24/11/2015 (día 7): hoy acaba el viaje a Hong Kong… toca volver a casa. Emprendemos el viaje de vuelta con escala en Amsterdam
Hoy toca volver a casa… acaba el viaje a Hong Kong del que tanto hemos disfrutado. Nos levantamos como podemos a las 7.30h y digo como podemos porque anoche se oían golpes continuamente arriba. Tuvimos que llamar a recepción, pero no sirvió de nada, nos dieron más de las 2h… está claro que hay chalados y maleducados en todas partes ¿¡eh!? Desayunamos en un momento en el bufet del hotel. Volvemos a la habitación a cerrar las maletas y bajamos a hacer el check-out.
Cogemos el metro en Jordan hasta Central, dejando las Octopus en saldo negativo ya que nos las queremos llevar de recuerdo. Quizá volvamos a esta fascinante ciudad… 🙂 Salimos del metro sin darnos cuenta. O damos una vuelta enorme por la calle subiendo las escaleras cargados (no hay escaleras mecánicas en esta zona). O pagamos un billete sencillo por una parada para poder hacer el transfer por los pasillos subterráneos… Cargados como vamos, no lo pensamos mucho y pagamos 4,5HKD c/u para hacer lo segundo.
Una vez en la estación Hong Kong, compramos los billetes del Airport Express en la taquilla. Así pagas 10HKD menos por cada billete que si lo compras en la máquina.
En 25 minutos estamos en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de Hong Kong. Tenemos tiempo de sobras, sólo son las 10h. Aún así hacemos el check-in en las máquinas para ir más rápidos con la facturación. En cuanto se abren las taquillas, la hacemos y así no tenemos que cargar más con las maletas.
Pasamos el control de seguridad y de inmigración, y accedemos a la zona de embarque. Aquí se me acerca un tipo com una tablet en la mano, he visto que todo el mundo lo esquiva, así que le digo que no hablo inglés. 😛 Pero cuando me giro veo que una señora mayor ha cogido por banda a mi marido…
Se trata de un cuestionario sobre tu estancia en Hong Kong. Es súper largo y parece que no vayamos a librarnos nunca de ella. Pero cuando empieza a preguntar sobre cuánto hemos gastado en alojamiento, comida, compras… la cortamos de golpe, ¡venga ya, menudo control!
Nuestra idea era comprar algún souvenir más para acabar de gastar los dólares de Hong Kong que nos quedan. Pero solo hay 2-3 tiendas de dulces y encurtidos, 2 de souvenirs y un porrón de grandes marcas… Compramos una botella de agua para el viaje y un llavero. Nos tomamos un café en el Starbucks y echamos el rato hasta las 13.35h que sale el vuelo de KLM hacia Europa.
El vuelo se hace súper pesado por la estrechez de los asientos. Además el mío está roto y ¡no puedo reclinarme ni unos centrímetros! Tampoco me funciona el audio del entretenimiento, así que es un horror de viaje. Suerte que siempre llevo libros y mucha música en el teléfono y con eso puedo ir pasando el vuelo…
A la vuelta, en el cuestionario que envía la compañía, puse las incomodidades que tuve durante 12h de vuelo y para mi sorpresa, me compensaron. Conseguí un vuelo a París tirado de precio 😛
Debo decir que el personal de cabina de esta compañía y de la alianza SkyTeam en general, me parece excepecional. Son súper atentos y profesionales. Y la comida que sirven a bordo es buena y en abundancia. Durante el vuelo, nos sirven comida y cena, y siempre que quieres, pasas por el fondo del avión dónde tienen bebidas y snacks.
Una de las veces que me acerco al fondo del avión dando un paseo, echo un vistazo por la ventanilla de la cola y veo que sobrevolamos el desierto de Gobi, y me parece alucinante.
Y entre sueños, lectura y música pasan las 12h de vuelo. Llegamos puntuales al Aeropuerto de Schiphol en Ámsterdam a las 19h. Pasamos el control de seguridad y de inmigración en pocos minutos. Recordad que la fila para europeos es más rápida que el resto.
En el control de seguridad alucinamos un montón. A los occidentales nos hacen pasar por unas filas dónde todo es súper rápido. En cambio, a los chinos, los pasan por otras dónde les hacen abrir el equipaje a todos. Su control es mucho más lento. Nosotros no podemos evitar echarnos unas risas al acordarnos de lo visto en el programa Control de Aduanas. Sabemos que los chinos son especialistas en llevar en su equipaje alimentos y productos totalmente prohibidos fuera de su país. Y por tanto, los controles que les hacen son mucho más exhaustivos para acceder a la zona Schengen.
Recorremos medio aeropuerto para llegar hasta la puerta de embarque. Aprovechamos el rato que tenemos para comprar unas cuantas cajas de galletas holandesas, nos pirran 😛 Las descubrimos cuando visitamos Amsterdam en 2014 y siempre que hacemos escala aquí, nos llevamos alguna caja 🙂
Hablamos con los nuestros y a las 20,30h embarcamos en el último avión de la jornada, el que nos lleva a Barcelona. Salimos con unos minutos de retraso por atasco en pista.
Durante el vuelo nos dan de comer también (sandwich más bebida) y a las 23h bien puntual, aterrizamos en Barcelona. Me encanta esa sensación de ver la costa de Barcelona desde el aire cuando regreso tras un viaje. Sobretodo si he estado por tierras lejanas… es como un «ya estamos en casa» 🙂
Recogemos las maletas que llegan como unas campeonas y cogemos un taxi hasta casa… Ducha rápida, avisamos a los nuestros de que hemos llegado y, a dormir hasta que el cuerpo diga basta. Es curioso, pero cuando regreso de un viaje siempre me voy a dormir con una extraña sensación… y pensar que esta misma mañana estábamos en Hong Kong… 🙂