9/06/2022: 1 día en Palma de Mallorca conociendo su centro histórico y su imponente catedral.
En junio de 2022, me surgió la oportunidad con otras compañeras de trabajo, de participar en el congreso de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos. Aunque hace años que me dedico a la gestión y a la calidad asistencial, mi corazoncito sigue siendo paliativista. Así que me sigo apuntando a su congreso principal siempre que puedo. Ese año, nos llevaba a las Islas Baleares. Pero como ya sabéis que conciliar trabajo y familia no siempre es fácil, pues sólo me dio para ir 1 día a Palma de Mallorca. Madrugamos y aprovechamos la mañana antes del inicio del congreso para recorrer su centro histórico y conocer su imponente catedral.
¡¿Nos acompañas 1 día a Palma de Mallorca?!
Como os decía, madrugamos lo lindo para llegar pronto a Palma. Nuestro vuelo sale a las 8,40h, por lo que sobre las 6,30h paso a buscar a la compañera que comparte vuelo conmigo con el coche. Decido ir en coche porque el parking de AENA sólo me cuesta 15,30€. Y mi marido se ocupa del peque durante el día de hoy, así que me sale más barato que ir y volver con taxi. Yo viajo con una mochila pequeña porque esta noche vuelvo. Mi compi si lleva equipaje de mano porque se queda unos días. Una vez la recojo, nos dirigimos al parking de la T1 del Aeropuerto de El Prat – Josep Tarradellas.
Volamos con AirEuropa. Es la primera vez que uso esta compañía y debo decir que no está mal. Al menos la experiencia de 1 vez 😛 Al llegar al aeropuerto, nos tomamos un café y a las 7,55h comienza el embarque. Como compramos los vuelos en días diferentes, cada una va sentada en un extremo del avión. Me despido de mis chicos antes de poner el modo avión, y aprovecho el vuelo para escuchar música porque es tan corto que no da ni para una cabezada.
Llegamos a Palma de Mallorca y recorremos su casco histórico
A las 9,30h aterrizamos en Palma de Mallorca. A la salida del aeropuerto, nos espera un amigo de mi compi que vive en Palma con su coche. Nos acerca al centro de la ciudad, y se va a trabajar mientras nosotras descubrimos la ciudad. Con tan poco margen, ya aviso que será un picoteo pero aún así, mereció mucho la pena.
Comenzamos la ruta junto a la escultura de Palma. Esta obra del mallorquín Pep Llambias está situada en el Passeig de Sagrera desde 1999. Llambias es conocido por sus obras de palabras esculpidas y valorado nivel nacional e internacional. Y junto a ella, encontramos el Consolat (consulado) del Mar, que desde 1983 constituye la sede de la Presidencia del Govern Balear.
Se trata de un edificio con mucha historia ya que en sus orígenes, era el tribunal de todos los asuntos relacionados con el mar. Construido por orden del Rey Jaume III en 1326 hasta mediados del siglo XVII. Junto al conjunto de edificios que lo conforman, se encuentra la antigua Porta Vella del Moll (puerta vieja del muelle). Un arco triunfal construido en 1620, que formaba parte de la muralla junto al mar.
Avanzamos hacia el casco histórico y en seguida, damos con el edificio de la Lonja de Palma. Fundado en 1403 por el rey Martín I de Aragón (el Humano), como lugar de residencia del Colegio de Mercaderes.
Aquí se realizaban transacciones comerciales. Recordad que Mallorca era un puerto comercial muy importante dentro de las rutas del Mediterráneo, por lo que este lugar debía ser uno de los puntos más importantes de la ciudad. Sobre la puerta principal, encontramos una imagen del Ángel de la Mercadería. Pero lo que realmente destaca e impresiona, es su imponente interior. Obra de Guillem Sagrera (1426), de estilo claramente gótico. La gran sala de planta rectangular y con unas preciosas columnas y arcos.
Nos sentamos unos minutos, simplemente a contemplar su interior. Además, al tener todas las puertas y ventanas abiertas, corre una brisa estupenda 🙂 En su interior, se suelen encontrar exposiciones, aunque hoy la encontramos vacía. Tras unos minutos, continuamos nuestro paseo por el centro.
El siguiente punto que encontramos es el Palacio Real de la Almudaina. La residencia oficial de SS.MM los Reyes de España durante sus estancias en Mallorca, data del S. XIV. Constan asentamientos en este punto desde la época romana, por lo que se cree que ha sido la sede del poder de la isla posiblemente desde entonces. El castillo actual, se alzó sobre los restos de una alcazaba árabe entre 1305 y 1314 como residencia del rey Jaume II. Y emergió como sede de la corte de los reyes de Mallorca durante aquella época.
El Palacio cuenta también con un patio de honor o de armas, unos baños árabes y un salón mayor de estilo gótico. Y está declarado como Patrimonio Nacional. El edificio puede visitarse siempre que los Reyes no estén alojados o haya actos oficiales. Nosotras no entramos por falta de tiempo, pero os dejo su web oficial para que podáis consultar horarios y precios si queréis hacerlo.
Bordeamos el edificio y en seguida damos con la imponente fachada principal de la Catedral de Mallorca.
Visitamos la Seu de Mallorca y también subimos a sus terrazas
Mira que hemos visto iglesias, catedrales y basílicas… pero debo decir que esta, me dejó sin palabras.
Su construcción comenzó en el S. XIII y se concluyó en la década de 1630. Su historia, está íntimamente relacionada con la monarquía de la isla. Y es que, tras la conquista de Madina Mayurqa en 1229, el rey Jaume I de Aragón y conde de Barcelona, ordenó la consagración de la antigua mezquita a la Virgen María. En 1230, el obispo Pere de Morella, consagró el altar mayor. Aunque no fue hasta el reinado de Jaume II, cuando comenzó la construcción del edificio que podemos ver hoy. Una de las construcciones góticas más relevantes de Europa, y declarada Bien de interés cultural del Patrimonio histórico de España.
Teníamos muy claro que queríamos visitar la Catedral-Basílica de Santa Maria de Palma, más conocida como la Catedral de Mallorca o la Seu. Y habíamos leído que se pueden formar largas colas para acceder a la taquilla. Así que llevábamos las entradas compradas por internet. Hay una entrada específica para los que llevan la entrada comprada, de manera que entramos en seguida. Y si viéndola por fuera, nos ha dejado sin palabras… al entrar dentro, te quedas sin aliento directamente.
¡¡Es im-pre-si-o-nan-te!! Hacía tiempo que no encontraba un templo de ese tamaño y con tanta luz en su interior. Os aseguro que las fotos no le hacen justicia, es increíble el juego de colores que entra a través de los grandes rosetones y vidrieras que hay en sus muros. Y esa luz, y esa sensación de apertura, es gracias a una intervención del mismísimo Antoni Gaudí que hizo a principios del S. XX.
Su nave central mide aproximadamente 44 m de altura, convirtiéndola en una de las catedrales más altas de Europa. No hay un sólo rincón de la Catedral que no te deje sin palabras. Su nave principal, su altar mayor, sus capillas laterales, su órgano, sus arcos, las bóvedas del techo, las columnas, sus vidrieras… ¡todo es increíblemente bonito!
Compramos la entrada que incluye la visita a las terrazas, y vemos que no hay nadie en el acceso, así que allá vamos. El aforo es limitado y te permite estar unos 30 minutos contemplando la Catedral desde otro punto. Importante comentar, que el acceso a las terrazas sólo es posible durante los meses de verano (del 1/04 al 31/10), y siempre que el tiempo lo permita (en días de mucho viento o lluvias, pueden estar cerradas).
La escalera de acceso está junto al Portal de la Almoina, en el lado norte de la catedral. Tenemos por delante 215 escalones para llegar lo alto de la torre de 47,8m de altura. La escalera es de caracol y muy estrecha. Así que nada recomendable para personas con movilidad reducida, problemas cardiovasculares o con claustrofobia.
Tras un corto tramo de escalera, encontramos el campanario de la Catedral. Conformado por 9 campanas, cada una con su nombre propio. La más importante es Eloi, que resalta entre el resto por sus grandes dimensiones. Situada ahí desde 1592 y con más de 4.600kg de peso. Tan solo podremos oirla tocar en ocasiones muy especiales y debe ser accionada de forma manual por al menos 9 personas.
La escalera también cuenta con algunas leyendas. Y es que a la mitad del ascenso, hay una pequeña sala dónde se dice que en entre los S. XV y XVIII, residían los trabajadores de la Catedral o se refugiaban personas.
Y tras otro tramo de escaleras cada vez más estrechas, llegamos a las impresionantes terrazas, desde donde hay unas vistas impresionantes a la Bahía de Palma y a la ciudad.
Pero lo más destacable de las terrazas, son sus arcos arbotantes y contrafuertes de piedra de Marés, que le dan un aspecto impactante. Estos arcos, son los encargados de sujetar el peso de la nave central de la Catedral.
También permite observar de cerca, los pináculos y algunas gárgolas que escupen el agua que baja de las vertientes el tejado y de las cubiertas.
Podemos observar de cerca el campanario de la Seu, datado de 1498. La pena es que no dejan pasar al otro lado de la terraza para poder ver el imponente rosetón mayor. Ideado por Gaudí, es el más grande del mundo y el más importante del gótico.
Echamos un vistazo a las impresionantes vistas panorámicas a la ciudad y a la costa de Palma, y bajamos para acabar de ver el interior de la Seu.
Nos sentamos en un banco simplemente a contemplar. Desde aquí, tenemos el gran rosetón de Gaudí frente a nuestros ojos. Conocido como el «ojo del gótico», sus medidas impresiona. Tiene una superficie de 100 m², un diámetro de 11,31 m y una espectacular policromía gracias a los 1.115 cristales que lo conforman. Eso es lo que hace posible su particularidad más curiosa: el fenómeno «espectáculo del 8«. Dos veces al año, el 2 de febrero y el 11 de noviembre, entre las 8 y las 9h de la mañana, la luz del sol incide sobre el otro rosetón interior, formando un 8 perfecto.
De verdad que las fotos no le hacen todo el honor al lugar. Es impresionante, te deja sin palabras y sólo puedes contemplar hacia todas partes. Con pesar, salimos de la Catedral para continuar con nuestra corta visita a esta ciudad que ya nos ha robado el corazón.
Bajamos las escaleras hacia Ses Voltes y el Parc de Mar, un bonito parque con un gran estanque que hay frente a la Catedral ,y desde la que puedes ver toda la majestuosidad del edificio. Es realmente imponente.
Se dice que en sus orígenes, la catedral fue construida sobre un acantilado. Estaba tan cerca del mar que parecía que el edificio emergía del agua. Cuentan también, que sus pináculos apuntando al cielo, se proyectaban en el agua como si fuera un espejo. Hoy queda separada del mar pero la verdad es que viéndola desde aquí, puedes imaginarte la estampa de tiempos pasados.
Seguimos recorriendo el centro de Palma y disfrutamos de una buena comida…
De aquí, nos vamos hacia el Arc de Sa Drassana. A los pies del Palacio de la Almudaina en el lado mar, encontramos este arco de origen de la época califal, la 1a etapa musulmana de Mallorca. Se estima que data del S. X. Era la puerta de acceso directo desde el mar al muelle privado del Palacio. Palma fue una de las ocho más importantes de Al-Andalus, y este arco, es de los pocos pero valiosos resquicios de arte árabe que existen en la isla.
Es un bonito rincón desde el que poder ver el Palacio, sus jardines y también la Catedral. Lástima no tener más tiempo para pararnos en una sombra a contemplar. Otro motivo más para volver a la ciudad en alguna ocasión.
Callejeamos por el casco histórico mientras a mi cabeza vienen imágenes de Ciutadella, en la vecina Menorca, y también de algunos barrios de Barcelona 🙂
Avanzamos hasta llegar al Baluard de Sant Pere. Esta fortaleza construida alrededor de 1646 en el extremo suroeste de las murallas, se encuentra junto a la desembocadura del Torrent de Sa Riera. Durante años, fue la Escuela de Artillería y posteriormente, un Cuartel de Artillería. Abandonado durante años, se reconstruyó en 1965 por petición vecinal.
En 1997 parte de sus terrenos fueron cedidos para la construcción del Es Baluard, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma. Inaugurado en el año 2004, como el mayor lugar de conservación del arte contemporáneo de las Islas Baleares. Aunque como nosotras, no tengas tiempo de visitar el Museo, vale la pena acercarse hasta la parte más alta de la muralla para contemplar las vistas hacia el mar, la riera y la Catedral.
Se está haciendo mediodía, y hace un calor insoportable. Además, otra compañera nos acaba de llamar para decirnos que su vuelo ya ha aterrizado también, por lo que nos juntaremos las 3 para comer.
Llevo un rato hablando con @famiventuras, una familia viajera de Mallorca y es una pena no poder coincidir hoy. Aún así, me han hecho algunas recomendaciones, así que desde aquí, mi agradecimiento y mi especial mención 🙂 Nos dirigimos hacia el barrio de Santa Catalina. Y nos decantamos por una arrocería con unos muy buenos comentarios en Google. Probamos suerte, ¡y les queda una mesa! Se trata de la Tasca y Arroces el Puente.
Pedimos un aperitivo y una copa de vino mientras esperamos a que llegue nuestra compañera. Y una vez nos reunimos las tres, pedimos algún entrante más y una deliciosa paella. Comemos súper bien, a un precio más que razonable por la zona en que estamos y contamos con una atención estupenda (no es colaboración, es nuestra opinión personal).
Un poco de ciencia, y me despido de Palma de Mallorca
Y una vez hemos comido y hecho un poco de sobremesa, llega el momento de ir al Auditorium de Palma de Mallorca. Recordad que lo que nos ha traído hasta aquí, es el Congreso de la SECPAL. En el Auditorium, se celebran congresos y eventos de todo tipo, pero también es un muy buen lugar para asistir a un concierto u obras de teatro. Tiene una acústica increíble que podemos comprobar durante una actuación musical de un grupo de gospel local, en la inauguración del evento.
Me da pena no poder asistir a los 3 días que dura el congreso, ni tener más tiempo para disfrutar de la ciudad. Pero conciliar ciencia fuera de casa con el peque, sin soporte familiar cerca, es muy complejo… Aún así, tanto el congreso como lo poquito que he podido disfrutar de la ciudad, me ha encantado.
Mi vuelo de vuelta sale a las 20,20h, así que sobre las 18h (con muchísimo pesar), cojo un taxi en la misma puerta del pabellón de congresos. En pocos minutos me deja en la terminal del aeropuerto de Palma. Llego pronto, y aún me queda un rato para el embarque, así que aprovecho para comprar una ensaimada. ¿Hay algo más típico que volver de las Baleares con una ensaimada en la mano? 😛
Mientras espero, me da tiempo a tomarme un café y merendar un poco mientras llamo a los chicos para ver cómo va todo. Cuando llegue el peque estará durmiendo, así que le doy las buenas noches 🙂 Se me hace raro estar sin ellos en el aeropuerto…
A las 19,35h comienza el embarque. Lo bueno de volver en viernes tarde de Palma a Barcelona, es que el avión va bastante vacío, y tengo toda la fila para mi 😛 Despegamos puntuales mientras el cielo nos ofrece un atardecer precioso sobre la bahía en la que se encuentra Palma.
Aterrizamos a las 21h en Barcelona y al bajar, me dirijo directa al parking del aeropuerto. Pago en las máquinas la estancia, y como había cogido tiempo de más por si había algún retraso, finalmente pago 14€. Pongo rumbo a casa y aquí acaba esta visita súper exprés a Palma de Mallorca, que sin duda, me ha dejado con ganas de más 😉