo que se convierte más bien en un lago de agua salada.
Tras unos 20 minutos en la canoa, volvemos al barco que hace de embarcadero y nos sirven una bebida fresca al llegar a bordo. Tenemos unos minutos hasta que todos los miembros del grupo hacen el paseo en canoa para disfrutar de las vistas del lugar.
Después de refrescarnos un poco, que menuda chicharrina cae hoy también… volvemos a la long boat que nos lleva hasta la isla Koh Panyi.
El guía nos dice que esta es de las pocas islas habitadas de la zona y aquí será dónde paremos a comer.
Atracamos en el embarcadero y nos llevan a un restaurante. Son más de las 14h y ni nos hemos dado cuenta, hoy estamos súper relajados 🙂
Más que un restaurante es una gran carpa con varias mesas. Por lo visto aquí es a dónde nos traen a todos los grupos de turistas que recorremos la zona porque fácilmente, somos más de 100 personas aquí. Nos reparten por las mesas y en ellas encontramos platos con arroz, tortilla, fideos, pollo adobado, pollo con anacardos, verduras, sopa, pescado rebozado y piña. Además de agua fresca. Es tipo bufet pero distribuido en las mesas.
La comida está buena pero nos toca en una mesa en la que la tensión se puede cortar con un cuchillo. Estamos con una pareja de árabes, dos chicas rusas y las alemanas que van en nuestra furgo. Árabes y rusas solo hablan entre ellos, no miran a nadie de la mesa y solo se dedican a arrasar con la comida que hay para todos. Sin importarles si todos comemos de todo. Tienen una actitud muy hostil… Con lo bueno que sería poder hablar entre nosotros y compartir experiencias…
En fin, cuando vamos a buscar un café nos encontramos con una pareja de españoles que iban en la long boat, y entablamos conversación con ellos. Son un par de sevillanos que viven en Málaga y están de viaje de novios. Nos caen bien y es agradable poder hablar un poco en castellano después de varios días por Tailandia 😛 Estamos a gusto con ellos y seguimos el resto del tour juntos compartiendo experiencias viajeras.
Tras el café, volvemos a la long boat que nos lleva de vuelta al embarcadero Phang-Nga Bay. Allí subimos a las furgos y nos llevan al Wat Suwan Kuha, más conocido como el Monkey Temple (entrada 20 baths pp, incluida en el tour).
El templo, además de estar invadido por macacos, está construido dentro de una cueva enorme. Cuenta con un gran buda reclinado. Siento la calidad de las fotos de hoy, pero son hechas con el móvil de la época y no da para más…
Además puedes visitar una buena parte de la gruta. Aconsejable llevar calzado cerrado con suela de goma o sandalias cerradas porque el suelo está mojado y es muy resbaladizo.
Al salir del templo, encontramos a varios monos merodeando por la zona. Hay algunos puestos dónde venden comida para dársela, aunque el guía lo desaconseja ya que pueden ser agresivos… Y nosotros no podemos evitar acordarnos de los macacos que vimos en Indonesia hace 2 años.
Tras la visita al lugar, volvemos a las furgos y nos dirigimos al último punto del día, las cascadas Ton Tai. Tardamos unos 20 minutos en llegar.
Aquí de nuevo se hace imprescindible llevar sandalias cerradas, el suelo resbala muchísimo. Recorremos un corto sendero y vemos 3 de las 6 cascadas que hay en la zona. Las otras no están incluidas en el tour porque hay más se 1h de camino montaña arriba y su acceso es peligroso…
Entre la 1ª y 2ª cascada, y entre la 2ª y la 3ª hay zonas dónde se permite el baño. Muchos no lo dudan y se dan un baño refrescante. Yo no lo veo tan claro, más que nada porque luego hay casi 2h de coche hasta el embarcadero del hotel y no traemos ropa de recambio… Me acerco al agua y me refresco un poco mientras mi marido si se echa al agua sin pensarlo mucho a pesar de estar helada.
De vuelta a las furgos, los guías sacan refrescos y galletas para todos. Se agradece la merendola porque la comida fue algo escasa con los ansias aquellos… Estamos un ratito más aquí charlando y sobre las 16,30h, partimos hacia los embarcaderos y hoteles de cada grupo. El camino se hace distendido charlando con la gente y el guía del grupo que vamos en la furgo.
A nosotros nos dejan en el embarcadero de Ao Nammao, y de allí zarpamos en un barco hacia East Railay, de camino disfrutamos de una bonita puesta de sol…
Luego caminamos los 5 minutos que nos separan del oeste. Y nos vamos directos a darnos un baño en la playa mientras vemos acabar de ponerse el sol.
A las 18,30h vamos a la habitación, nos duchamos y salimos a cenar. No tenemos muchas ganas de dar vueltas, así que volvemos al restaurante del hotel. Tomamos un par de platos de pollo empanado con patatas fritas y dos refrescos (700 baths). La comida occidental encarece bastante la cuenta, pero hoy ya no puedo comer más picante…
Volvemos a la habitación y nos vamos a dormir pronto, el madrugón de hoy hace mella y ¡mañana nos esperan más islas!